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Cartas desde Birmania (1): Quebrantando la ley en todos sus angulos

Como ya comenté en una ocasión, Myanmar es un país sometido a una férrea dictadura que, entre otras cosas, controla el acceso a Internet según a qué determinadas páginas quieras entrar. Por supuesto, toda ley tiene su trampa, y si das con gente simpática en el cibercafé u hotel donde te alojes ellos mismos consiguen saltarse los filtros a través de diferentes tretas.

En la guesthouse donde voy a pasar esta noche en Yangon han conseguido dejarme entrar en Facebook, y tras muchos intentos también a Gmail; pero de ninguna manera hemos sido capaces de acceder a Hotmail o WordPress. De modo que, si estáis leyendo esto (espero que así sea, no me gustaría estar media hora escribiendo para nada) será porque el sistema de publicar por mail funciona. Cruzo los dedos.

Dadas mis limitadas posibilidades de comunicación, se me plantea un dilema: Es posible que, mediante estos “trucos», pueda publicar breves entradas para manteneros al tanto de por dónde me muevo, pero lo voy a tener difícil para subir ninguna fotografía. Entonces, ¿qué hago? ¿Dejarlo todo para mi regreso, y publicar diez entradas de golpe, algo que me llevará varios días –entre subir las fotos, etc- y que no creo que nadie sea capaz de leer? ¿O hacer como hoy, publicar textos breves para que me sigáis la pista, sin fotos, y a la vuelta subirlas todas a Flickr? (Aun a riesgo de que, ante la ausencia de fotos, nadie me lea, o que a la vuelta a nadie le interesen ya).

No sé qué os parecerá, pero de momento he decidido decantarme por esta última opción; veamos qué tal funciona. Si alguien tiene una sugerencia mejor, será muy bien recibida.

Dicho esto, os sitúo. Esta mañana, tras un viaje de apenas una hora, aterricé en el aeropuerto de Yangon. En el vuelo había coincidido con Tim, un australiano residente en Londres con quien hice buenas migas, y que se ofreció para compartir los gastos del taxi hasta el centro de la ciudad. Sin embargo, al salir de la terminal, resultó que su guesthouse le había enviado una furgoneta gratuita para recogerle (a él, y a cuantos más quisiesen ir a dormir allí) por lo que, aunque el precio de la habitación se salía un poco de mi presupuesto (7 dólares), teniendo en cuenta que sabía que no iba conseguir nada que bajase de los cuatro, y el taxi costaba otro tanto, pensé que no era mal negocio, y me subí.

Como estaba muy cansada (anoche me acosté casi a las dos, y a las cuatro ya estaba camino del aeropuerto), lo primero que hice fue tumbarme a dormir una larga siesta. Cuando desperté eran las dos del mediodía y, sinceramente, no me apetecía meterme mucha caña: necesitaba mi tiempo para poner en orden mis cosas, leer la guía del Sudeste Asiático de segunda mano que he comprado en Bangkok para saber hacia dónde dirigir mis pasos (ahora sí que voy a ciegas y sin nada planeado), hacer cuentas, etc.

Sin embargo, había algo que no podía dejar de hacer bajo ningún concepto: cambiar dinero. En Myanmar los cajeros automáticos brillan por su ausencia, por lo que hay que venir con los dólares preparados de antemano y cambiar aquí. Yo he calculado 500 dólares para estos 22 días (¡Como muchísimo! Siempre es bueno sacar un poco más por si hay algún contratiempo), y con eso he venido. Si se me acaban, no consigo volver a dar señales de vida, y el día 27 (que debiera estar de vuelta en Bangkok) aún no tenéis noticias mías, emprended la búsqueda.

Para cambiar dinero hay tres opciones. La primera y la más obvia: en los bancos. Sin embargo, allí nunca te darán más de 500 kyat por dólar, así que no compensa. La segunda opción es hacerlo en el hotel o guesthouse, donde suelen ofrecerte unos 900 kyat por dólar. Por último, está el mercado negro, en la calle. Aquí en Yangon se pueden llegar a conseguir 1200 kyat por dólar y eso, aunque sea más arriesgado que hacerlo en el hotel, es una gran diferencia.

Por este motivo, me he levantado a regañadientes y he salido a la calle a la búsqueda y captura de un “buscavidas”. Había leído que en los alrededores de Sule Paya, en el centro de la ciudad, hay muchísimos, por lo que hasta allí me he dirigido, dando un paseo de casi una hora y disfrutando de mi primer vistazo a este país que tantas ganas tengo de conocer en profundidad.

