La cocina china es tan amplia, tan diferente en cada uno de sus matices, que jamás (a menos que me mudase por tiempo indefinido ese país… y ni con esas) podría abarcarla por completo.
Estos post, por tanto, tan sólo pretenden reflejar (como viene siendo habitual en la sección gastronómica de este blog) mi experiencia personal con los platos que he tenido la oportunidad de probar durante mi viaje de dos meses a China y algunas ideas generales que, aún sin ser una gran entendida en la materia, he podido llevarme.
¿Preparados? Allá vamos.
La cocina china: una gran desconocida
La cocina china tiene la curiosa peculiaridad de resultarnos muy familiar, siendo en realidad una gran desconocida para la mayoría de nosotros. Sobre todo si todavía no hemos viajado al país.
En este sentido se produce algo parecido a lo que ocurre en los países asiáticos con la “cocina occidental”: tantos restaurantes de western food cuya oferta se limita a las pizzas, las hamburguesas y la pasta podrían dar la idea errónea de que en occidente no hay opción alimenticia más allá de la cocina italiana y la comida basura. Y de hecho, ocurre. Preguntad a un chino por el cocido montañés: no tendrá ni idea de sobre qué le estáis hablando.
Si además tenemos en cuenta que la cocina china de nuestros restaurantes chinos poco o nada tiene que ver con la verdadera cocina de China, nos convertimos definitivamente en unos auténticos necios en la materia. Uno llega al gigante asiático creyendo conocerlo todo, dispuesto a pedir un “arroz tres delicias” y “pan de gambas” para acompañar, y la decepción puede ser morrocotuda al descubrir que no existe ni lo uno ni lo otro. Al menos, no con ese nombre.
Leyendo un menú en caracteres chinos
El asunto alcanza cotas trágicas con el tema de los nombres. Imaginad lo que es llegar a una determinada región sin tener ni idea de los platos típicos, sus nombres ni cómo se pronuncian, y que cuando por fin lo sabemos, cuando por fin hemos dado con nuestro plato preferido, seamos incapaces de encontrarlo en el menú porque está escrito en mandarín, o peor aún, en dialecto.
La realidad es que la mayor parte de los restaurantes de China no están pensados para el turista que viene de fuera (ni los restaurantes ni casi nada, dicho sea de paso). Pocos son los que cuentan con menú en inglés, de modo que la solución pasa por fiarse de las fotografías que acompañan a cada plato, en caso de que las tenga.
Con fotografías o sin ellas, por experiencia personal puedo decir que pocas veces lo que me han servido se ha correspondido con lo que yo había pedido, o para ser más exacta, con la idea que yo tenía de lo que había pedido. Porque claro, “pollo con arroz” puede sonar muy apetecible, pero cuando del pollo lo único que se ve son las dos patazas saliendo del plato, la cosa cambia. Y es que los chinos lo aprovechan todo, todo y todo, y además, tienen unos gustos ligeramente diferentes a los nuestros. Lo que para nosotros son las sobras, para ellos puede ser una auténtica exquisitez.
¿La solución? Ir uno mismo a la cocina y señalar con el dedo exactamente lo que quiere comer. Así de sencillo. No os cortéis, porque los mismos chinos lo hacen. E incluso así tenéis posibilidades de fallar. Como ejemplo, mi experiencia en un restaurante de Xijiang a cuyo cocinero claramente indiqué que quería carne con tomate, verduras y zanahoria, y cuando llegó el pedido a mi mesa me encontré con un plato gigantesco de carne con tomate más un plato gigantesco de verdura más un plato gigantesco de zanahoria. Arroz aparte.
Peor aún fue la ocasión en la que señalé unos huevos con tomate (hacia el final del viaje esta combinación se convirtió en mi alimento base, llegaremos a ello) y me trajeron un plato compuesto por cuatro tomates con seis huevos. SEIS.
Y, por supuesto, el arroz aparte.
El arroz
Porque el arroz, efectivamente, es un tema aparte. Al menos en eso no estamos equivocados: en china todo, excepto los fideos (y a veces también), se come con arroz.
