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Naturaleza salvaje en el fiordo de Milford Sound

Incluso en el caso de no existir el fiordo propiamente dicho, los 120 kilómetros que separan Te Anau de Milford Sound merecerían una excursión a propósito. Y digo esto porque, a pesar del cielo apocalíptico que teníamos encima, el desfile de paisajes, colores y texturas con el que nos obsequió la Milford Highway fue sencillamente espectacular.

A lo largo de dos horas y media atravesamos brillantes y amarillos campos, verdes montañas, lagos de espejo, tramos nevados, selvas frondosas y desfiladeros de altas paredes llorando lágrimas de gigante. En cada uno de los puntos más escénicos el autobús se detenía para que pudiésemos admirarlo y hacer la fotografía correspondiente, algo que en principio puede sonar un poco a “circo” pero que en la práctica estuvo bastante bien. Fue lo más parecido a ir en coche propio.

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Mirror Lakes

Para ser totalmente sincera, a mi me hubiese gustado hacer el famoso Milford Track: un trekking de cuatro días que según dicen es de los más bonitos del mundo. Pero como en esta ocasión iba acompañada y mis amigos no podían permitirse faltar tantos días a sus respectivos trabajos, tocó excursión. Afortunadamente no tuvimos que pagar nada, ya que en el hotel donde uno de mis amigos trabaja tuvieron el detalle de regalarnos el paquete: 159 dólares (con Jucy Cruise) que me ahorraba para hacer otra cosa. Parece poco, pero en un país donde cobran hasta por respirar cada dólar cuenta.

Desfiladeros desde el autobús

El panorama no pintaba nada bien. Nos habíamos levantado con un día muy nublado, y a medida que avanzábamos no hacía sino empeorar. Yo trataba de aferrarme a lo que me habían dicho algunos amigos, que “Milford es una sorpresa donde nunca sabes con qué cielo te vas a encontrar”, pero las estadísticas no invitaban a la esperanza: con una media de 6.800 mm y unos 190 días de precipitaciones al año, Milford Sound es uno de los lugares más lluviosos del mundo. ¿Iba a ser la afortunada que lo viese bajo el sol radiante? No.

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Un Kea, especie endémica de la Tierra Media

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Por supuesto que no. Cuando llegamos a Milford Sound el cielo estaba completamente cubierto, y del Mitre Peak (llamado así por tener una forma parecida a la mitra de un obispo) no se veía ni la silueta entre la niebla. A decir verdad ese aura fantasmagórico tenía también su encanto, pero claro: una se había hecho ilusiones de sacar fotografías del paraíso celestial, y lo que teníamos delante más bien parecía la entrada al inframundo griego.

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Tras dar el ticket a nuestro Caronte particular, subimos en el barco y nos dispusimos, pese a todas las inconveniencias, a disfrutar del mayor tesoro natural de Nueva Zelanda.

El fiordo de Milford se encuentra dentro del Parque Nacional de Fiorland, uno de los cuatro parques nacionales que a su vez forman la región de Te Wahipounamu, declarada toda ella Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1990. Como en una matrioska rusa, una maravilla que guarda dentro otra maravilla, y dentro de ésta, otra más.

Milford Sound es la joya de Fiorland. No se trata del fiordo más grande, pero sin duda es sobrecogedor, aunque mis fotos se nieguen a dar fe de ello (las condiciones meteorológicas jugaban en contra y una tiene sus limitaciones). La altura de las montañas que rodean el antiguo valle es tan brutal que sólo prestando atención al tamaño de los barcos (de dos y tres pisos) podéis haceros una idea de su majestuosidad. Ahí dentro uno se siente pequeño, muy pequeño, insignificante frente a la fuerza de la naturaleza.

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Durante la hora y media que duró el paseo, el barco hizo un recorrido que nos llevó a través del valle hasta el mar de Tasmania. A ambos lados, gigantescas cascadas de una fuerza desmedida que, cuando la embarcación se acercaba demasiado, parecían querer engullirla con todos nosotros dentro.

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Cuando llueve mucho, algunos árboles pierden agarre y caen en avalancha al fondo del agua

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En definitiva, cualquier explicación que intentase hacer de Milford Sound sería un insulto a su grandeza, así que sólo puedo recomendarlo. Si tenéis suerte y lo visitáis un día de sol podéis sustituir el barco por un paseo en kayak y sentiros durante un rato como un antiguo maorí, remando entre focas. Porque sí, se me había olvidado decirlo: en Milford Sound hay focas. Y un pingüino, ¿dónde estarían todos los demás?

