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Manila por primera vez

Los primeros días en un nuevo lugar suelen dejar un recuerdo profundo e imborrable, aunque después nuestra percepción del mismo cambie.

Me explico. Resulta casi inevitable que ciertos rasgos destacados de su personalidad, diferentes al país del que venimos, nos sorprendan y llamen nuestra atención golpeándonos con fuerza, pero las conclusiones a las que nos llevan (o los sentimientos que en nosotros despiertan), no tienen por qué ser ciertas ni mucho menos para siempre. Al contrario, suelen modificarse en cuanto profundizamos un poco más y comprendemos sus porqués, más allá del (pre)juicio superficial que en un primer momento hicimos, para bien y para mal.

Aún así, las primeras impresiones nunca se olvidan.

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Llegué a Filipinas la semana pasada y apenas he tenido un par de días para explorar ManilaEn este tiempo no he podido ver ni un cuarto de la ciudad, pero las horas aprovechadas en pasear por las zonas de Malate, Ermita, Intramuros y Binondo han sido suficientes para poner mi cerebro a mil revoluciones.

No habiendo conocido el distrito financiero de Makati ni tampoco los slums más pobres, la imagen que de momento tengo de Manila es muy parcial, además de completamente subjetiva (obvio), absolutamente superficial y todavía desinformada. Pero eso no importa, porque aunque hubiese dispuesto de más tiempo para buscar respuestas, mis primeras impresiones hubiesen sido las mismas.

Estos son los tres aspectos que más me han llamado la atención en mis primeros paseos por Manila. Los capturo ahora para constatar el cambio cuando me vaya dentro de unos meses (experimentos públicos que me da por hacer a veces).

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1 – Asia, América, España

Con las ganas que tenía de regresar al Sudeste Asiático no tengo la menor duda de estar en Filipinas, pero los carteles en español me desconciertan desde el momento en que pongo un pie fuera del aeropuerto. Los esperaba, un par de nombres de calles quizá, pero no tantos: calles, iglesias, plazas, pueblos, ciudades… la gran mayoría posee nombres cien por cien castellanos, procedentes o alusivos a la época colonial. Hasta Cármenes he encontrado (y qué ilusión me ha hecho). Perderse es tan difícil como fácil preguntar, y como en boca de pinoy nombres como María de las Mercedes y San Fernando suenan de los más gracioso, no puedo evitar tener a veces la sensación de estar paseando por mi pueblo, siendo ellos los invitados y no yo.

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[Podría ser China.]

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[A veces tengo la sensación de estar en India.]

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[Y otras, en Latinoamérica.]

Pero esa sensación dura poco, porque el carrusel de escenas callejeras que voy encontrando a mi paso me lleva de viaje de Asia a América y vuelta en lo que tardo en recorrer un par de cuadras. A veces me viene un flash y creo estar en India; otras, en MalasiaCuriosamente el distrito que menos me transporta es Binondo, que a pesar de ser el barrio chino más antiguo del mundo, estéticamente de chino tiene poco, apenas un par de farolillos rojos. Aún así me gusta, el mestizaje evita que se convierta en una caricatura de sí mismo.

Y, por supuesto, en Intramuros resulta inevitable evocar los tiempos de la colonia. Con las kalesas de colores tintineando por sus calles, a mí me quiere recordar (lejanamente) a Cartagena de Indias

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Abordando ya una de mi mayores comeduras de cabeza estos días, más que sobre los vestigios de una antigua colonia española (no tan antigua), la sensación que tengo en Manila es la de haber aterrizado en alguna suerte de segunda dimensión de América Latina, en pleno Caribe. No alcanzo a entender, y me resulta absolutamente fascinante, cómo tratándose de dos zonas del mundo tan diferentes, separadas por el mayor océano de nuestro planeta, Asia y Latinoamérica hayan ido a encontrarse en Filipinas