Podría caer en el tópico de decir que para los chinos el arroz es como para nosotros el pan, pero no es así, ya que si bien en nuestras mesas el pan casi siempre está presente, no todo el mundo lo come, mientras que para un chino comer sin arroz es inconcebible.
Por ese mismo motivo, en los restaurantes populares (en los verdaderamente populares) el arroz ni siquiera se pide. Muchas veces tampoco hay que pagarlo, o como mucho una cantidad simbólica de dos o tres yuanes que puede ir incluida dentro del servicio.
Y uno no recibe un cuenco de arroz para acompañar su comida, no: cada mesa cuenta con un enorme recipiente lleno de arroz que comparten todos los comensales, y que en caso de acabarse es rellenado automáticamente en cocina, o en la arrocera que hay en el centro del comedor. El arroz que nunca falte.
Los palillos
Y, sí: en China se come con palillos. Incluso la sopa de noodles (fideos), de modo que más vale ir practicando en casa.
En realidad una vez que se le coge el truco es sencillo, incluso si no los agarramos con tanta maestría como ellos. Pero aún así, hay que tener en cuenta unas mínimas normas de etiqueta para no caer en la mala educación:
* El arroz se sirve en el cuenco individual de cada comensal, y sobre él se depositan pequeñas cantidades de carne, huevos o verdura de los platos comunes. Para ello habremos de hacer uso de las cucharas dispuestas con ese fin, nunca de los palillos que antes nos hemos metido en la boca. Si no disponemos de esas cucharas, lo más adecuado será coger los palillos por el extremo opuesto.
* En China la forma adecuada de comer es acercándose mucho el cuenco a la boca y ayudarse de los palillos para deslizar la comida dentro de ella en rápidos movimientos.
* Cuando no se está comiendo, los palillos se depositan en el reposapalillos si lo hubiese o sobre el cuenco o plato. Nunca cruzados, pues es símbolo de muerte. Por el mismo motivo, tampoco deben clavarse en el cuenco de arroz.
* Sorber la comida sonoramente es signo de que te está gustando. Eructar está permitido.
* No hay que terminar nunca toda la comida, a riesgo de que el anfitrión piense que has quedado insatisfecho y te sirva más.
Que hambre!!!!
Ya os digo, para mi es la hora de comer y ahora daría cualquier cosa por tener esos tres platos de «carne y verduras y zanahoria y arroz» delante :P
¡Pero qué apetito dan siempre tus entradas gastronómicas Carmen!
Y genial la anécdota del platos de zanahorias y verduras añadido al de la «carne».
¡A seguir así!
En la próxima entrada colgaré algunas fotos de aperitivos típicos chinos que quizá te quiten un poco el apetito, Antonio! ;)
jaja y te comiste toda la carne con tomates, zanahorias y verduras (y el arroz :P)??? vaya platazos! Pero la verdad es que todos los platos que has puesto tienen bastante buena pinta. Qué complicado es a veces hacerse entender! yo en Alemania pedí una vez en alemán (en mi super alemán claro, así fue) dos cervezas de 0’5litros (en vez de decir «tamaño pequeño») y me saco 5 cervezas…
Acabo de comer pero casi que me dan hambre otra vez este post ;)
¿Lo dudas? Por supuesto que me lo comí. ¡Y los seis huevos también! Hay que ahorrar, jaja :P
Si en Alemania eras víctima de estas confusiones imagina lo que es en China.. ¡una locura! Ir a comer se convierte en una aventura. En Xiamen por ejemplo me ocurrió justo lo contrario… Me alojaba en una zona poco céntrica y fui incapaz de dar con un restaurante popular. ¡Y cuando lo encontré me sirvieron una especie de dumpling (sólo uno) que además me costó carísimo! Así que acabé en una frutería comprando un racimo de plátanos para los dos días siguientes…. ¡terminé hasta las narices de los plátanos!
Vaya platazos que sirven estos chinos, o es que te vieron muy flacucha y querían cebarte
¡Hola Machbel!
