Tras la región de Shekhawati me dirigí a Bikaner, otra de esas paradas clásicas en los circuitos por el estado de Rajasthan que había pasado por alto en mi viaje anterior.
Hablar de esta ciudad implica necesariamente detenerse en su fuerte, construido en el siglo XVI por el tercer gobernante del Reino de Bikaner, y cuyas impresionantes murallas, bastiones y foso dejan constancia de la importancia de este reino al tiempo que explican que jamás pudiera ser conquistado.
Por este motivo, el fuerte de Junagarth se encuentra en un excelente estado de conservación. Sin embargo, no voy a dedicar más líneas a contar su visita, pues a decir verdad, desprendidos de toda la opulencia del pasado, sus interiores no resultan tan impresionantes como su exterior.
Desayuno en familia
Llegué a Bikaner luego de un trayecto en autobús de cinco horas desde Mandawa. En el viaje conocí a Rudra, un militar que regresaba a su casa tras siete meses de misión de paz en Israel.
Rudra tenía ganas de hablar. Me contó su vida y me preguntó todo lo preguntable sobre la mía, y al enterarse de que no tengo hermanos (hombres) decidió hacerse cargo de mi, “obligándome” a bajar con él en su pueblo, a media hora de la ciudad, para conocer a su familia.
La casa, de dos pisos y con detalles como una enorme televisión de pantalla plana bastante cara, me sorprendió por la ausencia de muebles e incluso de pintura en las paredes. Sin duda se trataba de una familia acomodada, pero con el hormigón a la vista daba la impresión de que no hubiesen podido esperar para mudarse, habiendo entrado a vivir en el edificio a medio terminar.
Fueron más que amables. Como desayuno me ofrecieron chai, dulces y diferentes aperitivos picantes, y cuando terminamos me preguntaron si quería quedarme a comer, invitación que rechacé. Al fin y al cabo hacía siete meses que ese matrimonio no se veía, y yo no podía evitar sentir que mi presencia sobraba en unos momentos tan íntimos.
Todas las vacas de India
Comentaba hace unos días que en Delhi había tenido la sensación de que había menos vacas. Según mi amigo Devesh, en los últimos tiempos ha aumentado considerablemente el asesinato de estos animales por parte de algunos desaprensivos, al margen de la ley y la religión, que emplean sus pieles para hacer cuero, entre otros negocios turbios.
Por otra parte, también hay que considerar el hecho de que el estilo de vida de los habitantes de grandes ciudades como Delhi esté cambiando, especialmente en las zonas más céntricas. Según Devesh, si se quieren ver vacas basta con ir un poco a las afueras de la ciudad o viajar a otras poblaciones más pequeñas, no necesariamente más rurales.
Bikaner es una gran ciudad de más de 500.000 habitantes, y sin embargo en ella he podido ver muchísimas más vacas que, por ejemplo, en los pueblos de la región de Shekhawati. Algo realmente impresionante. Supuestamente Bikaner es famoso por sus camellos, pero para mí es la ciudad de las vacas. Todas las vacas de India parecen estar en Bikaner.
La fiesta de las ratas
El principal motivo por el que los viajeros hacen parada en Bikaner es acercarse hasta Deshnoke, un pueblo situado a unos 30 kilómetros donde se encuentra el templo de Karni Mata.
Karni Mata fue una encarnación de la diosa Durga que en el siglo XIV pidió a Yama, dios de la muerte, que devolviera la vida a su hijo Lakhan, quien había muerto ahogado. Al ver negada su petición, Karni Mata decretó que todos los miembros de su familia se reencarnarían en ratas, animales que hoy pueden contarse por centenares en este templo donde se les cuida y venera.
Mi madre suele decir que, cuando quiere saber dónde estoy, busca el lugar donde haya mayor aglomeración de personas. ¿Que hay un festival multitudinario? ¿Un concierto al aire libre? ¿Una manifestación? Ahí está su hija. No puedo negar que algo de razón tiene, si bien en India esto no puede considerarse un gran mérito, pues a la densidad de población hay que sumar el hecho de que lo raro en este país es no coincidir con alguna celebración.
En cualquier caso, en Deshnoke he tenido la buena o mala suerte de que estos días tuviese lugar el Navratri; un festival que, como contaba en la entrada anterior, celebra a la diosa Durga en todas sus encarnaciones, Karni Mata incluida.
En el trayecto desde Mandawa ya había podido observar a decenas de peregrinos que, portando banderas rojas, peregrinaban a Deshnoke a pie desde sus ciudades de origen, algunas a muchos kilómetros de distancia, con el objetivo de honrar a la diosa. Al llegar al templo, a su alrededor había montada una gran fiesta con infinidad de puestecitos, y dentro de él la cantidad de personas era tal que hasta las ratas se escondían.
A pesar de ello la visita sigue siendo bastante… asquerosilla. No tanto por los roedores, sino por todo aquello que su presencia acarrea: un olor nauseabundo y el suelo lleno de orines y heces que desgraciadamente hay que pisar con los pies descalzos (o con calcetines, en el mejor de los casos).