Y de qué manera, cómo si toda la vida se hubiesen estado esperando, buscando, deseando. Los filipinos son latinos en hábitos y costumbres (las estampas callejeras hablan por sí solas), en gestos y ademanes (incluida su manera de hablar y expresarse) y hasta en los rasgos (aunque en ese aspecto me recuerdan también a las gentes del Pacífico), pero ¿de dónde les viene esta influencia? La respuesta lógica apunta a los españoles, y sin embargo, siento que me falta una pieza de la teoría. Ambos pueblos comparten un carácter, un no-se-qué común del que nosotros carecemos. ¿De dónde lo han sacado? ¿Será que sí lo teníamos entonces y lo perdimos al regresar a la fría y gris Europa? ¿O nunca lo tuvimos, éramos setas del todo, y fue el clima lo que moldeó a estos pueblos, cada uno en su continente, con la alegría propia de los países tropicales? 

(*Sé que esto tiene una explicación antropológica e histórica, pero eso ahora no importa, aún estamos en la fase de los interrogantes.)

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2 – Dios

Está presente en todas partes. En las iglesias, llenas a reventar en hora de misa, y también fuera de ella; en la calle, en la carrocería de los jeepneys, de los triciclos, y en ese graffiti recordando desde lo alto del edificio que “In God we trust”. Es un rasgo muy característico del país que automáticamente lo diferencia del resto del Sudeste Asiático: en Filipinas no hay templos budistas, ni hinduistas, ni mezquitas (a simple vista, por ahí andarán -sé que las hay-), hay iglesias y se cuentan por decenas, una en cada calle

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Legado de la colonia española, rematado a posteriori bajo el control norteamericano, los pineys son cristianos y además fervorosos. Ver a una niña leyendo la Biblia sentada en la acera es una estampa normal. No hay colegios ni institutos laicos (generalizando, siempre generalizando), todos pertenecen a órdenes religiosas; tampoco hospitales, Cristo está presente hasta en la fachada del Instituto de Radioterapia. 

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3 – La calle

Putas, mendigos y adictos. No recuerdo la última vez que una ciudad me sorprendió tanto en este sentido. Sobre la pobreza y la vida en la calle, pienso que después de viajar tanto a India debería estar acostumbrada, pero es distinto: en India hay miseria generalizada y la gente muere tirada en la acera sin que nadie haga nada por ayudarles; la situación en Manila no llega ni de lejos a este extremo, pero me ha impactado más. Y ni siquiera puedo explicarme a mí misma por qué.

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Será que que no lo esperaba, o que las diferencias entre clases parecen más evidentes, o que se trata de una pobreza más violenta, o que al ser casos puntuales destacan más (algo que no es cierto: en Manila los niños que vienen a pedirte unas monedas o las familias que duermen en la calle se cuentan por decenas), la verdad es que no lo sé. Me atrevo a decir (una temeridad tratándose de un tema tan delicado) que en India la pobreza es tan brutal y tanta, que ocupa todo tu campo de visión hasta llegar a un punto en que «dejas de verla» y quienes te llaman la atención son los ricos. En Manila no he podido apartar mi mirada de esos niños, de esas familias. Sea como sea, estoy sobrecogida. Será que no lo esperaba.

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Dos escenas breves que quiero compartir.

La primera, una familia que en plena temporada de lluvias vive en la calle, a cuya hija en uno de nuestros paseos descubro leyendo un libro sobre los cartones mojados completamente absorta, como quien lee en el salón de su casa (esto en India tampoco se ve. En India la mayoría no sabe leer).

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La segunda, un grupito de niños que nos pidieron dinero mientras cruzábamos el puente que lleva a Binondo. El mayor tendría unos trece años y estaba completamente colocado, pero lo peor vino después cuando descubrimos que todos los demás, de ocho años como mucho, nos seguían sin despegar sus bolsas de la cara. Niños esnifando pegamento (o lo que sea que esnifen) había visto antes, pero esta es la primera vez que me encuentro a una niña de seis años con un vestido rosa y la expresión desencajada.

