La primera versión de esta entrada con consejos y recomendaciones para viajar a Sri Lanka fue escrita tras mi primer viaje al país en el año 2014. Como desde entonces he regresado muchas veces, he creído necesario actualizarla con los apuntes que me ha dado la experiencia, con el fin de que la información sea lo más actual y completa posible.

¿Vas a viajar a Sri Lanka y quieres tener una visión general de lo que no te puedes perder, cuánto te va a costar, qué clima esperar, dónde comer y dónde beber una cerveza? Aquí está.

Patrimonio cultural: lo mejor de Sri Lanka (y su precio)

Sri Lanka es una pequeña isla con un patrimonio cultural vastísimo. Honestamente, de los lugares imprescindibles (Anuradhapura, Polonnaruwa, Sigiriya, Dambulla…) no hay uno solo del que pueda decir: «Éste te lo puedes saltar». ¡Siempre que te interese la historia y el arte, claro! Todo es interesante y hermoso.

El único problema es que la entrada a estos lugares es un poquito cara (si hacemos una relación directa entre su precio y el coste de vida del país). Estos son los precios actualizados a fecha de agosto 2017:

Anudharapura: 3750 rupias / 25 dólares

Árbol Sri Maha Bodhiya (dentro de Anuradhapura): 200 rupias

Templo-monasterio de Isurumuniya (dentro de Anuradhapura): 200 rupias

Polonaruwa: 3750 rupias / 25 dólares

Sigiriya: 4.500 rupias / 30 dólares

Cuevas de Dambulla: GRATUITO

Templo del Diente de Buda (Kandy): 1.500 rupias

Total: 13.900 rupias (aproximadamente 77 euros).

En definitiva, si nos atenemos a comparaciones la entrada a los lugares de interés cultural de Sri Lanka es un poquito más cara que en sus vecinos del sudeste y sur de Asia. Puesto en perspectiva, imagino que esta cantidad para algunos no significará nada, pero también que aquellos que viajen como mochileros de bajo presupuesto lo notarán más, e incluso tengan que «seleccionar» entre los lugares a visitar. Si ese es vuestro caso, os digo mis favoritos (opinión completamente subjetiva, como de costumbre):

• Entre Anudharapura y Polonnaruwa, me quedo con Polonnaruwa. Cuenta con muchos más templos, dagobas y antiguos edificios (palacios, monasterios…) para ver, además de los Budas de Gal Vihara. Está todo mucho más concentrado, y recorrerlo en bicicleta o rickshaw es un placer. Por otra parte, si de verdad eres un mochilero de muy bajo presupuesto, en Anudharapura es más fácil «colarse» haciéndose el despistado (en Polonnaruwa es imposible). Esto se supone que no lo puedo decir, así que haced como que no lo habéis leído :)
• Dambulla: Imprescindible, ¡y gratuito!
• Sigiriya: Absolutamente imprescindible. Si tuviese que elegir un solo lugar que ver en todo Sri Lanka, mi elección está clara: Sigiriya y el Parque Nacional de Kaudulla (del que más adelante hablaré).
• Templo del Diente de Buda (Kandy): El lugar más sagrado de Sri Lanka, y uno de los principales centros de peregrinación budista a nivel mundial, merece ser visitado. Como una vez que hayáis salido de él no se permite volver a entrar (tendríais que pagar de nuevo la entrada) os recomiendo hacerlo a una de las tres horas en que tiene lugar la pooja y el relicario es expuesto al público durante unos breves minutos (no se ve el diente, pero la concentración de fieles en el templo es mayor). Los horarios (salvo cambios) son: 5:30 – 7 AM, 9:30 – 11 AM y 18:30 – 20:00 PM.

Sobre Anudharapura (que ya veo los comentarios tirándome piedras por decir que merece menos la pena que Polonnaruwa): Es muy interesante y tiene las dagobas más grandes del país, además del Sagrado Árbol de Bodhi («hijo» del árbol bajo el que Buda alcanzó la iluminación). Por supuesto que sería también una visita imprescindible. Solo digo que, personalmente, si por tiempo y presupuesto tuviese que elegir, YO elegiría Polonnaruwa.

[Cuevas de Dambulla.]

Mis favoritos: Sigiriya y el Parque Nacional de Kaudulla

En todos los viajes que hago a Sri Lanka dedico un día completo a Sigiriya y el cercano Parque Nacional de Kaudulla. La dinámica es siempre la misma: levantarse muy temprano para subir a la «Roca del León» (cuando aún no hace mucho sol y la subida es más fácil) y, tras hacer una paradita para comer, poner rumbo a Kaudulla con el fin de hacer un safari en jeep para avistar elefantes en libertad. Según dónde estén los elefantes ese día es posible que os recomienden el Parque Nacional de Minneriya, pero hasta el momento mis mejores experiencias han sido siempre en Kaudulla.

