UNA MÍNIMA INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
El primer “genio” al que se le ocurrió construir una larguísima fortificación que protegiese la frontera norte del Imperio fue el emperador Quin Shi Huang. Tal vez le recuerden de otras locuras, como el Ejército de Terracota, y si no tiempo al tiempo, porque volveremos a él el próximo día.
En realidad, por aquel entonces (hablamos del siglo III a.C) lo que se hizo fue unir diferentes fortificaciones que varios reinos independientes habían levantado para defenderse de las tribus mongolas desde muchos siglos antes, cuando China todavía no estaba unificada.
Aún así, la empresa precisó de años de trabajo, y en el camino se cobró la vida de millones de trabajadores, que fueron enterrados en las inmediaciones a medida que morían. Una leyenda algo turbia sostiene que uno de los materiales empleados para construir la Muralla fueron los huesos de los obreros fallecidos. ¿Vosotros os lo creéis?
La Muralla fue ampliada y reconstruida por los sucesivos emperadores chinos a lo largo de la Historia. Unas veces, para protegerse de los manchures; otras, de los mongoles. Como ya sabemos todos, de poco les sirvió. Y es que (esta frase está muy manida, pero me encanta), como “dicen” que dijo el gran Genggis Khan: “La resistencia de una muralla depende del coraje de aquellos que la defienden”.
La Muralla dejó de ampliarse y repararse en el siglo XVI d.C, bajo el gobierno de la dinastía Qing, cuando Mongolia se anexionó al Imperio y dejó de representar una amenaza.
Así, la Gran Muralla iniciada por Quin Shi Huang quedó solita y abandonada durante siglos, sufriendo el lógico desgaste del paso del tiempo y las condiciones atmosféricas. Muchos tramos se derrumbaron. No sería hasta hace pocas décadas cuando el Gobierno chino, viendo el filón que este vestigio del pasado suponía a nivel turístico, comenzó a reconstruir algunas zonas, cobrar entradas, y montar el negocio en que a día de hoy se ha convertido.
LLEGANDO A LA GRAN MURALLA
Tenía claro que el día que visitase la Gran Muralla no iría a Badaling. Nada me apetecía menos que compartir con cientos de personas ese momento único, si podía evitarlo.
Sabía que había otras alternativas: los tramos de Simatai y Juyongguan. E incluso la posibilidad de hacer un trekking entre ambos, o pasar una noche en la mismísima Muralla, para ser el primero en disfrutar del amanecer.
Todos mis planes se fueron al traste cuando me dijeron que esos dos tramos estaban cerrados. Al principio no me lo creí; pensé que sería información “desactualizada”, o aún peor: una estrategia para vender excursiones a otros tramos más cercanos (y con más gente), como Mutianyu. Busqué en internet, y efectivamente, las últimas informaciones decían que Simatai estaba cerrado por trabajos de restauración.
Pero no quería ir a Badaling. Tampoco a Mutianyu. Y mucho menos apuntarme a un tour. De alguna manera, algo me decía que Simatai estaría abierto, pero no podía jugármela: no andaba sobrada de días en Beijing, y si mi instinto fallaba, habría perdido un día para nada.
De modo que finalmente decidí apostar sobre seguro y lanzarme a la ventura de acercarme por mi cuenta hasta Huanghua, la quinta alternativa: una zona de la Muralla algo más salvaje, sin restaurar, con fama de estar poco masificada y ofrecer buenas vistas.
Llegar fue fácil. Por 10 yuanes cogí un autobús que, en algo menos de dos horas, me llevó desde la Estación de de Dongzhimen hasta el pueblo de Huairou. Ahí decían que había minibuses compartidos que por 4 yuanes llevaban hasta la Muralla, pero convencer a los conductores fue una empresa imposible. Quizá porque no había nadie con quién “compartir”.
No me quedó otra que alquilar un taxi, que en realidad no era un taxi, sino el coche de un particular que había viajado a mi lado en el autobús. Acordé un precio de 40 yuanes por el trayecto, ida y vuelta, del pueblo a la Muralla y de la Muralla al pueblo, pudiendo permanecer en ella el tiempo que quisiese.Y hacia allá fuimos.
Efectivamente, puede que Huanghua no sea el lugar más indicado de visitar para “el grueso” de la gente. Nada más llegar, un gran cartel advierte que el lugar no está abierto al público, y la precaria escalera de hierro que da acceso al tramo supone un ligero obstáculo si se va con niños pequeños o personas mayores. Pero ese no era mi caso, ¿no? Por lo demás, es un tramo perfectamente accesible.
A pocos metros de la escalera, un hombre cobra 2 yuanes para seguir avanzando. Naturalmente esto no es una tarifa oficial, pero me pareció tan gracioso el “chiringuito” que se había montado, con la sombrilla de colores y el cartel indicando la tarifa, que le pagué. Al fin y al cabo, 2 yuanes es un precio razonable por ver una de las grandes maravillas del mundo; especialmente si, tal y como prometían, podría disfrutar de ella casi a solas.