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No obstante (y ya para terminar), por encima de todo lo que más me ha golpeado en mis primeros días en Manila es la simpatía y buena voluntad de la gente, especialmente de aquellos que menos me lo esperaba. Y con esto me destapo. No me considero una persona con tendencia a prejuzgar, pero dentro de estos dos primeros días podría citar como mínimo seis casos en los que la verdad me ha dado una bofetada para hacerme sentir avergonzada de mí misma por pensar mal e incluso temer a una persona solo por su aspecto desaliñado, su pinta de “matón” o por ir notoriamente “puesto” de algo. Supongo que hay ocasiones en las que el instinto (la educación que durante años nos han dado, al fin y al cabo) actúa por encima de nuestros propios razonamientos. Y mete la pata hasta el fondo. Por ejemplo, en el encuentro con los chicos del basket.

Estábamos paseando por una barriada cerca del barrio chino y escuchamos jaleo dentro de un solar. Nos asomamos y aquello parecía el Bronx de Manila: un gran grupo de chavales con tatuajes, algunos con crestas de colores y sin camiseta jugando al baloncesto. Ya sé que ninguna de esas características, juntas o por separado, significa nada (yo misma me he sentido ridícula al enumerarlas), pero para que nos entendamos, representaban el prototipo de perfil del que en España o Sudamérica te aconsejarían para que “te andes con ojo”, que te van a robar, que te pueden hacer algo.

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Fue cuestión de segundos: nos miramos y sin palabras dijimos “con cuidado”. No habíamos llegado a atravesar completamente la puerta de hojalata cuando treinta chiquillos se abalanzaron sobre nosotros para… saludarnos. Gritos, risas, saltos… se volvieron locos de alegría, tanto como los dos únicos adultos que andaban por ahí, dormidos en la tienda de comestibles, que se levantaron exclusivamente para mirarnos sonrientes mientras nosotros mirábamos a los chavales jugar al basket. Al cabo de un rato, cuando dijimos que nos íbamos, nos despidieron como si fuésemos la mejor visita que hubieran tenido en todo el mes.

Las apariencias engañan y el instinto muchas veces falla. Las primeras impresiones no se olvidan, pero pocas veces se materializan en conclusiones finales. Yo aún no conozco Manila, pero estoy deseando empezar a quitarle capas.

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19 comentarios en Manila por primera vez

  1. Tony (Córdoba) 13 agosto, 2014 at 20:46 #

    Desde que supe que andabas por allí estaba deseando leer sobre tus andanzas. Manila no la conozco mucho pero he pasado varios días en dos ocasiones y, al contrario que la mayoría de gente que escribe sobre ella, a mi es una ciudad que me deja con ganas de volver. Me recuerda un poco a Bangkok por lo caótico y sus 24 horas de vida. Por curiosidad, ¿habeis podido conocer algo de la noche manileña? no me refiero a prostitución, que si has estado como dices en Malate/Ermita se ve porque es el «barrio rojo» de allí, sino a la enorme cantidad de manileños jóvenes que se mueven de noche para beber, bailar, o charlar entre amigos, pude conocer alguna zona de solo pinoys y fue la leche.

    Sobre las similitudes con lo latino, tuve ocasión de viajar un poco por zonas no turísticas de la República Dominicana y como dices es increíble la de cosas que tienen en común, hasta conozco a una filipina que vive en Santo Domingo gracias a un voluntariado y ella misma se sorprendía de ver tantas similitudes en la forma de ser de la gente en general. Quizá ya lo sepas, hay una ciudad a la cual llaman ellos mismos “Asia’s Latin City”, la cual es Zamboanga, territorio «comanche» según la media por el peligro de secuestros pero sabiendo a qué zonas no ir se puede viajar allí sin problema, imagino que te habrás informado porque es un lugar único en Asia por su dialecto, el chabacano, ellos mismos le llaman «spanish broken», algún bromista me dijo que el español quebrao es el nuestro y el suyo es el bueno jaja.
    También lei que durante la época colonial española hubo muchísima inmigración mexicana en Filipinas, muchos trabajadores viajaron en barcos «españoles» que terminarían mezclándose con los pinoys asentándose en el país. En el chabacano se ve mucho la influencia mexicana, de hecho parece que proviene de los mexicanos que vivieron allí y no de los españoles. Si vais verás que es fácil oir palabras típicas mexicanas, como «chinga» (no en el sentido que le damos aquí jaja).

