Parece casi inevitable asociar Estoril a la imagen de sus casinos, y aunque no os voy a ocultar que la noche del sábado nos dimos una vuelta por el más importante, en nuestra escapada a la Costa de Estoril descubrimos que esta zona de Portugal ofrece muchísimas posibilidades de ocio y diversión para todos los gustos.
Esta afirmación que, lo admito, puede parecer sacada de un folleto publicitario, no responde más que a la realidad. Como ya he dicho, en este viaje quedé perdidamente enamorada de Cascais y sus alrededores, y en ello, además de lo bello del entorno, las actividades que hicimos (variadas, originales, divertidas) tuvieron mucho que ver.
Surf en la playa de Carcavelos
En una escapada a la Costa de Estoril en verano, ir a la playa se presenta como el plan más evidente. Pero además de recomendarnos conocer la playa de Carcavelos, espectacular con el fuerte de San Julián al fondo (que no pude fotografiar porque tenía el sol justo detrás), nuestros anfitriones nos habían preparado una clase de iniciación al surf que me hacía una ilusión loca… y me perdí por culpa de mi cojera.
No lo sintáis por mi (si es que lo habéis sentido… en caso de que os estéis riendo malévolamente en vuestra silla prefiero no saberlo): disfruté de la experiencia igualmente. Primero, porque el espectáculo ofrecido por mi compañero Avistu de Viajablog sobre la tabla, enfundado en su traje de neopreno, fue una de las cosas más divertidas del viaje. Después…¡porque estaba en la playa! Con el sol radiante, la brisa en la cara, unas vistas magníficas… y no me refiero a las del mar únicamente ;)
La playa de Carcavelos es una de las más populares de la zona. A rebosar en esta época del año, tanto de día como de noche debido a la gran cantidad de bares y pubs que la rodean, esta playa es además el lugar idóneo para iniciarse en el surf, ya que las olas no son muy fuertes. Admito que, a pesar de verme privada de mi clase de iniciación, estuve tan a gusto que me dio un poco de rabia irme, pero ya he tomado nota para la próxima ocasión.
Tras la pista de los manteles rojos en la Quinta do Pisão
Tras una mañana de deporte (especialmente la mía, ja), estábamos hambrientos. El plan de ruta nos indicaba que debíamos reunirnos con nuestros compañeros en la Quinta do Pisão, un ¿restaurante? ubicado en una finca que reconoceríamos por sus ¿manteles colgados en los árboles?. Clarísimo.
Dos horas. Dos horas estuvimos dando vueltas entre campos, bosques y montañas, buscando el famoso restaurante con sus manteles de cuadros rojos y blancos al viento. Entre los múltiples sitios donde nos metimos (por error, por supuesto) puedo destacar una finca privada donde casi nos come un Rottweiler, y un sanatorio donde causamos un auténtico revuelo entre los internos.
Finalmente, los famosos “manteles rojos” aparecieron en una zona por la que habíamos pasado diez veces. Cómo para verlos. ¡Quinta do Pisão era el nombre que recibía todo el parque natural! A veces los periodistas acudimos a los lugares un poquito mal informados, pero conste en acta que nuestros compañeros José Luis y Doris tardaron todavía tres cuartos de hora más en llegar… así que no fuimos los únicos en perdernos.
El almuerzo, evidentemente, no iba a tener lugar en un restaurante, sino en el campo. Queso, embutidos, pasteles… No faltó nada, y después, para bajar la comida dimos un agradable paseo por el parque, donde en aquellos días había montada curiosa exposición de arte al aire libre que nos tuvo bastante entretenidos. La exposición sólo duró hasta el 1 de julio, pero aún sin ella (incluso “mejor sin ella”, me atrevería a decir) la zona es preciosa y digna de ser recorrida.
El broche final a nuestro segundo día en la Costa de Estoril lo puso una sesión de masaje y spa en el Resort Penha Longa, algo que pude disfrutar como una más sin quejarme cada dos segundos del dolor de pies. Me encantaría tener fotos para mostrar la decoración del lugar, pero en aquellos momentos la cámara estaba muy lejos de mi…
Y por la noche, entonces sí: visita nocturna al Gran Casino de Estoril. ¡Cómo irnos sin conocerlo! Afortunadamente la ludopatía no se cuenta todavía entre mis múltiples defectos, así que regresé al hotel tan pobre como había salido. Pero con una estupenda suite a mi disposición ;)
¿La que está jugando en la playa con la niña eres tú?
¡No! Yo hago la foto!
¡Vamos! Os trataron como reyes…
Me parto con la foto de Avistu en la tabla de surf. Veros (a algunos) dar esa clase debió ser todo un espectáculo.
Un saludo ;)
Impresionante la clase de surf. Creo que estuve ¿dos horas? de principio a fin y conseguí levantarme sobre la tabla dos veces (el entrenamiento sobre la arena no cuenta). Teniendo en cuenta todas las veces que lo intenté, mi índice de efectividad es aproximadamente del 5%
Eso sí, me lo pasé como los indios :)
¡La clase sólo la dio Avistu! Yo estaba coja, y nuestros dos compañeros ese día tenían una ruta más gastronómica y cultural :)
Si te han gustado las fotos del deportista, tengo muchas más para enseñarte… :P
Jejeje cuánta buena gente junta ;)
Estuvo genial :)
¡Lo pasamos muy bien!
Por un momento, me pareció ver un individuo conocido. :-)
¡Qué va! ;)
Hermosas las fotos!! Se nota que disfrutaron a pleno del paseo por Estoril.
Gracias, Mariana! Lo pasamos muy, muy bien :D
buah! la primera foto es brutal!!! que ciudad mas bonita!!!!!!!!!!!!!
Lo brutal no es la foto, sino el pueblo, ¡un sitio precioso! :D
Me da que os lo pasasteis genial, pero Avistu tendrá que hacer alguna clase más de surf, la pose la tiene en la arena, pero en el agua ya es otra cosa XDDD
Ahora que poco a poco se va el verano, da una penita ver estas imágenes :(
Ya te digo, José Carlos… a mi ya se me acabó la playa hasta el año que viene :(
A Avistu hay que decirle que se apunte a unas clases de surf en su tierra, que tiene buenas olas, ¡así practica! :D