Cuando en abril regresé de Uruguay (un viaje que, exceptuando aquellos 20 días que pasé en Navidad con mi familia, había comenzado nueve meses antes, en San Petersburgo), lo hice convencida y con la intención de quedarme una larga temporada en España.
Por primera vez volvía porque yo quería volver. Deseaba regresar a Madrid, asentarme un tiempo. Dedicarme a escribir de una forma más tranquila, alternando viajes cortos con una vida digamos normal, más rutinaria. Volver a salir con mis amigos, a los que no veía desde hacía tanto tiempo. Me lo pedía el cuerpo.
En aquellos momentos no tenía ninguna duda de que los grandes viajes quedaban postergados, como mínimo, hasta el año que viene. Y me sentía feliz con ello. Era lo que yo quería.
Sin embargo, diversas circunstancias personales hicieron que a partir de junio un cambio se operase en mi estado anímico. Sin entrar en motivos, confieso que atravesé una mala racha que llevó a que de la tristeza inicial empezase a sentir una inquietud que, aunque yo intentase obviarla, crecía y crecía en el interior de mi pecho.
Una noche de finales de junio que recuerdo perfectamente, estando todavía en Cantabria, desperté sudando, con la sensación de que una mano me oprimía los pulmones y un pensamiento claro en mi cabeza: sabía dónde quería estar. Pero no podía: había tomado la decisión de quedarme un tiempo. Se me pasaría.
No se me pasó, y el suceso se repitió varias noches seguidas. Lo que sí pasaron fueron los días, y antes de darme cuenta estaba viviendo en Madrid, alternando pequeñas escapadas con una vida tranquila, como yo lo había querido. Contenta y a gusto con lo que hacía, no voy a negarlo; pero la inquietud, esa que de un día para otro había aparecido como un huracán devastador, no sólo no se iba, sino que seguía creciendo.
Era una sensación nueva para mi. No se trataba de que me apeteciese viajar a un lugar cualquiera: realmente sentía que ese era el único lugar donde quería estar. Un sentimiento más allá de la pasión por viajar o conocer nuevos sitios: una necesidad vital, arrolladora, innegociable.
Tardé tiempo en sucumbir a ella. Diversas circunstancias me impedían dejarlo todo de un día para otro, y una parte de mi seguía empeñada en seguir adelante con mi plan inicial. No obstante, en mi interior me marqué una fecha: octubre. En octubre regresaría a India.
Hace tres semanas compré el billete de avión. En el momento de elegir las fechas hube de morderme el labio largo rato para resistir la tentación de comprarlo sólo de ida. No, no era el momento. Dos meses estarían bien, suficiente para calmar mi espíritu y volver con las pilas cargadas.
Desde que compré ese billete me siento tan feliz, tan pletórica, que me cuesta ocultarlo. No voy a descubrir nada nuevo. No voy a viajar al sur, aunque por supuesto me encantaría conocerlo (algún día). Todo lo contrario. Lo que quiero hacer es precisamente el mismo viaje que hice cuando emprendí aquella vuelta al mundo: aterrizar en Delhi, recorrer el estado de Rajasthan, tomarme una cerveza con Nikky en su restaurante de Agra, dejarme hipnotizar por los ghat de Varanasi. Buscar a mis viejos amigos, hacer nuevos, y si me sobrase tiempo, quizá al final concederme el capricho de conocer Cachemira.
Este viaje tiene una gran importancia para mi, una importancia que no puedo expresar con palabras. ¡Volver a India! El país que (en diciembre se cumplirán tres años) fue el escenario que marcó mi vida y su posterior rumbo. Siento que, de alguna manera, estoy cerrando un círculo, cumpliendo con alguna suerte de destino que no podría suceder de ninguna otra manera. Estoy siguiendo a mi corazón, e incluso ahora, mientras escribo estas líneas, me cuesta aguantar la emoción.
Ya, ya lo sé: soy una cursi. Pero si es lo que soy, y es lo que siento, no puedo expresarlo de otra manera. Así que esos son los planes: el ocho de octubre tomaré un vuelo para cumplir un sueño. Hasta entonces tengo suficiente material en el tintero como llenar entradas y entradas con crónicas de los últimos blogtrips, pero también de Uruguay, e incluso de Laos. Demasiadas cosas han ido quedando en la recámara… Espero que me de tiempo.