    Escribí hace poco a Antonio Aguilar, que he visto que es tu acompañante por las Filipinas, porque una persona muy especial me recomendó seguirle y Antonio me contestó que va a visitar a esa misma persona en Filipinas… que es tu paisano Paco Santamaría, imagino que tú también lo harás… te hablé de Paco por facebook, vais a tener una suerte enorme de coincidir con él!! lo ideal sería que os hiciera de anfitrión en Zamboanga, pero imagino que ahora estará con su familia en Palawan y será en El Nido donde os reciba con la mejor de sus sonrisas y todo lo que esté en su mano para que os sintais como en casa.

    Esta es la zona donde vive ahora, imagino que ya habrás oído hablar de ella y que ireis por allí:

    https://www.youtube.com/watch?v=PU5QCoYbw-A

    Te advierto que Paco mete mucha caña a los blogueros viajeros en general, como buen viajero de la vieja escuela jaja, ya tendrás ocasión de escuchar sus argumentos. Es una persona extraordinaria, tiene historias para libros increíbles, su vida sería un peliculón.

    Fíjate qué casualidad que hace solo unos días, sin saber que estabais en Filipinas, le envié a Paco un email en el que entre otras cosas le pasé tu blog para que le echara un ojo, al hilo de que él me aconsejó visitar Pakistán e Irán le enlacé una de tus recientes entradas iraníes jeje.

    Por cierto, no te acordarás pero coincidimos en las primeras Tertulias Viajeras que organizasteis, tuve ocasión de saludarte al final en la puerta del hostal y charlar un par de minutejos junto al bueno de Pak. Te leo desde hace tiempo aunque apenas te he dado feedback.
    Ya corto. Un saludo y dile a Paco de mi parte si te acuerdas que mucho ánimo y dale la lata lo que puedas para que escriba! yo ya se la di intentando animarle a escribir sus historias, tiene pensado empezar a hacerlo pero solo sobre sus futuras escapadas.

    Magandang umaga kaibigan :)

    • Carmen 14 agosto, 2014 at 4:05 #

      ¡Hola Tony!

      Este pedazo de comentario merece que te responda en privado (que es lo que voy a hacer ahora mismo) pero antes, a las preguntas generales:

      No, en solo dos días y recién llegados no tuvimos ocasión de conocer la vida nocturna de Manila (la de los pinoys, no la de los turistas), pero queda ahí para cuando volvamos. Nos queda muuucho por ver de Manila.

      Lo de los mexicanos no lo sabía aún (con datos detrás, quiero decir) pero me lo olía. Se nota muchísimo su influencia, sobre todo en los rasgos. Parece que de un momento a otro vayan a decir: ¡Andale wey! jeje

      Y por último (antes de escribirte el mail), ¡claro que me acuerdo de ti! Aunque si no me lo llegas a decir no hubiese caído, jajaja. Lo que es la vida :D

      ¡Un abrazo!

    • Eva 13 septiembre, 2016 at 17:59 #

      Acabo de ver el reportaje ‘Camino a la escuela’ unas niñas que viven en la periferia de Manila’ en una subciudad de chabolas. Su deseo es que quieren ser inteligentes para no tener que dedicarse a buscar en la basura. Me ha hecho llorar. Esto es lo que no se ve. Son países como India que su desarrollo económico es brutal a nivel de las diferencias sociales que crea. Cada vez estoy más convencida de las revoluciones que crearon el estado del bienestar europeo son una gran conquista

  2. Ana 14 agosto, 2014 at 14:54 #

    Me da como pudor intervenir por primera vez en esta «comunidad» de tus seguidores, Carmen, entre quienes veo tanta familiaridad y cariño expresados en los comentarios. Pero no puedo evitar mandarte un fuerte agradecimiento, y a la vez el elogio más calido, por el regalo que estás haciendo en este blog.