Una vez en Sule Paya no he tenido que esperar mucho para que se me acercase un hombre ofreciéndome cambiar dinero. De primeras me ha ofrecido 1000 kyat por dólar (que no está mal), pero teniendo en cuenta que en mi guesthouse me lo cambian a 980, no estaba dispuesta a conformarme con eso. Al final, tras un breve regateo, hemos llegado a un acuerdo: cambio 190 dólares, a 1100 kyat por dólar = 209.000 kyat.

La moneda birmana es aún peor que la rupia india: tras esperar un rato, un “ayudante” de mi cambista ha llegado cargado de fajos de billetes de 1000 kyat que se han puesto a contar delante de mí. Fajos y fajos de billetes, de un grosor considerable. Por un instante he pensado cambiar algo menos (va a resultar muy incómodo andar con todo ese papel por ahí), pero como también tengo entendido que en Yangon es donde se encuentra el mejor cambio porque hay más competencia, lo he dejado estar.

Cuando el hombre ha terminado de contar los 209.000 kyat, le he entregado, sin mirar, mis 190 dólares. Ahora me doy cuenta de que ha sido una imprudencia por mi parte, pero si así lo hice fue porque yo sabía que tenía 190 dólares (en apenas cuatro billetes) y sencillamente no vi el peligro. Cuál no sería mi sorpresa cuando, al tomarlos en la mano, y tras ponerme muchísimas pegas porque uno de ellos tenía una manchita de bolígrafo (una cosa exagerada, de verdad: la manchita no estaba ni sobre el billete, sino en uno de los cantos, y apenas tendría cinco milímetros de largo) el hombre me dice que ahí sólo hay 160 dólares.

Tras comprobar que no me había dejado nada en la cartera, y aunque bastante extrañada, lo único que se me ocurrió pensar fue que, posiblemente, los hubiese olvidado en la habitación, de modo que no me quedó más remedio que pedirle que me cambiase sólo esos 160, por 176.000 kyats…

Pero en la habitación no había nada, y tras hablar con mi amigo australiano he tenido que reconocer la evidencia: “Nada por aquí, nada por allá: me das 190 dólares y, antes de que te de tiempo a pestañear, ya sólo hay 160”. Me habían timado.

Pero bueno, no quiero que este suceso pase a ser más que una anécdota que me haga estar más atenta la próxima vez que cambie, ni mucho menos algo que me haga cambiar mi visión sobre un país y una gente en los que tengo muchísimas expectativas, así que olvidado está. De todas formas, el daño no ha sido tan grande: si asumo que al final he cambiado 190 dólares por 176.000 kyats, cada dólar me lo han pagado a 926 kyat, más o menos lo que me ofrecían en el hotel. Y a otra cosa mariposa.

Antes de terminar, os comento que he decidido poner rumbo mañana mismo a Bagan. Me apetece empezar a meterme en el interior del país, y prefiero dejar Yangon para el final de mi estancia, cuando regrese para coger mi vuelo de vuelta a Bangkok. Así que, si todo va bien y las conexiones me lo permiten, desde allí os escribiré la próxima vez… ¡mi aventura birmana no ha hecho más que empezar!

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PD: No me gustaría abandonar el programa sin mandar un saludo a mis padres, que me estarán viendo… Bromas aparte, espero poder acceder algún día a mi correo electrónico para enviar algunos mails. Haré lo que pueda.

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11 comentarios en Cartas desde Birmania (1): Quebrantando la ley en todos sus angulos

  1. po 5 abril, 2010 at 15:57 #

    Cuidate mucho chiquitina y cuidado con los comentarios la Junta Militar no es ninguna broma. Las criticas fuera del pais. Un beso, te quiero y te echo mucho de menos. ¡¡a por las pagodas!!

  2. Gromit 5 abril, 2010 at 16:43 #

    Mmm…
    Curioso…
    Bueno, tú piensa que con esos 30 dólares ya ha pasado lo peor… Ahora, disfruta de tu viaje por el interior…

  3. mami 5 abril, 2010 at 17:10 #

    No sé si me vas a leer o no, pero lo intento. Conozco el pais y se lo dificil que es comunicarse con el exterior. Pero lo adverso te compensara de largo el lugar en que te encuentras. Ya nos iras contando. No te pierdas el amanecer de Bagan. Lo recordaras siempre. T.Q. ( comprame un peine de madera. !!Son buenisssimos!!)