Me alegro por ti! Es genial poder hacer lo que uno quiere y siente. Yo también me iría un par de mesecitos, pero a Japón (esa es mi India). Sería genial y desde luego me sentiría tremendamente feliz. Quizás algún día… de momento este año y el que viene los tengo más que ocupados!!
Buen viaje!!! :)
¡Hola María!
Todos tenemos «una India» :) Me siento tremendamente emocionada por hacer este viaje, más que ningún otro, te lo aseguro. Dicen que al lugar donde has sido feliz no debes volver… pero yo lo siento tan fuerte, estoy siguiendo una señal tan clara, que no puedo dejar de hacerla caso.
Confieso que el temor de la decepción está ahí, pero es un temor muy pequeño… Algo me dice que va a ser uno de los grandes viajes de mi vida. A un nivel muy íntimo, muy personal…
Estoy segura de que cuando tú vuelvas a Japón te pasará lo mismo. ¡Sólo sigue las señales! :)
Un abrazo!
Buen viaje Carmen,
Aunque India no fue el viaje de mi vida (disfruté del país, pero la parsimonia de los indios me podía) no sabes la envidia que me das.
Buen viaje y esperaré leer tus aventuras.
¡Hola Melo!
A veces, lo que menos importa es el destino en sí… Está claro que yo vuelvo a India porque es «mi» lugar (con la parsimonia de los indios incluida ;) ), pero tanto podía haber sido éste como cualquier otro sitio…
Muchas gracias por tus buenos deseos, y por haber estado siempre ahí.
No puedo mas que….APLAUDIRTE! y quitarme el sombrero….
Adelante Carmen!
Beso grande grande desde Hamburgo (hoy un abrazo no basta!)
Patricia.
¡Gracias Patricia!!
No hay ningún motivo para aplaudir nada, sólo estoy siguiendo a mi corazón, ¡y no sabes qué feliz! Tengo la sonrisa tonta en la cara todo el día, ¡no duermo por las noches! :D
Un beso enorme, y aunque lo decimos siempre… ¡me encantaría verte cuando coincidamos en «casa»!
Animo! no es cursi, es preciosa tu historia!
A mi me parece muy bien que hagas lo que realmente quieres.
Sabes que sea lo que sea siempre vas a contar con mi apoyo.
Eso si….Te espero como al turron!
Entre tú y yo sobran las palabras. Prometo regresar a casa por Navidad cantando la canción del Almendro (pero al estilo Bollywood :P).
Un beso muy fuerte.
Te entiendo perfectamente, Carmen.
Cuando un destino te marca a fuego, y lo hace poniendo del revés todo tu mundo, crea un poso que bulle en silencio. Quizás no se note cada segundo, pero sí cada día, cada nuevo amanecer en el que te despiertas en una cama que a veces resulta extraña. Hay una conexión hacia ese destino, atracción la podíamos llamar, la cual, por mucho que intentemos domarla, debe mimarse. Y debe hacer porque, de algún modo, se forma un vínculo dependiente, físico y anímico, que consigue fundir en un abrazo nuestro pasado, presente y futuro.
Yo también volveré algún día a Nueva Zelanda, y lo haré para llenarme de fuerza y reafirmarme en lo que soy; en lo que quiero ser.
Disfruta rebobinando a tus inicios y, de haberlas, supura todas tus heridas para emprender una nueva batalla y vencer tus viejos fantasmas.
Vaya Xabier, qué comentario más bonito… Muchísimas gracias.
El poso del que hablas ha estado siempre ahí, alimentando una especie de mito en mi cabeza. Un «India, India, India…» que escuchaba cada poco, en cuanto me daba la oportunidad de hacerlo.
Confieso que la charla del TBM tuvo un efecto de catarsis… Liberé algo que llevaba tiempo reteniendo dentro, y después fue cuestión de tocar un par de teclas para que la vocecita, en lugar de susurrar, chillase… Hasta que he tenido que rendirme a ella.
De nuevo, gracias por tus palabras, y te deseo lo mismo: que puedas regresar a Nueva Zelanda lo antes posible, o cuando tu corazón te indique que ha llegado el momento.
Un abrazo!
Es imposible renunciar a la llamada del corazón Carmen. Disfruta de tu India!
¡Muchas gracias, Pau! Este es, sobre todo, un viaje muy personal, así que venga lo que venga será bien recibido.
¡Un abrazo, compañero!