    De alguna manera somos colegas -hago cine documental en el noreste argentino, aunque mi formación de partida es la antropología social- y vamos buscando con las miradas y las palabras eso que entre humanos nos acerca, si bien sabemos que con frecuencia encontramos lo que nos aleja también…

    Hace poquito conocí tu blog, lo recomendé también y me transformé en lectora ávida. Esta nueva experiencia que estás compartiendo es una nueva maravilla -o una nueva «pasada» como decís por allá, verdad?- y te la agradecemos mucho. Quedo definitivamente anotada, igual que Tony, en este viaje filipino.

    Un abrazo,
    Ana.

    • Carmen 14 agosto, 2014 at 16:50 #

      ¡Hola Ana!

      Déjate de pudores, eres más que bienvenida en esta «comunidad» :D

      Muchas gracias por tus palabras, el regalo me lo haces tú a mí acompañándome en este viaje. Es agradable saber que hay alguien al otro lado con quien poder compartir las experiencias y discutir puntos de vista. Por encima de todo, gracias por la compañía.

      Un fuerte abrazo,

      Carmen

  3. Oscar 17 agosto, 2014 at 13:04 #

    Excelente post, llevo cinco años nomadeando por Asia, y Filipinas se ha convertido en uno de mis lugares favoritos, se puede decir que suelo pasar seis meses al año en este maravilloso país. Ahora mismo me tienes en Palawan, así que si pasas por aquí no dudes en ponerte en contacto conmigo.
    Sigue contando y disfruta mucho.

    • Carmen 27 agosto, 2014 at 18:06 #

      ¡Muchas gracias por tu ofrecimiento, Oscar! Ya le he echado un buen vistazo a tu blog. Me ha encantado la entrada sobre la Iglesia Ni Cristo, súper interesante (me tenía muy intrigada, jeje). Por supuesto que si pasamos por Padawan te avisaremos.

      Un abrazo!

  4. Pau 18 agosto, 2014 at 18:38 #

    Amiga Carmen, nadie como tú para hacerme sentir que viajo en tu mochila. He disfrutado mucho con tus primeras impresiones de Manila: mezcla, caos, pobreza, sentimientos encontrados. Nos leemos en tu próximo relato.

    • Carmen 27 agosto, 2014 at 18:08 #

      Gracias por acompañarme en este viaje, Pau :D

  5. Javier 25 agosto, 2014 at 19:56 #

    Gracias por tu publicación, muy interesante.
    Comparto contigo las opiniones sobre Manila, te da la impresión de estar en latinoamerica. He estado alli varias veces, y desde luego no parece Asia. Me recordaba mas Brazil que Colombia. Dificil de decir porque, pero la sensación de caos, pobreza e inseguridad era constante. Ademas, muchas armas circulan en Filipinas, tanto legales como ilegales.

    La gente es encantadora, pero es un lugar muy duro para vivir, eso sin contar con los tifones que azotan Manila con frecuencia. Como en algunas ciudades de America Latina, se satisfacen con lo que tienen, intentando tirar para adelante todos los dias, sin poder planificar mucho en el futuro. Sensacion de tristeza, pero lo llevan con la sonrisa.

    • Carmen 27 agosto, 2014 at 18:18 #

      Me quedo con esta frase: «Sensación de tristeza, pero lo llevan con la sonrisa». Lo has descrito muy bien.

  6. Oscar 26 agosto, 2014 at 8:28 #

    Una aclaración respecto a lo que habéis comentado respecto a la influencia filipina. Cuando los españoles llegaron al archipiélago pinoy, Mexico ya era colonia española, y encargaron a éstos la administración de Filipinas. Numerosos barcosllegaron desde Mexico cruzando el Pacífico, así como otros volvían llevando a Centroamérica productos procedentes sobre todo de China.
    Para que os hagáis una idea mi mujer es pinoy, ojos rasgados y piel morena, y sin embargo su apellido es Juanitez.
    Buen viaje y un saludo desde Palawan.

