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¿Y qué pasó con el día 7?

Los Cucharetes. Foto de Ignacio Izquierdo.

No, no me había olvidado: si no he hablado antes de él es porque el día 7 de nuestro crucero por los fiordos noruegos estuvo dedicado íntegramente a la navegación.

Además de jugar a las cartas, bañarnos en la piscina por última vez y posar para una sesión fotográfica de Ignacio Izquierdo (algunos con mejores resultados que otros), cada uno de los integrantes de nuestro grupito tuvo tiempo de reflexionar sobre la experiencia de viajar en crucero.

De modo que como manera de cerrar este diario de a bordo, he aquí mis impresiones tras este estupendo crucero de Pullmantur aprovechando las maravillosas fotos de nuestro fotógrafo personal. Atención, voy a empezar por lo más negativo, pero leed hasta el final porque no miento al decir que la experiencia ha sido muy buena. Vamos, ¡que repetiría!

Contras de viajar en crucero

– Si estás acostumbrado a viajar por libre, verte de un día para otro rodeado de 2.500 personas puede resultar algo agobiante.

– Del mismo modo, si estás acostumbrado a ir a tu aire, dedicar a cada lugar el tiempo que te apetezca y sumergirte plenamente en su cultura, has de saber que en los cruceros estás sometido a unos horarios, que el tiempo dedicado a cada escala suele ser insuficiente y por lo tanto sólo te llevarás una visión algo superficial del destino. Pero es que quien opta por esta forma de viajar sabe que, en este caso, lo que realmente cobra valor, por encima incluso del destino elegido, es la experiencia del crucero en sí misma.

Mar Abad y David Utrilla. Foto de Ignacio Izquierdo.

Un buen montón de razones para viajar en crucero

– Un buque de crucero es como un gran hotel de lujo flotante. En el caso del Empress hablamos de once cubiertas en las que se distribuyen salones, bares, restaurantes y otras instalaciones como el gran casino, la discoteca o el spa: para que siempre tengas algo que hacer o un rincón donde perderte.

– En un crucero todas tus necesidades están cubiertas. El “todo incluido” permite que puedas comer cuando te apetezca, repetir las veces que desees y tomar copas sin mirar la cartera. Una gran ventaja especialmente en destinos un poco más caros, como Noruega.

– Desentenderse de hacer y deshacer el equipaje durante toda la travesía: un lujo que sólo valoras en el momento de abandonar el barco, cuando ese camarote ya se ha convertido en tu pequeño hogar y tienes que meter todas tus cosas en la maleta de nuevo.

– El contacto con la población local será algo más limitado, pero en el propio crucero también se conoce mucha gente. Entre 2.500 personas alguien habrá parecido a ti, y si no es así… ¡siempre puedes dedicarte a la «fotografía social», como hago yo! :P

– Precisamente observando al resto de pasajeros llegué a la conclusión de que pocos viajes habrá tan adecuados para hacerse en familia. La abuela de 87 años, el niño de seis meses… tanto a bordo del buque como en las excursiones en tierra, es fácil que cada uno encuentre su propio ritmo, algo que en un viaje con mochila resulta algo más complicado.

Conocer países algo menos accesibles (o más caros) por cuenta propia, como pueden ser los Emiratos Árabes Unidos, es mucho más fácil en un crucero todo incluido. Y en el caso de los increíbles paisajes de los fiordos noruegos, a los que también es posible llegar por tierra, adquieren una perspectiva totalmente diferente cuando se admiran desde el barco.

– La sensación de estar en medio del mar, con el gran azul rodeándote hasta donde tu vista llega a alcanzar… es indescriptible. Si a eso le añadimos las noches eternas del verano de Noruega, esta razón por sí sola ya vale un viaje en crucero.

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8 comentarios en ¿Y qué pasó con el día 7?

  1. José Carlos DS 5 julio, 2012 at 18:34 #

    Me pasa como a ti que estoy acostumbrado a viajar por libre, pero está claro que viajar en crucero es una experiencia que al menos merece probarse una vez en la vida y encima el lugar no es para ponerle peros xD

    Saludos!!!

    • Ku 6 julio, 2012 at 9:34 #

      Como experiencia, te digo yo que hay que probarla. Por si no ha quedado claro entre tanto pro y contra, resumo: a un crucero no se va tanto por conocer tal o cual país, sino por disfrutar de la experiencia del barco en sí misma. Si tienes clara esa idea, te evitarás decepciones y lo disfrutarás muchísimo :D

  2. Dos de viaje 5 julio, 2012 at 19:00 #

    Pros y contras, 2 contra 7. Está claro quien gana… ;D

    Saludos!!

    • Ku 6 julio, 2012 at 9:35 #

      Los contras son «fuertes», pero como digo en el comentario anterior: a un crucero hay que ir con el chip cambiado. Si tienes las ideas claras, se disfruta a tope. ¡Es un lujazo! :D

  3. Pau 6 julio, 2012 at 12:11 #

    Sólo he pasado una noche en un crucero y la experiencia no acabó de convencerme, tras leer tu post se merecen otra oportunidad.

    • Ku 7 julio, 2012 at 11:48 #

      Es que una noche no es suficiente! Al crucero empiezas a cogerle el gustillo a partir del segundo día ;)

  4. Manoli 24 marzo, 2016 at 9:14 #

    Me ha parecido apasionante el relato de tu viaje.
    En 94 dias partimos rumbo a Trondheim pero viajaremos en el Monarch.(El Empress ya no pertenece a la flota de pullmantur).
    Y por supuesto tu blog me ha resultado super interesante.
    Gracias por compartir tus vivencias.

  5. Carolina 31 mayo, 2016 at 16:27 #

    También vamos a ir al mismo crucero. Vamos toda la family a celebrar el 40 aniversario de mis padres y tengo muchas ganas! Una pregunta al hilo de ventajas o inconvenientes de cruceros. Me ha parecido leer que siempre tienes la misma mesa para comer, eso es así o es porque tu tenías un pelin de enchufe? ? es que he leído que en los cruceros se formas colas bestiales para poder comer y tengo un poco de miedo a este respecto puesto que vamos con mayores y pequeños. Vamos en todo incluido. Me podrias explicar como funciona un poco ese momento?
    Gracias!

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