Ya sabía yo que esa fiebre por India te la quitarías más pronto que tarde, me alegro mucho por ti, si esa vuelta te sirve para centrarte más y continuar con fuerza todos esos proyectos que tienes en mente, estupendo.
En mi caso mi «India» particular está muy reciente (Japón), hasta tal punto que me cuesta escribir cada relato, porque me entra una nostalgia que me abruma, pero que a la vez me trae unos recuerdos muy especiales.
Espero que todo te vaya genial y que con la efusividad que nos narraste «en directo» ese pasado viaje por Asia, poder leerte y ver como se da la segunda llegada a India ;)
Un saludote!!!!
Muchas gracias, José Carlos!
A mi me pasa exactamente lo mismo que a ti cuando hablo de India. Lo hago con cariño pero con una nostalgia infinita… por eso he decidido ponerle remedio :D Ahora es a ti al que le toca esperar un tiempecito antes de regresar a Japón, verás como así cuando vuelvas lo haces con muchas más ganas ;)
¡Un abrazo!
Suerte y buen viaje en El Camino del Corazón :)
Viniendo de un viajero como tú, eso son más que palabras, Iván. ¡Gracias!
¡Bravo! Escuchar al corazón no es fácil, y mucho menos tomar la decisión de seguir la ruta que te marca cuando tu cabeza ya ha trazado un plan de vida (aunque sea a corto plazo). Gracias por compartir tu experiencia. Es muy valiosa para superar los miedos que todos tenemos a dejar la aparente seguridad que nos rodea.
Gracias a ti, Alma, por el apoyo. A veces la llamada del corazón se hace esperar, pero cuando llega no queda más remedio que escucharla :)
¡Un abrazo!
Es imposible que te equivoques, no hay decisiones buenas o malas, hay decisiones y estar abierto a la incertidumbre es la mayor de las seguridades posibles, buen viaje y un fuerte abrazo
¡Muchísimas gracias, Juan!
No creo que me arrepienta nunca de esta decisión. Hasta el momento no lo he hecho de ninguna de las que he tomado (o de casi ninguna ;) ), así que seguiré haciendo caso a mi instinto… ¡a ver dónde me lleva!
Me ha encantado la entrada! Qué tendrá India! Qué bonito volver a donde empezó todo ;)
Me parece genial. A seguir al corazón, si señor!
Un beso!
¡Hola Saray!
No lo has podido describir mejor: volver donde empezó todo. ¡Me siento tan feliz!
Ya no se me ocurre nada más que decir… ¡cuento los días!
Un beso fuerte!
Nunca me cansaré de decir que este blog es a donde vuelvo cuando quiero soñar con ser alguien que, desgraciadamente, nunca podré ser.
Aprovecharé tu apertura de corazón para abrir el mío un poquito a modo de ejemplo:
En 2006 viajé por primera vez a Noruega, y aunque no salí de Oslo (de hecho, nunca he ido más allá de Oslo, es una espinita clavada que en algún momento me quitaré), me enamoré del país. En 2007 volví, y el enamoramiento se tornó en admiración hacia una forma de ser, de respetar, que yo veía como deseable para mí. Tanto, que marcó un pequeño punto de inflexión en mi vida. Sólo tenía 21 y 22 años, y a esas edades aún todo nos marca mucho.
Busqué posibilidades para irme a vivir a aquel país que tanto me había aportado en mi vida. Y pronto se me tuvo que caer la venda de los ojos: sin hablar noruego y sin estudios superiores es virtualmente imposible ir a trabajar allí como extranjero por muy bilingüe de inglés que seas. Y es un país con un nivel de vida tan alto, que la opción de irse «a la aventura» era más una locura que otra cosa.
Por obligación de la dura realidad, la opción de Noruega se disolvió en mi vida al tiempo que mi plan vital variaba sustancialmente. Conseguí sacar una plaza de funcionario, y comencé mi «placentera» vida en casa, sin preocupaciones laborales más allá de las propias del día a día, y adaptando mis viajes a mis días libres y vacaciones.
Todo genial… o no.
Todavía soñaba con esa posibilidad, con esa remota idea que aún vivía en algún sitio dentro de mí. Aquello que, aunque etéreo, fue totalmente real en mí durante unos días. Y decidí que, tan pronto como pudiera, volvería. Solo o acompañado, pero volvería para tratar de cerrar ese círculo. Y este verano volví, acompañado de mis mejores amigos. Tal vez eso ayudó a que todo fuera tan bueno.
