Mis referencias de Delhi no eran buenas. A nivel turístico, quiero decir. Tal vez sea debido a que para muchas personas es su “puerta de entrada» a India, y entre el choque cultural, las aglomeraciones, y prejuicios como que esta ciudad no tenga un monumento tan llamativo como el Taj Mahal, o un atractivo, digamos místico, como Varanasi, todo influya para que no sea vista (o recordada) con buenos ojos, siendo posteriormente considerada como simple lugar de paso por muchos viajeros que se basan en estas opiniones para configurar su itinerario.
Pues bien, no sé si es que yo he llegado muy ilusionada, muy mentalizada, que la compañía es buena y eso ayuda, o qué, pero a mi me está encantando. Tanto, que si bien mi plan inicial era irme mañana, lunes, he decidido quedarme hasta el miércoles. Y aún así creo que seis días se me van a quedar cortos para todo lo que quiero hacer.
Siesta, imagen habitual en la Vieja Delhi.
Los hombres y los perros en India no se llevan tan mal como se dice.
Están siendo unos días muy intensos. Me levanto a las ocho de la mañana, y tengo que despertar a Devesh, que si no es capaz de dormir hasta mediodía. No volvemos a casa hasta las diez de la noche, y en ese tiempo que estamos fuera, sólo hacemos una pausa para comer. Cuando regresamos a casa, continuamos hablando hasta las dos o tres de la mañana. Y al día siguiente, vuelta a empezar.
Pero empecemos por el principio. El sábado nos reunimos con Sarit, una chica de Israel, a la que Devesh conoció por casualidad hace poco en el pueblo de sus padres. Sarit tiene 33 años y también está viajando sola por India. Lleva cinco meses, y sólo ha visto seis ciudades: Leh, Dharamshala, Rishikesh… todas del norte. Para cada una, se toma su tiempo; puede incluso quedarse un mes.
Con ella nos adentramos en Old Delhi, un laberinto de callejuelas estrechas y tumultuosas, poblado por millones de personas que se niegan a abandonar sus viejas viviendas, incluso por otras más nuevas y mejor acondicionadas.
Ambiente en una de las arterias principales de la Vieja Delhi.
El observador, observado.
La Vieja Delhi es pura vida, y si tuviese que tener un corazón, éste sería Chandni Chowk: un inmenso bazar donde puedes comprar cualquier cosa que imagines. Cada barrio tiene su especialidad, aquí lo de la competencia es algo que no se tiene en cuenta. Así, puedes encontrarte una calle únicamente dedicada a los libros, una zona llena de tiendas de sarees, o el barrio más famoso: Khari Baoli, mercado de los frutos secos y las especias.
Mercado de las especias
Time for shopping!
Pero si por algo es conocida Old Delhi, es por su cocina. En cada acera, en cada esquina, en cada baldosa libre, cientos y cientos de carros con fruta y puestos de comida: Biryani, Korma, Dosaï… y muchos más platos de los que desconozco el nombre (y aunque lo supiese no me acordaría).
Sea cual sea la hora del día, siempre hay alguien cocinando y alguno comiendo. Y digo alguno, por no decir que las personas haciendo cola llegan a contarse por veintenas. Como dato importante, aclarar que no es comida para pobres: personas de toda clase social, casta y condición, vienen exclusivamente a la Vieja Delhi a por comida. Por lo que he podido probar, no es para menos.
Economizando el espacio: lo que ves es lo que hay.
Esperando al metro en perfecto orden (¡imponte, Gallardón!)
Este paseo nos ocupó todo el día, y aún así no pudimos ver el Fuerte Rojo, el templo jainista, ni otras muchas visitas “de manual” que ya de estar aquí, no debería perderme. Uno de los motivos por los que he decidido alargar mi estancia en la ciudad.
Ayer, domingo, nos levantamos pronto nuevamente, para seguir quemando suela. Esta vez, nuestro destino era Pahar Ganj, el barrio de los mochileros por excelencia, donde se hospeda Sarit. Aunque esté lleno de turistas, también tiene su encanto: es como un microcosmos dentro de la gran ciudad, y no hay nada que necesites y allí no tengan (tiendas, restaurantes, pubs, cajeros, internet…), así que si por algún motivo os persigue la mafia y tenéis que esconderos, es un buen lugar para meterse.
Atención a los «controles de seguridad», a la izquierda de la imagen.