  4. Mari 5 abril, 2010 at 20:06 #

    KUUUUUUUUUUUUUUUU HA SIDO IMPOSIBLE LA CONEXIÓN TELEFONICA.HEMOS ESTADO CON EL TELEFONO PEGADO AL CULO TE LO ASEGURO.Me he leido todas las entradas que me faltaban!!no me pierdo ni una.Ya sabe tu fan number one!Ha y tengo unas ganas locas de recibir el paquete!ajaj y la postal (voy todos los dias al buzón y tras todos los fracasos que llevo,confio en que llegue algun dia)si envias una desde myanmar…tarda minimo 2 meses…

    No para de inquietarme la idea de que estes pasado por los mismos sitios que nosotros,daria todo por estar alli contigo.Que envidia me da Edu!!Si lo hubiese sabidpo con antelacion me hubiese ido con el!!ajajaj^^ (que utopica..)
    Ahora no las tengo aqui pero en otro comentario te voy a poner unos contactos que te serviran de ayuda!!
    Según el texto… la 2º opción mucho mejor.Yo desde luego no voy a ser tan ignorante de dejarte de leer por ausencia de fotos.Ku no hagas ninguna critica que es «peligroso».
    Jjajaj el dia 27 estaré pendiente!
    ¿No te parece genial la forma en la que cuentan los billetes?
    que frustración tien que ser que te timen y encima en tu situacion…(ya sabes si necesitas una ayudita no dudes en avisarmen que tengo unos ahorrillos que mejor que a ti no le vienen a nadie)tengo facilidades para enviartelo,tu sólo dime si lo necesitas seran unos ciento y pico largos.
    Ya me extraña porque la gente alli suele ser inocente,creeme!Que rero que no te hayan pedido que te saques fotos con ellos!ajaj
    Luego sigo que me tengo que ir TE QUIEROOOOOOOOOO

  5. Criss 5 abril, 2010 at 20:08 #

    Carmen cada dia sorprendes mas! y yo personalmente no voy a dejar d leerte aunq no puedas colgar fotos (y aunq siempre guste verlas), xq me acabo d leer 3 entradas tuyas seguidas del tiron y te aseguro q cada linea entretiene mas!!
    oye yo alucino con las narices q tienes, de salir a la calle, regatear…lo dl dinero ni lo pienses mas xq es lo minimo q podia pasar, para la proxima ya sabes como tu dices!
    me encantaria ir a Bangkok, si algun dia programo un viaje te contratare para q me informes bien, q me parece q no se te va a escapar ni un detalle!!
    cuidate y ve trankila x ahi! q cntigo no hay kien pueda!! un besote!!

  6. panedu 5 abril, 2010 at 22:49 #

    Te contesto aqui pero quizas no puedas leerlo, mi recomendación para es el uso de proxys que es lo mas común en China.

    Uno de los mas populares es http://pr4xy.info/ te lo dejo en facebook tambien por si te sirve.

  7. Patricia 5 abril, 2010 at 23:41 #

    Hola Carmen, escribo para que sepas que desde este lado del mundo seguimos tus pasos, digo seguimos porque ya somos varios los que nos hemos enganchado de tus mochilas y andamos trajinando por el mundo con vos. Desde este rincón del mundo llamado Montevideo-Uruguay las mejores ondas positivas y ánimo que con o sin fotos estamos contigo.
    Un beso y un abrazo de Patricia.

  8. OTRA LAURA 6 abril, 2010 at 8:17 #

    Ya sabes que, con o sin fotos, te seguimos leyendo «absolutamente enganchados», así que, en la medida que puedas, sigue reportando!!. Me «impactó» un montón la foto de «Julian´s Square» en Pren Dam. Conocía mucho a su compañero de fatigas Jose (Santino) Manzano, y me ha hecho mucha ilusión que se le recuerde así. Seguimos pendientes de tus noticias!!

  9. kianista 6 abril, 2010 at 13:11 #

    ¡¡hola wapa!! No paras, ¿eh? Me acabo de leer 6 entradas seguidas, y no dejes de escribir aunque no puedas poner las fotos.
    Sigue así y disfruta a tope, ¡ah! ¡cuidado con los timadores!
    ¡¡¡un besote!!!

  10. Riky 6 abril, 2010 at 15:07 #

    Hola
    No te preocupes por las fotos, con la capacidad que tienes para describir situaciones y vivencias, nos vale…ya tendremos ocasión de verlas .Tu no dejes de escribir en cuanto tengas ocasión. Seguro que ahora, les costara mas timarte, pero de todas formas …¡¡Cuidadin!!
    Besos!

  11. agus 6 abril, 2010 at 20:48 #

    Hola Carmen, sigo viajando contigo por el mundo y en cuanto a los «bussines» tienen esos riesgos, la que no nos tima eres tu con tus cronicas. Estoy deseando conocer las entrañas de MIANMAR. Un beso

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