He cerrado el círculo. Sigo admirando ese país, esa cultura. Y la visión crítica que te dan los años me ha ayudado a ver que no todo lo que vi de color de rosa en su día es tal. Sigo pensando, de vez en cuando, en cómo habría sido mi vida si hubiera decidido (o podido) dar el paso en su día. Pero ya no me come por dentro.
Ahora mi pequeña espina es ver esos paisajes de verano… en invierno. Necesitaré engañar a alguien para que venga a visitar Oslo durante tres-cuatro días conmigo. Pero ya me preocupa menos. Será un nuevo círculo por abrir.
Por eso te entiendo perfectamente. Y no comparto que «donde has sido feliz, no has de volver». ¿Por qué? ¿Porque tu visión crítica va a hacer que no veas todo tan perfecto como entonces? Quizás eso sea lo bueno de volver a donde has sido feliz. El darte cuenta de que se puede ser feliz sin que haya perfección de por medio. Y, quizás me equivoque, creo que lo mejor de volver a un sitio es darle otra perspectiva para tratar de ver más ángulos de la misma escena.
Me encanta que hayas recuperado tu sonrisa interior. De verdad. El alma se desnuda cuando se escribe, y cuando algo no funciona por dentro… las palabras no fluyen igual por mucho que se quiera.
Eres un escritor nato, Borja ;)
Me ha gustado mucho tu historia y me he sentido muy identificada, pero no por India precisamente. Lo que has descrito encaja perfectamente con mi experiencia en Turin, la ciudad donde hice mi Erasmus y llegué a plantearme muy seriamente quedarme a vivir. Lo que son las cosas… si lo hubiese hecho tal vez no estaría aquí ahora.
Regresé a Turin tres años después de aquel Erasmus. Para entonces mi vida ya había sufrido muchísimos cambios y volvía con ganas, pero aterrada de encontrarme una ciudad distinta, de que mis amigos hubiesen cambiado, de que se hubiese roto el «vínculo», de que me decepcionase.
No fue así. Evidentemente ni yo, ni la ciudad, ni mis amigos éramos ya los mismos, pero como muy bien has dicho tú, aquella visita me dio una visión distinta de la ciudad y de mi relación con ella. Una visión teñida por la nostalgia, sí, pero también nueva, y en definitiva, buena. A veces es bueno volver a los lugares donde se ha sido feliz para aprender a encajarlos en tu vida actual desde otra perspectiva. Ahora, sin espinitas ni «qué hubiese sido si…», me siento feliz porque Turin siempre formará parte de mi vida.
Cerrando círculos :)
Estaré en India desde el 24 de octubre hasta febrero… primero el norte luego el sur desde diciembre, ojala coincidamos! Saludos!
bah, olvidé decir que India es también el país que me marcó por siempre para futuros viajes, ya se cumplieron cinco años y medio desde que la conocí y por fin ahora puedo volver por casi cuatro meses a «cerrar el círculo».
¡Me encantaría que nos encontrásemos, Martin! Seguimos en contacto, sabes dónde buscarme :)
Yo también viajo el 24 de octubre desde Barcelona a Delhi. Luego estaré instalada en Udaipur haciendo un voluntariado. Si pasáis por ahí cerquita, tenemos que vernos!!
Será un placer, nos vemos en India :)
Lo iba leyendo y se me iba formando la sonrisa en los labios. Es mismo, Tu viaje le ha cambiado la vida , no solo a ti, sino a gente que ni te imaginas. Y como una de ellas te lo agradezco. Y me alegro que vuelvas. Ya se sabe que cuando MamaIndia te llama, no tiene caso resistirse. Y que no por nada India es la cuna del «sab kuch milega». Desearte suerte esta demas, solo espero ansiosa, me imagino que como mucha gente, el recuento de las experiencias. Un abrazo fuerte
Dios mío, Arena, ¡qué alegría leerte! Me has emocionado.
El Sab Kuch Milega lo llevo tatuado a fuego en la piel, espero que me acompañe también en este viaje :)
Pero dime, ¿dónde estás ahora? Espero que te vaya todo tan bien como siempre, ¡un abrazo enorme!
