Albi me gustó desde el primer momento. Concretamente, desde el momento en que abrí la ventana de mi habitación y el estruendoso caudal del río Tarn me obligó a cerrarla de golpe. La fuerza de sus aguas me impresionó, pero todavía lo haría más la imagen que, desde esa misma ventana, vería a la mañana […]