No me entretengo más en este punto porque he hablado largo y tendido sobre ello en esta entrada.

«Off the beaten track» (fuera de las rutas más turísticas)

Si tenéis tiempo de sobra en el país y os podéis permitir salir un poco de las rutas más turísticas, la peregrinación nocturna al Pico de Adan es para mí un «top» de Sri Lanka.

Admito que es fácil decirlo ahora, «a toro pasado»; durante el ascenso no me quedó ser vivo sobre el que maldecir :) Pero sí: es el recuerdo más especial y bonito que tengo de este país. ¡Aunque solo se lo recomiendo a aquellos con buena preparación física, o dispuestos a sufrir! Si yo pude hacerlo, y las abuelitas también, cualquiera puede… pero es una buena paliza, y los días siguientes las piernas os dolerán hasta llorar.

Jaffna, ¿sí o no?

Este es el único punto sobre el que hablo menos actualizada, ya que solo he estado en Jaffna una vez y me decepcionó un poquito. La ciudad en sí me pareció bastante fea (ciertas calles me recordaban a un polígono industrial) y con pocos atractivos turísticos: el templo hindú Nallur Kandaswamy y el Fuerte, que aunque está en restauración muestra un aspecto abandonado y triste (al menos, así era en 2014).

En realidad, no fui a Jaffna con la idea de visitar templos o monumentos. Como capital cultural de la población tamil de Sri Lanka y epicentro de la guerra civil que agitó el país hasta 2009, esperaba encontrar alguna huella del conflicto, alguien con quien hablar y que me contase su historia… pero lamentablemente no tuve suerte, así que la abandoné un poco decepcionada.

Por tanto, no puedo decir que NO recomiende su visita; de hecho, en los comentarios de esta misma entrada encontraréis a varias personas que tuvieron una experiencia completamente opuesta a la mía y les encantó. Me limito a decir que aquellos que no tengan mucho tiempo o que estén más interesados en el patrimonio cultural, quizás hagan bien en ir hacia otras zonas de la isla.

[Templo Nallur Kandaswamy, en Jaffna.]

Los maravillosos viajes en tren

No es un medio de transporte más: es un espectáculo. Y no sólo el famoso «tren de las montañas» (cuyo tramo más conocido es el que va de Nuwara Eliya a Ella): el tren de la costa también es genial.

Por otra parte, además de los preciosos paisajes, los trenes de Sri Lanka tienen a su favor unos precios de risa. Evidentemente no son tan baratos como los trenes de India, pero el estado, la comodidad de los asientos y limpieza de los vagones también son mucho mayores; y la masificación, menor. Es una gozada desplazarse en ellos por el país (infinitamente mejor que en autobús).

El clima en Sri Lanka, ¡prepárate para algo de lluvia!

Sri Lanka es una isla pequeñita, pero con muchos microclimas diferentes. Para empezar, Sri Lanka tiene dos épocas de monzón diferenciadas: el monzón «Yala», que de mayo a agosto «ataca» la mitad suroeste de la isla (Colombo, etc), y el monzón «Maha», que de octubre a enero suelta sus lluvias en en el noreste (incluyendo la zona de las ciudades antiguas).

Según esto, la época ideal para viajar a Sri Lanka sería de enero a abril, pero esto es solo la teoría. Según mi experiencia, el clima en Sri Lanka es impredecible, y habiendo estado en diferentes épocas del año (en noviembre, en enero, en abril…) puedo afirmar una cosa: poco o mucho (en algunos viajes solo un par de días, en otros viajes, bastante más) me ha llovido en todos los viajes. Así, que, en mi opinión, conviene estar mentalizado de que esto puede pasar y disfrutarlo como una característica más del país.

¿Dónde, según mi experiencia, tenéis un 97% de probabilidades de que llueva? En las montañas. La zona de las «tierras altas» (Kandy, Nuwara Eliya, Ella, etc) es húmeda por naturaleza (por eso están ahí los campos de té), y los chaparrones que me han caído allí son indescriptibles (algo que puede estropear vuestros planes de hacer algún trekking).

Comer y beber en Sri Lanka

No os voy a engañar: el abanico gastronómico de Sri Lanka es poco amplio. La base de toda su cocina es el arroz con diferentes tipos de curries (de verduras, lentejas, carne, pescado…), algo que en principio promete mucho (sobre todo si te gusta la comida india y esperas la misma variedad), pero como las variantes son escasas, al final muchos viajeros se aburren. Un dato importante para aquellos a los que no les guste el picante es que la comida de Sri Lanka pica bastante (más que la de India).

Al margen del arroz con curry, otros platos típicos de Sri Lanka son el kottu (un salteado de pan con diferentes tipos de verduras o carne), los roti (el mismo pan, relleno de verduras, o variedades dulces con coco, chocolate..) y los hoppers (una especie de tortitas muy finas hechas con harina de arroz que se sirven con diferentes acompañamientos, huevo…).