Las ratas en sí me sorprendieron por pequeñas en comparación con las que se encuentran en las calles. Para supuestamente vivir con todos los lujos a los que una rata puede aspirar, tienen un aspecto realmente enfermizo, dando la impresión de trasmitir cientos de enfermedades si alguna roza tus pies.
En teoría ver una rata blanca es señal de buena suerte. Yo no la vi, pero tampoco pienso volver para ello; para mí el templo de Karni Mata es una visita para hacer una vez y, saciada la curiosidad, no volver más.
Conozco a más de uno y de dos que no se atrevería a poner un pie por allí :D
En principio nadie se «atreve», pero yo creo que una vez que estás ahí ya das el paso :D
Hola!! Qué bueno que esta vez te diste una vuelta por Karni Mata. Cuántas impresiones distintas que tienen todos los viajeros sobre el templo de las ratas… pero hay algo que todos tienen en común: no pasa desapercibido en ningún itinerario.
En nuestro caso, yo (Dani) entré con bastante miedo. Miedo a si las ratas me caminaban por encima, miedo a pisar caca, miedo a pisarlas… pero cuando estaba ahí adentro sentí todo lo contrario, hasta las encontré tiernas :)
Seguí disfrutando mucho de la alocada India, una loca linda!
Estoy con vosotros en que de los miedos y prejuicios iniciales enseguida se olvida uno, pero de ahí a encontrarlas tiernas hay una gran diferencia, ¿eh, chicos? jajaja
¡Un abrazo desde la increíble India! :D
Karni Mata es una de las experiencias más impactantes de la India. A los occidentales nos puede parecer incluso repugnante, pero hay que comprender las costumbres y rituales de este país. Lo que más me impresionó es ver a los fieles besando el suelo por donde caminan cientos de ratas. Realmente es algo único en el mundo.
Cierto, se me ha olvidado comentarlo pero la imagen de todas esas mujeres y hombres pesando el suelo es realmente impactante… Pero, como dices, lo más importante aunque nos cueste comprenderlo es aceptar y respetar las costumbres y creencias de este país :)
¡Un abrazo!
Que alguna de las ratas pase por encima de los pies también es señal de buena suerte. Y sí, en mi visita fui uno de los ‘afortunados’…
Suerte con lo que te queda de viaje. Aunque no acostumbre a dejar comentarios en el blog, soy un lector habitual.
¡Hola Narcís!
Si fuese cierto lo de la buena suerte, en este país serían todos ricos, porque lo raro es que una rata NO te pase sobre los pies ;)
En cualquier caso, con la de dioses que tienen en India yo elegiría a cualquiera de los otros cientos antes que las ratas :P
¡Un abrazo!
Hay que entrar descalzo?? Jaaarrl! Yo no creo que me atreviese… jajajaja!
Siempre puedes ponerte calcetines ;)
Y cuánto cuesta ver el espectáculo? Serán precios populares no?
¿Qué espectáculo, Marcos?
Ku, hija ,siempre digo que estas en todas las aglomeraciones. SIEMPRE lo digo, porque siempre estas. EN TODAS . Solo me quedaba la de RATAS. Eres un fenómeno. Te superas a ti misma. Ah!!! Las fotos muy buenas . TQ
Ku…me acabas de quitar las ganas de comprarme un hamster!
prefiero mil veces una vaca! ;D
pd. tienes que probar esto!!! http://www.youtube.com/watch?v=LmpeURi3cJY
Jajaja, ¡ya lo había visto y me muero por probarlo! :P
Lo sacamos de nuestro plan de viaje después de ver las ratas por la calle ;-) como dices el principal (y casi único) motivo para llegar hasta allí es ver el templo y ya el primer tuvimos bastante roedor en Jodhpur como para ir a buscarlos a «su casa» ;-)
¿En qué templo de Jodhpur visteis ratas?
No, las ratas las vimos en la ciudad, sobre todo en la estación de tren. Cuando dejamos las mochilas en la consigna de la estación, por allí dejamos también las ratas corriendo :-S
Personalmente visité este templo con mis reparos y los típicos «ascos» …. pero una vez que vi la extraordinaría puerta de mármol blanco con esculturas esculpidas de forma esquisita … se me pasó todo y disfruté mogollón de la atmósfera y de lo que pasaba por allí ¿volver ? pues sí, he visitado muchos templos por toda la india pero ninguno como este.
Eso seguro, ¡el templo de las ratas es único en su especie! (nunca mejor dicho). Yo no sé regresaría a propósito, pero volveré seguro, antes o después :)
Un abrazo, Moisés!
hola, me gustaria saber que horario tiene este templo. alguien sabe a que hora cierra?
Hola veo que ya hace tiempo pero contesto por si alguien como yo entra y lee… segun un post leido desde las 16:30 hasta las 21:00 h.
saludos.
Hola alguien podria decirme que tarjeta bancaria ha usado en este destino? tengo entendido que es recomendable la que no cobre comision en el extranjero ni sacar en cajeros…He preguntado en varias y ninguna encuentro… en post he leido que se recomienda llevar tarjeta y metalico por tema propinas y lugares que no acepten plastico….Ayuda por favor…
Para primeriza que recomendais? El triangulo dorado? que es por el norte?
Muchas gracias.