Mi primera visión de la Gran Muralla (una vez arriba, que no es lo mismo que verla desde abajo), no me impresionó demasiado. En esa zona el tramo estaba cortado, y entre eso, las casas, la presa, y que las montañas impedían ver lo que hay más allá, la imagen que el conjunto ofrecía no era demasiado espectacular. Hasta que comencé a andar…
CABALGANDO LA GRAN MURALLA
… O mejor dicho, a “escalar”. ¿Habéis escuchado alguna vez eso que dicen de que la Gran Muralla “sube y baja montañas como una gran serpiente”? Pues no podéis imaginar hasta qué punto es cierto. En estas fotos puede que se aprecie poco, pero apenas hay tramos horizontales. Ya sea hacia arriba o hacia abajo, las pendientes son tan abruptas que en muchas ocasiones es necesario ayudarse con las manos para poder salvarlas. Y hacer muchas paradas.
Pero merece la pena. A medida que avanzaba, las vistas eran cada vez mejores. Y cada vez me encontraba menos gente. “Haberla, había”, no os voy a engañar. Pero muy poquita, y como cada grupo llevaba su propio ritmo, al final estábamos todos desperdigados y era como estar solo.
Hay momentos en que la pendiente es tan pronunciada, que cuando miras al frente sólo ves muralla y cielo. Es mágico, una “Stairway to heaven” total.
Finalmente, tras algo menos de dos horas de recorrido, llegué hasta el punto que quería. Ese en el que por más que hagas ejercicios de vista, no consigues ver dónde puede terminar toda esa locura. Podría haber seguido caminando, pero tampoco lo deseaba fervientemente. Además, luego había que volver. Así que me quedé ahí, sentada, disfrutando de “ese momento mágico” que al final, sí: pude disfrutar completamente sola.
Desde siempre ha sido uno de mis sueños llegar a la muralla china y este post me recuerda que aun no lo he cumplido!! Ya lo creo eso que dices de que la muralla sube y baja montañas como una serpiente, menudas agujetas tienes que tener al dia siguiente ufff… Pero se ve que el paisaje es espectacular. Bonitas fotos :)
¡Pues en las fotos no se nota nada Ainara! Tengo una en la que realmente parece una escalera al cielo, pero la hice con el sol de cara y no me quedó demasiado presentable… ¡tienes que verla en directo! :D
Excelentes fotos, y ademas tu sales en una (EN UNA) , insisto, unas fotos excelentes, aunque el merito la compartes con la muralla, cada una en su puesto.
De vez en cuando me dejo ver… ¡pero no soy yo la protagonista de esta historia! :)
Fantástico post! Cierto el tema del turismo; aveces estropea las emociones viajeras. Y además, afea mucho, sobretodo esos graffitis de dudoso gusto!
Sólo queda una postura, la de intentar buscar nuevos accesos, rincones y espacios que no salgan en las guías. Esforzarnos por encontrar aún la esencia del destino, no contaminada por el turisteo!
Felicidades por el post!
Yo cuando es inevitable estar rodeada de gente (templos de Angkor, Taj Mahal…) intento sacar partido a la situación y hacer fotos también a los turistas, que además, ¡suelen posar muy gracioso! De hecho, en este blog tengo una buena colección de «posados robados». De vez en cuando me gusta meterlos :P
Pero sí, si existe la posibilidad de disfrutarlo a solas…. no lo dudo. ¡Porque para vérmelas con turistas voy a tener muchas más ocasiones!
ACERTASTE NO VISITANDO BADALING. YO ESTUVE UNA VEZ ALLÍ Y EN MI 2º VIAJE A CHINA PREFERÍ QUEDARME ESE DÍA EN BEIJING Y NO VOLVER A LA MURALLA (BADALING DE NUEVO…!!!)
ENHORABUENA POR TU BLOG, QUE TENGO ENTRE MIS FAVORITOS. SALUDOS CORDIALES DESDE SEVILLA.
Me temía que sería algo así, Alfonso, por eso lo evité! He visto unas fotos de Badaling que tiran un poco para atrás… Aunque como digo en el comentario anterior: fotografiar turistas también puede tener su «encanto» :P
Me alegro mucho de que te guste el blog, espero «leerte» más por aquí :D
Un saludo!
Ostras pues al final parece que mereció la pena ¿no? Siempre he querido ver la Gran Muralla desde niño, no sé porqué pero es así… seguro que cae tarde o temprano.
¿Tienes dudas de que algún día caiga, con tu historial? jajaja Seguro que mucho más pronto que tarde!! ;) Un abrazo!
españoles tenian q ser los que escribieron en la muralla! te has fijado q los nombres son españoles? madre mia….verguenza…
las fotos super chulas, pero me imagino q nada q ver con la realidad! q envidia das!!!
un besote!
Sí, hija sí… me di cuenta de que eran españoles al mirar con calma las fotos, una vez en «casa». Menos mal que no me percaté ahí, porque me hubiese cabreado… :(
Un beso enorme!!