Que bien!!! Buen viaje!! No hay nada como poder hacer lo que uno desea. A disfrutar! :)
Lo mismo digo, querida amiga, ¡disfruta de tu cumple! :D
Se te notó el cambio por Twitter y el otro día tenías una mirada distinta. Yo lo achaqué a tus vacaciones familiares pero ya veo que no. Mucha suerte en ese viaje, Ku. Y te recuerdo que aún no conoces Murcia ;-)
¿Se me notó el cambio por Twitter? Maldito pájaro… :P Lo de la mirada distinta me lo creo más :) Gracias por los buenos deseos, Txema! La próxima, en Murcia ;)
Es imposible resistirse a la llamada del corazón. Es más sabio de lo que creemos, y si él te dice que vuelvas a la India por algo será, así que hazle caso :-)
Nosotros estaremos aquí, leyéndote y siguiéndote en esta nueva aventura que empiezas. No nos olvides demasiado!
¡Muchas gracias, Sandra!
Ah… el corazón. ¡Órgano complicado!
Un abrazo, y de momento nos seguimos leyendo como de costumbre :)
Enhorabuena Carmen! Los sueños no se pueden quedar en sueños, están para cumplirlos. Mucha suerte en tu vuelta a India, estoy seguro que aunque no encuentres lo mismo que en el viaje anterior, nuevas aventuras y nueva gente se toparán contigo.
Que vaya fenomenal!
¡Gracias Dany! Ya lo he dicho mil veces, pero estoy muy emocionada ^^
Está ahí, en una esquinita de la cabeza, atrás a la izquierda, pero no te gires porque no la podrás identificar con claridad.
La ignoras la mayor parte del tiempo y la tapan los ruidos del presente más inmediato y cercano, ese que a todo el mundo le parece más importante y real.
Pero ella no desiste, no se rinde y se mantiene imperturbable aunque lo haga con timidez.
No grita, apenas susurra, pero es constante, como las gotas de lluvia que poco a poco tallan caprichosamente las rocas de las montañas más escarpadas.
Y con cariño, casi con ternura, repite su mensaje:
«Viaja. Vive.»
Me alegro de que le hayas hecho caso.
Siempre le hago caso ;) A veces tardo más, otras menos… Pero esa voz que empezó como un susurro (prácticamente desde el mismo momento en que regresé de aquel viaje) era ya imposible de ignorar.
No me ha pasado con ningún otro país. De todos tengo buenos recuerdos, y todos me sacan (el que más, el que menos) una sonrisa cuando pienso en ellos. Sólo India era capaz de ponerme un nudo en el estómago, una sonrisa, y las lágrimas en los ojos al mismo tiempo… Tengo algo pendiente allí, vamos a ver qué es :)
Carmen, ¡¡como te entiendo!! Y veo que somos muchos….
Yo también he luchado muchos años contra una vocecita interior que me susurraba (y a veces me gritaba) que diera un cambio a mi vida. Desde siempre he tenido (y tengo) muy presente el pasar una temporada larga en Nueva York, luego era simplemente vivir fuera de España, aunque la vida cómoda en la que me he ido instalando poco a poco intentaba silenciar esta voz. Una lucha interna que he llevado durante 10 años!! Y al final, a principios de esta año, sin saber muy bien cómo, lo vi clarísimo!! Y lo decidí!! En menos de 2 meses dejo mi vida cómoda y me lanzo a hacer un voluntariado en India. No puedo decir que a veces no esté asustada, que no piense en el futuro (y más estando las cosas como están por aquí), pero me siento confiada de que todo saldrá bien. Todo siempre sale bien si haces lo que sientes que debes hacer. Y así me siento.
Así que animo a todas esas voces interiores a gritar bien bien fuerte, y a todos nosotros a escucharlas con el corazón abierto.
Me encanta leer este tipo de comentarios. Así debería ser siempre, escuchando la voz interior.
Me alegro mucho de que te hayas lanzado a hacer un voluntariado en India, yo es algo que siempre quise hacer, y bueno, podría decirse que lo cumplí un mes en Kolkata, aunque me hubiese quedado mucho, mucho más… No descarto la idea de volver algún día, para más tiempo. Esta vez, no me toca ;)
¿Cuánto tiempo vas a estar? ¿Indefinido? ¿Has viajado a India antes? Me encantará conocerte cuando pase cerca de Udaipur, estamos en contacto!
¡Un abrazo, Belén!
Yo no he realizado tantos grandes viajes como tú, si muchas escapadas, pero no me faltan sueños (Creo que como a todos..jeje).