Allí comimos en un coqueto restaurante, 100% guiri. En mi caso, el plato de arroz con verdura más grande que me han puesto en mi vida (que no terminé), acompañado por lassi dulce, una bebida hecha a base de yogurt líquido, muy popular en India. Todo por 75 rupias (y, como ya he dicho, el almuerzo es la única comida que hacemos en el día, así que puedo concluir que si la cosa sigue así, voy a salir muy baratita en este viaje).
Devesh y Sarit dejando limpios los platos.
Una vaca sigue con atención una emocionante partida de ajedrez.
No os voy a engañar, esa tarde alguna que otra compra cayó. Sí, he pecado, pero se hacía necesario adaptar mi vestuario, y un pantalón, dos camisetas y un chal –todo muy hindi… o hippie, o como queráis llamarlo- me ha salido por 300 rupias (¡¡4,49 euros!!). No penséis que por mi cara bonita; este país es barato, pero no tanto para los turistas, y si hubiese ido sola el precio de todo al pack (regateo incluido), hubiese rondado las 500 o 600 rupias. Pero para eso tenemos aquí a Devesh, que negocia con ellos en hindi ¡y no nos clavan una! Ni los vendedores, ni los conductores de rickshaw, ni los guardias corruptos que me quieren cobrar por sacar fotos en el metro… nadie.
Ejecutivo pasando frente a un multicine en Connaught Place.
Pasado el momento de fiebre consumista, dejamos a Sarit en su hostal, y decidimos regresar a casa, ya que había anochecido, hacía frío, y estábamos muy, muy cansados. Pero en el camino, cerca de Connaught Place (la otra cara del consumismo indio; esto es: la zona de las tiendas de marca), mis ojos hicieron chiribitas al encontrarnos, en una callejuela, con otro mercado, iluminado con cientos de lamparitas, y lleno a rebosar: Janpath. Así que el pobre indio que me acompaña (se va a acordar de mi mientras viva), puso cara de “qué le vamos a hacer”, y me dio permiso para perderme entre los puestos un rato más.
Me gustó tanto, que al llegar a casa lo busqué en la guía, donde lo llaman Tibetan Market, y lo califican como “muy turístico”. No sé, no sé… por lo que he visto, puedo dar fe de que es un mercado hecho por y para indios, y de que allí no había ningún guiri. En un primer momento pensé que tal vez fuese por la hora a la que fuimos, pero al comentárselo a Devesh, tampoco está de acuerdo: ni en lo de “Tibetan” (¿¿??), ni en lo de “turístico”. Así que, si vais a Delhi, no os lo perdáis.
Vaya, otra vez me ha quedado muy larga la entrada. Me voy ya a la cama, que mañana me espera otro día duro, y a este ritmo de dormir cuatro horas por noche no creo que llegue muy lejos.
Os dejo con la carita de una niña que me ha sacado más de una sonrisa el día de hoy; espero que mañana os anime también un poquito a vosotros.
De larga nada, tonta!! Que queremos que nos lo cuentes todo y todo!
:) (ya ves, habemus sonrisa también)!!
Cuídate, Muaaaaaaaaaa
P.D: La ultima foto tiene múltiples puntos pero, si. El primero es alegre.
Carmen!! q bien q hayas llegado bien y todo este pasando en órden, me alegra q estes acompañada, me encantan las fotos y como lo relatas!! no te imaginas como engancha este blog aventurero, bueno espero q sigas cn tus descubrimientos en cada centímetro d este lugar, seguire leyendo, un beso!!!! cuidate!
Larga??? Queremos más!!! jajaja
Que bueno que alargues en Delhi, creo que tiene muchos sitios que descubrir, pero tan bulliciosa que a cualquiera le puede asustar!! Has picado? Yo tb lo haría, y me apunto estos dos mercados para cuando vaya! Muchas gracias por dar tan buena información!
Besos y cuidate!
Laura
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http://www.viajealatardecer.com
http://madridallabout.blogspot.com
Muy bien kukita, lo estas haciendo muy bien, me gusta el reportaje y las fotos, son preciosas. Un beso, te queremos.
Nos vas a malacostumbrar con entradas tan seguidas (… y buenas!). Luego las reclamaremos si las espacias! ;)
La vaca pinta me ha llegado al alma. En la televisión siempre salían todas iguales en la India… ocres, amarillas, pero no pintas! :D Y el póster ese tan colorista de la tercera foto me ha dejado también intrigado, si tienes un rato pregúntale a Devesh qué anuncia.
Besos!
KU, yo como siempre un poquito tarde, pero no pensé que pudieses escribir en el blog con esta rapidez, esperaba a lo sumo 1 cronica o 2 a la semana… aunque he de reconocerlo, leerte es como tenerte delante, casi te veo gesticulando al contar las anecdotas, jejeje y me encantaría poder leerte a diario. Aunque como dicen por ahí, luego nos malacostumbras y no podemos pasar sin tí.