    • Oscar 26 agosto, 2014 at 8:29 #

      Perdón, me refería a la influencia mexicana, jejeje…

    • Carmen 27 agosto, 2014 at 18:20 #

      Gracias a los dos ( a Tony y a ti) por las clases de historia que me estáis dando. Muy interesante.

      A ver si hay suerte y podemos conocernos en Palawan para que me cuentes más cosas.

      Un abrazo!

  7. Justin 15 septiembre, 2014 at 21:34 #

    Hola! Esto es mi primera vez leer tú blog, y siendo un Filipino, me interesa mucho. Lo siento por mi mal español, aún estoy apriendo esta idioma.

    Pues, nací en Manila y crecí alli por 19 años, y ahora estoy viviendo en estadounidos hace dos años. Estas fotografías me vuelven en Filipinas y me disfruta mucho. Pero que pena que yo vivía alli y no recorrí mucho como tú en mi propia ciudad. Quizás tienes razón, hay mucha discrepancia entre los ricos y los pobres, y espero que sería un dia que Filipinas prosperará.

    También, no te voy a recomendar Manila cuando visites Filipinas. Siempre recomendamos la isla de Boracay o de Palawan para los visitantes, pero no nuestra capital. Si quieres buscar fotos antiguos de Manila, es una ciudad muy limpia, organizada y más próspera, pero no sé que aconteció y Manila se quedó atrás.

  8. javier 1 julio, 2016 at 1:40 #

    Hola me gustaria preguntar algunas cosas sobre manila ya que en breve ire alli

  9. Sofia 23 agosto, 2016 at 8:58 #

    Hola!!! Mi pareja y yo estamos planeando un viaje a filipinas para mayo 2017. Tenemos 15 días pero si restamos vuelos nos quedan 12. La primera idea es pasar 5 días en palawan. El resto….aquí viene la duda. Nos gustaría boracay y bohol pero quizás sea poco tiempo para los 2. Mejor solo 1?? Cual d ellos?

  10. Aldo Saenz 7 enero, 2017 at 20:04 #

    Hola! Filipinas a mi parecer es uno de los países de Asia más interesantes,contratantes y fascinantes por la múltiple gama de emociones,sensaciones que ofrece y por la alta sensación de esperanzas de que todo mejorará en los tiempos por venir. El choque de sentimientos entre la opulente,lujosa,soberbia ciudad de Manila contra sus mismos barrios,chabolas,zonas marginales es la tarea más difícil que todo viajero explorador tiene que controlar para no perderse en un remolino de confusiones restándole ánimos para seguir disfrutando de tan citado viaje. Definitivamente la influencia mexicana,que por ende es más preponderante en las Filipinas es debido a cuestiones históricas de la otrora y convencido lo digo es más la influencia mexicana que ninguna otra aunque esto no saca de la realidad histórica de que España tiene que estar presente por añadidura puesto que España conquistó a México y la consigna de la Corona Española de que las expediciones a Filipinas fueran planeadas,organizadas y ejecutadas desde y por México siendo los mismos mexicanos quiénes fueron en un trasiego de más de 300 años a las Filipinas y esto como consecuencia de los filipinos quienes vinieron a México por un periodo menor al señalado pero no menos importante ya que si bien es cierto que los otroras mexicanos dejaron su influencia por las Filipinas,que incluso hoy en día hay una ciudad& población llamada México en Pampanga y la influencia religiosa en la devoción a la Virgen de Guadalupe por mencionar una pequeña cantidad de cosas de una larga lista. En conclusión las islas Filipinas son más que fascinantes,emocionantes y ejemplo de fortaleza y temple en la vida. Mabuhay! Saludos desde México de un mexicano descendiente de filipinos.

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