“Por cierto, me llamo Acyuta”, dijo la devota peruana antes de salir de la habitación que me había sido adjudicada. “Madre mía, qué nombre más raro”, pensé. “¿Tendrá orígenes quechuas o aimaras?” La misma situación se produciría cada vez que me presentasen a un nuevo compañero. “¿Cómo te llamas?”. “Prahlad”. “Dinabandhu”. “Mi nombre es Hánuman”. […]
![La vida en un ashram vaisnava desde dentro Trabajando en el ashram de Vrindavan](https://trajinandoporelmundo.com/wp-content/uploads/Ashram-Vrinda-Junja-2-100x100.jpg)