Me ha encantado el post, nunca he estado y se me hace la boca agua de verlo. Algún día…
Algún día Valentina, seguro!! :D
Pues si que fue un acierto huir de los tramos masificados e ir a la «aventura», así da gusto visitar una maravilla del mundo y no como en mi primera visita al Taj Mahal por ejemplo xDDD
Algún día estaré yo por allí haciendo el cabra :D
Buen ritmo de publicación llevas y entradas cortas para lo que suele ser habitual, venga leo un poco más jaja
Todavía no he llegado a tu entrada del Taj! Sí, he optado por las entradas más cortas pero más seguidas, para que no se haga tan pesada la lectura, ¿mejor? :)
Bueno a mi me encanta leerlas y me entretengo mucho, por el tamaño no te preocupes, que tu motivación sea la que dicte cada entrada :D
Carmen, justo hicimos el mismo recorrido pero nosotros por suerte teniamos las indicaciones de otro viajero que pudo hacerlo todo en bus, una vez llegas a Huairou debes coger el bus 936 que está en una parada un poco escondida a escasos metros.
Hicimos un vídeo de todo el trayecto, se puede ver aquí: http://buscandohistorias.com/china/stewart-y-la-gran-muralla-china/
Las indicaciones al detalle las ha escrito Ana aquí junto la foto con las indicaciones que nos dio el otro viajero, los signos van muy bien para enseñar a la gente local: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=445045385557870&set=a.439952636067145.108736.410072349055174&type=1
Sobre que parte de la muralla es, yo no lo tengo claro, he leido de todo.
Abrazo!!
¡Hola Joan!
¡Muchas gracias por la información! Será súper útil para futuros viajeros o, quién sabe, para mi si decido volver por ahí ;)
Un fuerte abrazo y seguid disfrutando de vuestro viaje, ¡os estoy siguiendo y me encantan vuestras historias!
Hola,
yo fui a la misma sección que Carmen hace unos años, muy en breve volveré a ir. Por el video, si que es la misma sección. Aún así el bus 936 (a 19 yuanes por persona y precio) sólo tiene sentido si vas sólo. 3 personas, de ida y vuelta son 116 yuanes… no me hagas mucho caso, pero estoy bastante convencido que puedes encontrar a alguien que te lleve por menos, se espere el tiempo que le pidas (horas) y te lleve de vuelta a Huairou.
Hola, saludos desde México! Antes que nada nos encantan tus publicaciones realmente te docen lo que necesitas saber cuestiones practicas del viaje. Te quería hacer una pregunta tengo planeado viajar de mochila en octubre de este año y mi preguntas son: que tan difícil es la comunicación si no sabemos ni gota de mandarín y acerca de cual es la mejor opción para desplazarse entre ciudades y en el caso de los trenes como se reservan (funciona igual que en Europa) o es mejor comprar vuelos baratos etc.
Muchas gracias de antemano.
¡Hola Paco!
En china tienes que manejarte en inglés, aunque aún así si vais a zonas más rurales hay gente que no habla nada de nada, ¡incluso en algunas ciudades! De todas formas no te preocupes porque aunque sea con el lenguaje de los signos, os haréis entender ;)
En cuanto a cómo moveros en el país, la opción más cómoda para los trayectos largos es el tren o el autobús nocturno. Incluso me atrevería a decir que a mí me gusta más el autobús. En cierta forma (o quizá solo tuve suerte con los que me tocaron) los vi más limpios. Para reservar, yo lo hacía directamente en la estación; siempre hay alguien en las taquillas que habla inglés y te puede aconsejar o darte alternativas en caso de que no queden plazas en un tren o bus concreto!
Un abrazo!
Yo hice una cosa rara rara rara. Dudábamos con qué tramo de la muralla ver. Estábamos entre Badaling y Mutianyu. Sabíamos que Badaling era un tramo muy reconstruido y bastante amplio.
Después de darle vueltas, decidimos madrugar muchísimo un día, a las 4 de la mañana. Para ir bien temprano. Cuando salimos del hotel, vimos que llovía. Dudando, nos dijimos, esta es la nuestra, como los chinos son unos vaquetes, seguro que deciden NO ir a Badaling en un día tan malo…
Bueno, bueno, de aquellas maneras… Llegamos a Badaling, y yo le planteé a mi novio: «si mi carnet de estudiante de cuando reinó Carolo cuela, entramos y mañana nos vamos a Mutianyu si nos quedamos mal porque hoy llueve».
Y coló, coló. Pagamos por estudiante…
Al principio, pues mal. Llovía a ratos, pero se obró el milagro: HABIA POCOS CHINOS.
Todos los chinos se concentraban en el punto más alto, más allá de ahí ya no había apenas así que tengo unas fotos de la muralla que ni me creo yo.
Como curiosidad, en mitad del trayecto y en medio de los chinos vi al actor Ashton Kutcher, ex de Demi Moore, con Mila Kunis. Boba de mí le pedí una foto pero no quiso. Curiosamente pasaba desapercibido entre los chinos, yo creo que ellos no sabían ni quién era…
Y hasta aquí la chorrianécdota de China!