En febrero y marzo de este año estuve en India, y desde que regrese tengo un sentimiento de nostalgia, un sentimiento de descubrirla con calma, un sentimiento cada día más grande de viajar acompañada de mi hija de 13 años, me suplica viajar para conocer al niño que tenemos apadrinado….. Pero la indecisión me esta matando =S, Viajar de nuevo a la India (que lo estoy deseando) o ahorrar durante unos años para dar la vuelta al mundo (que lo estoy deseando).
Siempre he admirado a los que me aclaran en mis ideas (Y hay pocos amigos y personas que me digan lo que quiero escuchar ;) ), y por eso lo busco en los blogs y este es uno de esos que aparte de ayudarme a organizar aquel viaje a la India, con su forma de escritura me hacen abrir un poquito más los ojos.
¡Hola Roireto!
Lo «malo» (cójase con pinzas) de tener tantos sueños es que para alcanzar unos, a veces tenemos que renunciar temporalmente a otros. Eso nos pasa a todos, pero poco a poco se va llegando ;)
Ahora, en mi humilde opinión, India no es en absoluto un país caro (dependiendo de cómo viajes). ¿No crees que podrías viajar unos días con tu hija para que lo conociese, sin dejar de ahorrar para tu gran sueño? Yo lo veo factible… a menos, claro, que en el camino quieras viajar a otros 10 lugares más, no tan baratos y accesibles como este país. Bueno, todo es proponérselo :)
Muchas gracias por tus palabras, me alegro mucho de que te guste el blog, y de que mis reflexiones en voz alta (que intento no colar demasiadas veces, por eso de la vergüencilla) te ayuden en la búsqueda de tu propio camino. A mi vuestros comentarios me alientan mucho también.
Gracias, y un abrazo.
Pues que bien Ku, me alegro mucho que puedas regresar a TU India. En aquel viaje, contabas con verdadera pasión tus vivencias en India, y se notaba a leguas tu cadencia por ese País.. Por cierto, la foto del perrin con el Taj Mahal detrás, es muy chula, al igual de muchas que hiciste entonces…a si que no te olvides la cámara eh!
Un Fuerte Abrazo.
Por supuesto que no la olvidaré, Ricky. Estoy deseando volver a perderme por esas calles y hacer fotos :D
¡Un abrazo enorme!
Hola Ku!- Hay viajes que marcan. Ya nos quedó claro a todos los que te escuchamos, y compartimos, tus emociones en el TBM de Gredos.
A veces se debe a causas concretas, otras, resulta difícil explicarlo; simplemente lo sientes. Y es una fuerza arrolladora.
Un abrazo!
¡Hola chicos!
A día de hoy creo que la charla del TBM me sirvió más a mi que a vosotros para sacar fuera algunos sentimientos que tenía dentro desde hacía tiempo.
Recuerdo que mientras hablaba, aún con todos los nervios, yo misma pensaba «¿Qué hago que no estoy ahí ya?». Cuando dije que volvería en cuento pudiese lo decía en serio, aunque yo misma en esos momentos no pensaba que sería tan pronto. Al final pudo conmigo :D ¡Estoy expectante por el reencuentro!
¡Un abrazo!
¡Que bonito Carmen! Preciosa tu exposición, aunque intuyo que hay mucho detrás que estas superando o ya has superado. Como me alegro por ti.
Si este viejo- nuevo-gran viaje te sirve para coger fuerzas, retomar buenas, grandes, pequeñas, importantes, banales, experiencias y «cargar pilas»,¡ ánimo! Está claro que India tiene un significado muy, muy importante en tu vida y que es un punto de partida.
Tu decisión y tu fuerza son un referente.
De verdad que me emocionas y te admiro. Y me emocionan los comentarios de tus amigos en el blog. Eres afortunada en muchos sentidos y creo que lo sabes.
Ya sabes que te esperamos cuando tengas un ratito en tu periplo vital.
Besines
C
¡Gracias, Conchi!
Dentro de unos días voy a veros, entonces hablamos con calma, porque ahora me has dejado sin palabras.
¡Un beso!
¡Eres grande pequeña!!!!
He estado unos dias sin visitar tu blog. (No sé por qué será, ja,ja,ja)
A ver si es verdad que nos haces una visita antes del dia 8. Tengo mucho que agradecerte.
Besines
Conchi
¡Antes del 8 nos vemos, Conchi! Pero que conste que no tienes absolutamente nada que agradecerme… Si acaso, yo a vosotros!