El problema es que esos platos están pensados para ser compartidos. En China (como en todo Asia, pero sobre todo allí) comer es un acto social y nadie pide un cerdo con verduras para él solo… Por eso, los viajeros solitarios tienen que apechugar con una ración para tres o cuatro personas mínimo!
Muy interesante el tema de la cocina en China. La verdad es que tienes razón, los que todavía no hemos tenido la oportunidad de viajar a este país tenemos un profundo desconocimiento de su gastronomía.
Me ha hecho mucha gracia lo que comentas de ir directamente a la cocina para pedir lo que quieres comer. En serio lo has hecho antes? A mi creo que me daría un poco de corte… pero claro si luego acaban sirviendote algo que no te gusta para nada… :)
Tomo buena nota de tus consejos y así cuando visite China tal vez consigo comer algo «parecido» a lo que quería. jajaja.
Un saludo,
Sonia.
Antes no lo había hecho, ¡lo he hecho en China! Y créeme: es bastante normal, incluso entre los propios chinos!
Un saludo!
mmmmm…. que hambre!
Vaya pintaza que tiene todo!
En cuanto a los palillos….»En realidad una vez que se le coge el truco es sencillo» JAJAJAJJA sobre todo si tienes hambre y eres incapaz de meterte un grano de arroz en la boca!
yo prefiero usalos para el pelo xD
Oh, sí! Los chinos estarían encantados si se enteran que los usas para el pelo!
(yo también los uso :P)
hablas de la comida china como la española que eres.
en el Perú la comida china también ha adquirido características propias. hay platos que no existen ni en la China ni en ninguna parte fuera del Perú.
como no soy español tampoco he probado el cocido montañés, ni la comida china a la española.
Claro, yo hablo siempre como española que soy, qué remedio ;)
La comida chifa de Perú me gustó mucho :D
Qué interesante, sobre todo las normas de conducta en la mesa. Los chinos deben pensar que somos unos maleducados cuando comemos. No eructamos ni sorbemos la comida. Y nosotros pensamos lo mismo de ellos precisamente porque eructan y sorben la comidad. jeje, qué cosas.
¡Hola Oscar!
Hace poco leí (no sé dónde) que a los turistas chinos que viajaban al extranjero se les estaba intentando educar para que no hiciesen ruido al comer, no escupiesen por la calle… seguro que les parece rarísimo :D
Ja, ja, ja! Menuda cara se te debió quedar cuando trajeron la carne, la zanahoria y la verdura por separado! Y seguro que el cocinero pensaría… estos guiris… XD
¡Seguro! Y tengo anécdotas aún peores que no he podido contar por falta de espacio.. como un días que terminé comiendo tomate hervido sin nada más que agua :S Debían alucinar conmigo jaja
Las «normas de etiqueta» son muy curiosas, a nosotros nos las explicó un amigo que tenemos viviendo allí (Guangzhou).
Nos dijo que lo de clavar los palillos está mal visto porque se asemeja a a las barras de incienso que se ponen a los muertos.
También nos comentó que está mal visto sacarse cosas de la boca con los dedos. Si tienes un hueso o algo parecido lo escupes sobre la mesa y listo. Vimos a una china superfina escupiendo huesecillos a diestro y siniestro y creando una pequeña montaña entre el cuenco y ella; curioso.
Un saludo
Desconocía la norma según la cual no deben sacar cosas de la boca con los dedos (lógica por otra parte, pero tratándose de China…), ¡vaya escena la de la mujer escupe-huesos! jajaja
¡Un saludo!
Pues a mí me encanta esa sensación de coger una carta en la que todo está en un idioma ininteligible y señalar algo con el dedo a boleo. Es como jugar a la ruleta. Luego estás como un niño esperando a ver qué te traen.
Claro que en China seguro que te puedes encontrar sorpresas poco agradables.
¡Hola Luis!
A la ruleta rusa yo me atrevo a jugar en Tailandia, Laos… incluso Vietnam. Pero en China… uff, ¡no hice yo muy buenas migas con toda su comida! En los restaurantes de la calle, las sorpresas a veces son constantes…
¡Un abrazo!