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18 comentarios en Naturaleza salvaje en el fiordo de Milford Sound

  1. Ricardo 17 febrero, 2012 at 11:47 #

    Hola, Carmen:

    Me encanta la entrada, y se me hace a boca agua pensando que, como te comenté en otra ocasión, tendré oportunidad de visitar el fiordo Milford en Septiembre. Pero me temo que, al igual que te ha pasado a ti, tendré bastantes papeletas para que salga un día lluvioso o nuboso. Lo tuyo sí que ha sido mala suerte, porque ahora estás en pleno verano austral y es la época óptima…

    De todas maneras, veo que no sólo el fiordo sino el camino de acceso vale mucho la pena (al menos el lago Mirror/ Espejo lo viste con claridad). También espero ver algún animalito más que tú, pues un pingüino sabe a poco, ¿verdad? A ver si cuando vaya yo veo a tu pingüino y algunos parientes o amiguitos más.

    Cambiando de tercio, ¿qué tal entiendes a los kiwis? No sé si tienen muchas palabras diferentes del inglés británico o americano, o si se parece al australiano, o han incorporado términos maoríes… Cuente algo, aunque igual el tema da para otra entrada en el blog (ahí te lo dejo).

    Besicos, y cuídate.
    RICARDO.

    • Ku 17 febrero, 2012 at 23:32 #

      ¡Hola Ricardo!

      El clima aquí es una lotería; por cada día de sol hay dos de lluvias y viceversa. Yo, viviendo en Queenstown (que está a cuatro horas de Milford), puedo corroborar que es cierto. Un día nos levantamos con un sol radiante y mucho calor, otro con sol radiante y un viento helado, otro con nubes y calorcito, y al siguiente con frío, viento y el diluvio universal. ¡Y esto en verano! En Milford las posibilidades de lluvia son todavía más altas, pero si te sirve de consuelo, en Septiembre todavía no es pleno invierno. Puede tocarte un día de sol sin ningún problema. O no, jajaja ;)

      Respecto al inglés de los kiwis, sí cambian algunas palabras, pero lo realmente demoledor es el acento, ¡cuesta entenderles! Cuando vengas, si te subes a algún autobús (no hace falta que sea una excursión como ésta), verás que los conductores son al mismo tiempo guías y van hablando todo el camino. ¡La primera vez no me enteré de nada! Hay que afinar mucho el oído, pero al final, te haces.

      ¡Un abrazo!

  2. Toni (toniporelmundo) 17 febrero, 2012 at 12:47 #

    Qué lugar! Naturaleza en estado puto.

    El tiempo a veces nos juega malas pasadas y desmejora algunos lugares que visitamos y en los que probablemente nunca volveremos a estar. Da mucha rabia!

    Me encanta tu blog.

    Un saludo!

    • Ku 17 febrero, 2012 at 23:33 #

      ¡Hola Toni!

      ¿Naturaleza en qué estado? jajaja ;)

      Me hubiese gustado mucho ver Milford con sol, pero no me llevo mal recuerdo del paisaje apocalíptico! Lo único que lamento es que en las fotos no se refleja su majestuosidad real… es impresionante.

      Me alegro de que te guste el blog, ¡un abrazo!

  3. Saray 17 febrero, 2012 at 13:27 #

    Se ve increíble todo! Qué pena que el tiempo no te acompañase. Eso si, son así de caras todas las excursiones sin coche propio?
    Acabo de encontrar los barcos hormigas! he visto que hablabas de la diferencia entre la altura de las montañas y los barcos pero no había visto el ejemplo y ahora me acabo de fijar de que esas cosas blancas pequeñas al fondo son barcos!!! Uf…
    Qué bonito también las cascadas que salen al mar :)

    Un beso!

    • Ku 17 febrero, 2012 at 23:33 #

      ¡Hola Saray!

      Esta excursión, dentro de lo que cabe, es barata porque es muy típica y está relativamente cerca de Queenstown. Y en páginas como http://www.bookme.co.nz (tomen nota los interesados) es posible encontrar ofertones hasta por 20 dólares en liquidación.

