Aunque a simple vista pueda parecer que tengo el blog en standby, lo cierto es que nunca he pasado más tiempo metida en él como en las últimas semanas. Hace unos días, no sé por qué motivo, entré en un post anterior y descubrí «horripilada» que, al hacer la mudanza, el formato de todas las entradas se había perdido, dando como resultado textos sin justificar, fotos alineadas donde les da la gana, tags desaparecidos, etc. Y como a mí no me gusta ver las cosas así, ni corta ni perezosa me armé de valor y desde hace días me he me estoy tomando la molestia de editar post por post, para que aquel que acceda a episodios anteriores no se encuentre con semejante desbarajuste. Todavía voy por Indonesia =S

Entre eso, y que sigo con la ardua tarea de seleccionar SÓLO 50 fotos de mi paso por el sudeste asiático para la web (no os podéis imaginar lo difícil que me está resultando), mi mes de diciembre se ha convertido en el mes de la nostalgia.

Sí señores, toda la nostalgia, la melancolía, la tristeza (llamadlo como gustéis) que hasta ahora había conseguido capear, me ha asaltado de lleno y con cada foto que miro, con cada post que leo, me entran unas ganas terribles de dejarlo todo e irme a vivir a Varanasi de una vez por todas.

Por eso, y aunque para esta semana tenía preparada mi primera entrada dedicada a la geografía española, he decidido reservarla para la próxima, y con la excusa de este año que termina voy a regalarme un pequeño homenaje a modo de resumen fotográfico de mi año 2010.

¿Que es un tema muy trillado? ¿Que estamos hartos de ver resúmenes de “lo mejor del año”, “las mejores fotos”…? Puede ser. Pero, ¿de qué me sirve tener mi propio blog si no puedo hacer lo que me dé la gana con él? Por otra parte, ésta me parece también una buena forma de dar carpetazo a una historia que, me guste o no, ya ha terminado; y así, con la mente limpia, poder dedicarme de ahora en adelante a lo que está por venir, que no es poco.

El año 2010 ha sido, para mí, el año de un sueño cumplido. Y ahora, con un poquitín más de perspectiva, creo que puedo decir que ha sido también un año en el que he cambiado bastante. Lo noto no sólo en mi manera de enfocar mi propia vida, sino también, y de una forma mucho más palpable, en los textos, en la manera de expresarme. A medida que «me leo», que vuelvo a vivir este viaje desde el principio hasta el final, me voy dando cuenta de que, para bien o para mal, entre la persona que era (y escribía) hace un año y  la persona que soy ahora, hay un abismo. Me da un poco de pena, no lo puedo negar. Hay veces que me gustaría rebobinar la cinta y empezarlo todo otra vez; de ahí la nostalgia. Pero me quedo con lo bueno, que es todo; y como «todo» es imposible meterlo en una única entrada y una imagen vale más que mil palabras, aquí va mi resumen fotográfico del año 2010.

Antes de empezar, sólo un par de anotaciones:

1 – Las fotos no han sido seleccionados entre las «mejores», técnicamente hablando. Son sólo imágenes que de alguna manera significan algo para mí, porque recuerdo el momento exacto en que se hicieron o porque al verlas me mueven algo por dentro. Algunas, ni las he hecho yo (cosa que notaréis enseguida porque… ¡yo salgo en ellas!).

2- Como mi viaje no comenzó en el mes de enero, sino en diciembre, he tenido que hacer un par de pequeñas “trampas” para que las cuentas cuadrasen que espero sabréis perdonarme =)

Dicho esto, allá vamos. Si tuviese que resumir el último año en una película de sólo 12 fotogramas, este sería mi 2010 en fotos:

Diciembre (2009)

Vaca ajedrecista en Pahar Ganj (Nueva Delhi)

Llegada a India. Aterricé un poco perdida, para que nos vamos a engañar… Todo me sorprendía: hasta las vacas (por mucho que yo quisiese hacerme la sabionda :P)

Enero 2010

En tu fiesta me colé (Pushkar)

Tras un mes de vagabundeo, empecé a coger soltura y a dejarme arrastrar por la «locura» de India. Son muchos los motivos que convierten este mes en uno de los más decisivos e importantes ya no sólo del viaje, sino de mi vida.

