No recuerdo una primera vez en la que haya pensado “me gustaría tirarme en paracaídas”. En realidad creo que nunca me lo había planteado; no se me había ocurrido que fuese un «deporte» o una actividad al alcance de todo el mundo. Falta de interés, supongo. Hasta que llegué a Nueva Zelanda. En Queenstown los […]