      A partir de este precio, suma y sigue… Cualquier deporte de aventura, tipo jetboat o parapente, parte de los 250 dólares (neozelandeses). La palma se la lleva el sky diving: a partir de 280 dólares, y hasta 500 dólares si quieres el lote completo con dvd de fotos y vídeo. Es tremendo. Nueva Zelanda… ¡no es país para pobres!

      Este viernes empezaré a viajar hacia el norte del país, y dos cosas que me gustaría hacer son un trekking por los glaciares y tal vez (si me atrevo) sky diving. ¡Ya contaré! Igual tengo que hacer una colecta :P

      Milford Sound es im-pre-sio-nan-te.

      ¡Un abrazo!

      • Saray 18 febrero, 2012 at 0:31 #

        Uf, ya veo que NZ se las trae en cuanto a precios, lo tienen claro los amantes del deporte :P
        Sky diving es paracaidismo no? yo estuve a punto de hacerlo el pasado octubre (220€…) pero al final me raje jeje. Pero tiene que ser impresionante y además allí tendrías el plus del paisaje. Ya nos contarás si al final lo haces valiente! Y el trekking por los glaciares suena mejor que bien.
        Dentro de nada vuelves a la aventura :)

        Un beso!

  4. Ana María 17 febrero, 2012 at 15:34 #

    Grandes fotos!!

    • Ku 17 febrero, 2012 at 23:34 #

      ¡Muchas gracias, Ana María! :D

  5. ¡Qué espectacular Carmen!

    Ya sabes que soy un apasionado de la naturaleza.Incluso he visto muchas fotos del recorrido que no hiciste, pero éste en barco es sobrecogedor. Me alegro de que en un mundo tan «conectado» y «conocido» siempre sigan quedando sorpresas y nuevos lugares.

    ¡A ver si el gobierno nos lo pone más sencillo a los que andamos buscando un empleo por esos lares!

    ¡Que te vaya bonito Carmen!

    • Ku 17 febrero, 2012 at 23:34 #

      No es tan difícil conseguir empleo aquí, Antonio! Bueno, depende de en qué. Pero si lo que quieres es sencillamente trabajar (hostelería, por ejemplo), hay mil posibilidades. Aquí en Queenstown he conocido a muchas personas que llegaron con una Working Holiday Visa, tras el año la alargaron tres meses más (o cinco, ahora no sé por cuánto te lo permiten), y cuando se les terminó definitivamente, han seguido enlazando Work Permit y ya llevan hasta tres o cuatro años aquí! Y si ya llevas un par de años aquí, tienes una licenciatura, buen inglés, y te quieres que quedar y trabajar permanentemente… supongo que será fácil ;)

  6. Helena 17 febrero, 2012 at 21:42 #

    ¡Una maravilla! Pese al mal día, la naturaleza del lugar y del camino merecen mucho la pena.
    Un saludo ;)

    • Ku 17 febrero, 2012 at 23:35 #

      ¡Hola Helena!

      Nueva Zelanda en sí misma es una postal. Esta carretera es tan sólo un ejemplo… mires donde mires, todo es precioso!

      ¡Un abrazo!

  7. José Carlos DS 2 marzo, 2012 at 4:09 #

    Menudo detallazo que te regalaran el tour, eso quieras que no lo agradece el bolsillo :)

    Y que decir del lugar… un amante de la naturaleza como yo se queda sin palabras viendo ese lugar por fotos, ya no te digo en directo, seguro que se me cae alguna lagrimilla… una pena el día tan nublado, pero bueno, le da un ambiente distinto, como dices, parece que es la entrada al inframundo :)

    Un saludote!!!

    • Ku 3 marzo, 2012 at 11:37 #

      Tú en un país como Nueva Zelanda disfrutarías muchísimo José Carlos! Te ibas a hartar de hacer trekkings :)

  8. Evelyn Bequer 8 marzo, 2016 at 1:13 #

    No quiero sonar soberbia, pero en verdad nada que envidiar al sur de Chile.

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  1. Bitacoras.com - 18 febrero, 2012

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Incluso en el caso de no existir el fiordo propiamente dicho, los 120 kilómetros que separan Te Anau de Milford Sound merecerían una excursión a propósito. Y digo esto porque, a pesar del cielo apocalíptico que teníam……

  2. 10 lugares increíbles a los que me gustaría viajar | el pachinko - 7 marzo, 2014

    […] mis anhelos viajeros. Quizá sea por las pelis de El Señor de los Anillos o por las aventuras de Carmen, pero quiero viajar a Milford […]

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