Febrero

Kumbha Mela (Haridwar)

Clímax de mi periplo por India, y la etapa más intensa de todo el viaje. Aún no puedo mirar las fotos del Kumbha Mela o de Varanasi sin que se me encoja el corazón. Echo de menos hasta la noche en el hospital.

Marzo

Voluntarios antes de ir a trabajar (7 a.m)

Tras un breve paso por Nepal: Kolkata. En su momento fui incapaz de escribir demasiado sobre aquellos días, y tampoco puedo hacerlo ahora. Una de las experiencias más bonitas y enriquecedoras de mi vida; y unas semanas (y personas) que recordaré siempre.

Abril

Agricultores en el Lago Inle (Birmania)

Cambio (no sin cierta tristeza) la fascinante India por los apacibles paisajes del Sudeste Asiático. En Birmania tengo serias dificultades para publicar, y todas las entradas son sin fotos.

Mayo

Mi compañero de juegos (Saigón)

Recorro Camboya y Vietnam. Aunque no sea éste último mi país favorito, si tengo que escoger una única imagen, me sigo quedando con el «niño gordo» de Saigón. En cierta manera, los días con aquella familia tan peculiar ejemplifican bastante bien la estancia en todos los hogares que me abrieron sus puertas a lo largo del viaje (aunque en este caso concreto fuese pagando).

Junio

Atardecer sobre el mercado nocturno (Luang Prabang)

Debido a una boda a la que estaba invitada en Indonesia, me vi obligada a reducir a sólo dos semanas mi paso por Laos. En lugar de andar corriendo de un lado a otro, esos días me «instalé» en el pueblecito de Luang Prabang, donde llegué a sentirme como en mi casa. Laos queda pendiente para la próxima ocasión. Y no descarto Luang Prabang como lugar de retiro dentro de unos años :P

Julio

Danza de la novia antes del banquete (Bandung)

La familia de Abhu en Jakarta, el Mundial de fútbol, la selva de Sumatra… me resulta extremadamente difícil quedarme con un único momento del mes de julio; sin embargo, la boda de Rahma se lleva el premio por razones que saltan a la vista.

Agosto

Profunda tristeza en el puente de Sydney

Aunque tengo muchos recuerdos alegres de ese mes, por no destacar únicamente lo bueno me voy a quedar con mi fugaz paso por Sydney; ciudad en la que sufrí una pequeña «crisis», que tal vez haya sido la culpable de que no disfrutase de mi estancia en esa gran ciudad tanto como hubiese podido.

Septiembre

Vendedora de flores (Potosí, Bolivia)

Atrás quedaron la humedad y las altas temperaturas… y aunque me costó un poco adaptarme al nuevo continente, Bolivia me dejó una de las huellas más profundas de todo el viaje. Al releer esas entradas, me doy cuenta de que mi estilo al escribir cambia bastante, y también la forma de desenvolverme. Podría decirse que la nueva situación me «obliga» a modificar mi forma de viajar, y comienzo una etapa mucho más «intimista» (?).

Octubre

Vista desde Wayna Picchu

Machu Picchu y final del viaje. Aunque tenía los billetes comprados desde hacía tiempo, debo reconocer que no terminé de creerme que el viaje llegaba a su fin hasta que no me encontré comiendo un pincho de tortilla con mis amigos, en un bar frente a la Escuela de Minas de Torrelavega (justo antes de dar la sorpresa a mi madre). Volver fue decisión mía, pero creo que todavía no estaba preparada.

Noviembre

Sí, sí, los Premios Bitácoras fueron el 28 de octubre… he aquí la trampa. Pero que conste que sólo es «trampa» a medias, porque para mí, el verdadero mes de vuelta a casa, de toma de decisiones, de conocer grandes personas, de volver a ver a mis viejos amigos y de cambios en mi vida,  ha sido noviembre. Así que, por el poder que me ha sido concedido, queda establecido noviembre como perfecto final de mi viaje y «último» mes de «mi» año 2010.

¿Y este diciembre que ahora termina? Ha sido sólo una preparación para el año que llega. Un año lleno de sueños, de proyectos y de ilusiones, a los que empezaré a dar forma, si dios quiere, desde Barcelona, a donde dentro de unos días trasladaré mi base de operaciones.

¡Feliz año nuevo! Que todos vuestros sueños se cumplan.