Ya lo digo yo amiga, «el mejor viaje siempre es el proximo» Asi que disfrutalo y vivelo con todos los sentidos!!! Pero en Marbella tenemos que quedar alguna vez.eh?….un abrazo
¡No lo dudes, Fran! A partir de ahora intentaré ir allí más seguido, ¡me ha encantado!
Joooo!!! Acabo de volver de allí! He estado haciendo himachal pradesh, rajasthan, agra hasta varanasi.
Te deseo lo mejor en este nuevo encuentro con la india querida, y que no te de ningún patatus con las comidas!
Un abrazo Carmen!
¡Hola Lluis!
¿Qué tal tu primer contacto con India? Por lo que intuyo, bien, ¿no?
Esta vez tendré un cuidado extremo con la comida, te lo aseguro. ¡Sólo tengo dos meses y quiero aprovecharlos!
¡Un abrazo!
Hola, Carmen! Creo que no te he comentado nunca, pero te leo desde hace tiempo. Te admiro muchísimo y me encantaría viajar tanto como tú… algún día. Cuando termine la licenciatura ^^. He viajado, claro, por Europa, y me encanta… Y conozco perfectamente la sensación que has descrito.
Fue en una mañana de enero de 2009. Me desperté con un solo pensamiento en mi cabeza. «Roma». Estaba en primer año de carrera, en la residencia de estudiantes. Italia siempre ha sido mi país ideal de vacaciones: aunque me gustaría pasar ahí una temporada pequeña, sé que no soportaría vivir ahí. Hablo italiano y me encanta su cultura y su todo. Pero no. Italia es mi oasis y Roma mi jardín del Edén particular. Y eso que solo había estado ahí un par de días en el viaje de fin de curso de 4º de la ESO.
Estuve ansiosa y de los nervios todo el día. «Roma me llama. Debo ir. Necesito ir a Roma. Quiero ir a Roma. Necesito ver mi fuente (la Fontana. Uno de mis sueños secretos es bañarme en ella antes de que me detengan los carabinieri), necesito pasear por Roma.» Llamé a mi madre y, tras mucho discutir con ella, conseguí convencerla para pasar unos días en Roma las dos juntas en julio…
…y la ansiedad se desvaneció. Ya está. Volvía a Roma, más mayor y más lista y sabiendo el idioma. Y lo disfruté muchísimo. Por suerte para mi bolsillo, no he vuelto a sentir esa necesidad de ir a un sitio. Por desgracia para mí, porque, para qué negarlo… Es una excusa buenísima para viajar :). No es lo mismo decir que tienes ganas de ir a un lugar que necesitarlo realmente porque a tu cuerpo no le da la gana tranquilizarse hasta que no sabe que va a volver.
Totalmente off-topic, pero recientemente he estado en Polonia, y si no has estado, te lo recomiendo: maravillosa, preciosa, muy distinta lo que la gente se cree y baratísima.
Y ya que te comento por una vez, aprovecho para decirte que me encantas, tú y el blog, que gracias a ti me muero de ganas por ir a Varanasi, por saltar en paracaídas en Nueva Zelanda, por ir a Uruguay y por ver los fiordos noruegos. Y lo digo así porque son destinos que, antes de conocerte, jamás me había planteado. Gracias por existir, por viajar y por contar tus viajes. Y de cursi nada. Como siempre, magnífica. Un abrazo!
¡Hola Merak!
En primer lugar, decirte que me alegro mucho de que no comentes a menudo, porque si todos tus comentarios son como éste no me quitaría la lagrimilla de encima nunca! Es broma: muchas gracias, de corazón, me ha encantado :D
Yo me confieso una enamorada de Italia, hice allí el Erasmus, adoro el idioma, su comida, la forma de ser de su gente (con sus pros y contras, ¡me encantan!), y al contrario que a ti, ¡sí que me encantaría vivir allí! Por eso entiendo la sensación que describes.. y me ha encantado que lo llames «excusa» para viajar, jajaja :P
A Polonia tengo muchas muchas ganas de ir. Muchísimas. Me quedé con las ganas cuando hice el transmongoliano (el plan inicial era atravesar Europa en autostop), pero la idea sigue ahí… algún día!
Un abrazo fuerte, ¡y no te cortes en comentar más veces!
Hola Carmen
Nosotros también vamos a India en octubre e iremos al sur así que nunca se sabe dónde nos podemos cruzar porque por lo que veo haremos rutas un tanto parecidas.