[Variedad de curries y otros acompañamientos que se sirven con el arroz en un típico restaurante local.]

A mí, que los curries me gustan mucho y el picante todavía más, la cocina de Sri Lanka me suele dejar satisfecha (supongo que en esto también influye el hecho de ser vegetariana, y quizás por ello apreciar más los matices entre los diferentes tipos de verduras). No obstante, el panorama gastronómico de Sri Lanka tiene un problema añadido: la oferta de restaurantes es muy escasa. A excepción de las grandes ciudades como Colombo, Kandy, y por supuesto, los balnearios de la costa, en la mayoría de pueblos y ciudades pequeñas (incluyendo aquí destinos turísticos de primer orden, como Anuradhapura y Polonnaruwa, lo cual me resulta inconcebible) solo hay pequeños restaurantes locales sin demasiado encanto (con «encanto» quiero decir que no tienen el ambiente que se espera para mezclarte con la gente local, algo mucho más fácil en otros países) donde se ofrecen los mismos tres platos, y un par de restaurantes turísticos. Y ni hablemos de bares donde tomar una cerveza o una copa (hay algunos, pero no responden al concepto de «bar» que muchos tenemos en mente). Por eso, mucha gente termina resignándose a comer y cenar en el hotel, donde se sirven tanto platos típicos de la gastronomía local como internacionales.

[Un plato para chuparse los dedos -nunca mejor dicho, pues en Sri Lanka se come con la mano- en una granja familiar que ofrece a los turistas un buffet de comida local que es de lo mejorcito que he probado.]

Una excepción notable a lo anterior es Ella (punto de partida de numerosos trekkings, y por ello, lugar de reunión de aficionados a la montaña). Este pueblo, con lo pequeñito que es, tiene mucho más ambiente que otras ciudades grandes o más turísticas. Hay un montón de restaurantes locales de calidad, restaurantes turísticos donde comer una pizza al horno «auténtica» (en alguno de mis viajes he conocido a cocineros italianos trabajando en ellos por temporadas), y un ambiente nocturno bastante majo (para tomarse una copa, no para salir a bailar).

Resumiendo: no esperes mucho de la oferta gastronómica y de ocio nocturno en Sri Lanka. Todo esto se concentra fundamentalmente en las ciudades de la costa, de las que hablaré a continuación.

Playas de Sri Lanka

Sri Lanka es famoso por sus playas, de las que yo conozco Unawatuna, Mirissa, Beruwala y Negombo.

En cualquiera de las cuatro hay infraestructura turística a tope (característica común a casi todas las playas del sur de la isla), por lo que no esperéis un paraíso perdido, pero eso también tiene su punto a favor: una terraza con velitas , buen ambiente y música para tomar una cerveza o cenar junto al mar, nunca va a faltar.

Mi favorita hasta la fecha es Mirissa: una playa larga, larga, y con un equilibrio muy bueno entre tranquilidad y ambiente nocturno. Durante el día hay bastante gente, pero no se «desfasa», y por la noche la arena se llena de mesitas, restaurantes y bares donde tomar una copa (sin caer en el desenfreno). Además, Mirissa es uno de los mejores puntos de partida desde donde hacer excursiones en barco para avistar ballenas. Si os preocupa el bienestar de estos animales, os recomiendo contratarla con Raja and the Whales: hasta donde yo sé, la única empresa que respeta la reglamentación internacional para una avistamiento responsable (manteniendo las distancias de los barcos con respecto a las ballenas y delfines, etc).

[La playa de Mirissa, mi favorita por el momento.]

[Entrada del mar que forma una pequeña «piscina» en el extremo izquierdo de Mirissa.]

En cuanto a Unawatuna, es un pueblo «cómodo» porque está muy cerca de Galle (ciudad colonial que constituye una parada casi imprescindible), pero se ha masificado mucho en los últimos años, la playa es más pequeña y se están cometiendo unas barbaridades urbanísticas terribles. Por su parte, la playa de Beruwala está bien, pero la infraestructura turística es menor y fuera de los hoteles y resorts (más caros que en Unawatuna o Mirissa) no hay mucho que hacer.

[Playa de Unawatuna, más pequeña y con mayor infraestructura turística -restaurantes, tiendas…- que Mirissa.]

Por último, Negombo: la «casilla de salida» por la que casi todo el mundo pasa a su llegada o salida del país. La playa en sí no me gusta nada (es grande, pero al estar tan cerca de Colombo, también sucia… no invita a bañarse), pero eso sí: el ambiente nocturno está bastante bien. Jamás elegiría Negombo como una de mis paradas imprescindibles en Sri Lanka, pero para hacer una noche a vuestra llegada o salida del país no está mal: hay ambiente, muchos restaurantes y bares con música en vivo, además de tiendas donde comprar los últimos recuerdos del viaje.