Un beso muy fuerte, disfruta y DUERME! que si no…
Palmy
KUUUUUUUUUUU!!!Pero que envidia me das!!!!mientras leo se me cae la baba!!!es increible!!Ya echaba de menos tu actualizacion!
Me meto todos los dias,tanto en el correo como aqui!me hace una ilusión cada vez que subes algo!!
De extenso nada!Alargalo todo lo que puedas!que me rechifla conocer lo que vas conociendo, asi viajamos juntas desde diferentes puntos de vista,CLARO,MUCHO MEJOR EL TUYO ¬¬ …en fin ya me tocara a mi Muahaha!
Por cierto,vaya cuidado que hay que tener para no pitar en los controles de «Pahar Gauj» ajajaj
Lassi¿? que suerte has tenido!!actimel indio! ajajaj
(pd:be carefull with milk.Remembered Pekín Express XD)
Por no hablar de la vaca!!que simpatica la tia!!ajaj
ajaja hasta la pasma intenta timarte,guiriiii!
Bueno Ku dices que por la noche pasas frio,pues no te puede ni imaginar lko que es esto!!yo hoy he ido con 5 capas y un abrigo y tenia frio!!!ahora graniza…y mañana las previsiones dan 6ªbajo cero,nieve en suances!esto es 2012!un caos!una vorágine!
Ayer estuvimos viendo la imitación de Pekin(ruta del himalaya)salio Delhi y salian comprandose un sari y tambien salia el aereopuerto donde has estado tu!Al margen de eso una mierdaaaa no duramos ni un asalto a los dos min fuera!
Que niñina más linda la de la foto!!!Sabes que nos vamos a traer a casa un niño saharahui!flipa!Sólo durante dos meses!en julio y agosto!es una campaña de ayuda…ku admitelo has sido reemplazada ajaj que NOOO!eso seria imposible,nadie podria ocupar tu lugar!!!
Lo mejor de todo es lo del «Observador Observado» se te ha ocurrido a ti! es buenisimo!
¿Mi casa es mia?
Pura vida…mmms me suena…C.Rica?^^
Pero se lleva la palma lo de economizando Espacio,es buenisimo,vaya negociazo!comiquisimo!ajajaj
que ordenaditos!da gusto!!pobre Gallardón!!
Bueno Ku que te podria contar miles de cosas,es decir,gilipolleces,pero no tienes que contarmelas tu.Además tengo que estudiar…¬¬ no como otros que viven de las rentas!ajaja
Namasde!
bueno Carmen, ya veo que te va todo muy bien por India…espero que hagas amigos y esas cosas, y que todo salga a la perfección…por cierto, lo de la vaca me ha dejado impresionadísima!!!
un saludo guapa!!
Carmen, tu blog es un verdadero tesoro para mi! Mil gracias y que disfrutes para mi tambien hasta que llegue yo tambien :D
Me alegro que todo te vaya tan bien :)
Me gustan las filas a la hora de esperar el metro, supongo que sera de esas cosas que se hacen en lugares superpoblados, porque en Japón también lo hemos visto.
En cuanto a los controles… no creo que piten esos arcos de seguridad jajajaja
Y otra cosa, yo nunca he entendido porque tienen a las vacas por mitad de la ciudad, las tienen respeto y creo que son como dioses…. pero las tratan como animales domésticos???
Bueno, muchas gracias por comentarnos y darnos a conocer esta cultura tan interesante.
Un beso y cuidate. :)
Un diez a la foto de la vaca. Brutal!
Namaste Ku,
Disfruta de Delhi, es una ciudad excesiva en todos los sentidos, pero curiosa.
Y para sacar fotos, como todo India, un paraíso.
Carmen!! I can’t help myself but the pictures are so sad and scary! I haven’t got time to read your entries here…but I will do so soon! Take care!
KU
Se que hoy estas en Jaisalmer. Creo que, en el fondo, lo que tengo es envidia.
Cuando aterrice, hace tiempo, en Karachi, desde el avion me impresiono el desierto que rodea la cuidad y la zona. Pero solo desde el avion.
Me gusta que estes ahí para que cuando vuelvas me expliques que la sensacion que tuve entonces, se parecia a la realidad que tu vives ahora.
Sabemos que estas bien y eso es un fuelle que en casa anima a todos. Como cuando agitas las brasas de la chimenea y salen llamas vivas y exultantes.
Asi es tu bienestar para todos en casa.
Te quiero.
Genial lo de la vaca!