Mi gran maestro Galeano dice : «Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.»
Éxito con ese viaje porque, tal vez, puede ser mucho más largo y esclarecedor de lo que imaginas
¡Hola Arol!
Qué casualidad, ¡cuánta gente va a India el mes que viene! Yo viajaré como siempre, lento, así que seguro que en algún momento nos cruzamos.
Por cierto, a mi también me gusta mucho Galeano ;)
di que si carmen! al final la vida son 2 dias como para andar reprimiendose,
te comprendo lo de «volver a casa» con la sensacion de que tienes q cumplir con algo q te has prometido…pero puede mas el corazon q la razon en la mayoria d los casos
te deseo lo mejor!
¡Gracias, Cris! En este caso razón y corazón no están estrictamente reñidos, y es una suerte! :D
Hola Carmen!
Hacía mucho que no comentaba en tu blog, últimamente no he tenido tiempo de leerte. El caso es que hoy he entrado aquí buscando información sobre Bangkok porque emprendo un pequeño viaje hacia allí dentro de poco y me he encontrado con la gran alegría de que has vuelto a India!Es un país que no conozco, pero al que le tengo muchas, muchísimas ganas y es en parte gracias a las crónicas que escribiste desde él en 2009. Mis crónicas preferidas de tu blog son aquellas que tratan de India y hoy he vuelto a engancharme leyendo las primeras de este nuevo viaje. Así que, muchas gracias por escuchar a tu corazón!Te deseo mucha suerte y no dejes de mantenernos informados, un beso!
¡Hola Bea!
Muchísimas gracias por tus palabras. Me alegra mucho saber que seguiste mi viaje de 2009, que has vuelto a caer en el blog precisamente ahora que regreso a este país (que no hace falta que diga que es muy especial para mi… supongo que eso también se nota en los escritos, sean mejores o peores) y que vuelve a gustarte. Comentarios como el tuyo son un gran aliento.
¿Viajas ahora a Tailandia? No tengo mucha información sobre Bangkok en el blog, pero si necesitas algún tipo de información, no dudes en preguntarme.
¡Un beso!
Pues sí, salgo el sábado hacia Bangkok para un corto viaje por el norte del país porque las obligaciones laborales me permiten poco más y entré en tu blog recordando tus deliciosas crónicas de comidas en el sudeste asiático que siempre me ponían los dientes largos. Ahora por fin voy a tener la oportunidad de probar algunas de ellas!Besos!
Querer volver a India es lo más normal una vez has estado. Hay viajes que marcan una vida, y destinos como éste creo que tienen todos los ingredientes para que sea algo único. ¡Genial post!
¡Gracias, Nadia! Por tus comentarios en otras entradas no me queda claro, ¿has estado en India ya?
No eres cursi. Ni digas eso. :) Para quienes te leemos puedo decirte que compartimos la emoción de tu viaje.
Ese retorno y las palabras que compartes en tu blog nos ayudan a sentir el viaje junto contigo.
De cierta manera no viajas sola, sino que nos llevas a todos, no crees? Al regresar, nos traes presentes y recuerdos, souvenirs, vaya, de una calidad abstracta, con tus palabras, pero igual de tangibles y posiblemente mas valiosos! Que maravilloso que logres este sueño!
Que es lo que más te emociona hacer que no hayas hecho allá antes?
Hay destinos que al igual que algunas decisiones marcan en la vida.
Las decisiones no se pueden revertir, pero a los destinos sí podemos volver…
Por lo que me han contado, viajar a India cambia la imagen que tienes de la vida, por los contrastes, por la felicidad en la gente cuando sin embargo no tienen nada, por su forma de valorar cualquier gesto…Debe ser un viaje revelador
Cualquier viaje es revelador Vic
Sin duda, pero quizás ayudan los grandes contrastes a desconectar aún más de los clichés a los que estamos acostumbrados por vivir en según qué sitio. Un pueblo donde la tradición aún perdure te hace chocar contra una realidad muy diferente a la tuya, con lo que un país en el que la tradición, las diferencias y la cultura son distintas, debe ser algo bestial.
Siempre hay motivos para volver a India. Es un país encantador con sus gentes.
¿Alguien ha podido estar en alguna de las fundaciones y ong que allí actúan? Me gustaría tener más info de ellas.
Puedes consultar guiaongs.com ahí aparecen algunas y contactar con ellas.
Las peores decisiones siempre son las que nunca se llegaron a tomar…