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Escapada rural y gastronómica de Torrelavega a Bárcena Mayor

Cuando era pequeña no me gustaba nada la montaña. Ni la montaña ni nada que oliese a rural o “de viejos”, como los tradicionales bares Chema y Cabrero, situados uno al lado del otro en la calle Julián Ceballos de Torrelavega.

Para ser totalmente sincera, este tipo de ambientes no solo no me gustaban sino que sentía verdadera aversión hacia ellos. Cada vez que íbamos a alguno de estos sitios me entraban ganas de llorar, lo cual era una faena ya que “tocaba” muy a menudo: los blanquitos del sábado a mediodía y la excursión del domingo con los abuelos eran religión en mi casa. Malditos domingos: tenían todo para ser un día aborrecible.

Te das cuenta de que te haces mayor el día que te empiezan a gustar las mismas cosas que a tus padres. Cuando ayer me vi en la tesitura de pensar un plan genial para impresionar a mi novio con lo mejor de mi tierra, Cantabria, lo primero que se me vino a la cabeza fueron unos tradicionales blancos de solera y un cocido montañés rematado con un paseo por el monte. Lo que es la vida: he tenido que dar veinte vueltas alrededor del mundo para aprender a valorar lo que, desde el principio, tenía justo al lado de casa. Que ahora también yo haya aprendido a apreciar el buen vino posiblemente haya influido bastante.

Bar Cabrero Torrelavega

El lugar elegido para los blancos fue, cómo no, el bar Chema de Torrelavega; un local que, me atrevería a decir, se conserva exactamente igual que el día de su apertura hace ya casi 70 años; o al menos exactamente igual que hace 27, el tiempo desde el que yo lo conozco.

Lo habitual del Chema, así como del Cabrero, es encontrarlos llenos hasta la bandera, motivo por el que los metros de acera que quedan justo delante de sus puertas, haga frío o calor, están siempre abarrotados de gente tomando sus blanquitos de solera acompañados de las no menos tradicionales banderillas, las cuales empezaron siendo de aceituna con guindilla, pimiento y anchoa, y ahora abarcan una amplia variedad que va desde las de pulpo o boquerón a las de gambas con huevo de codorniz.

Ayer, curiosamente, ambos bares estaban prácticamente vacíos; algo raro dadas las fechas, aunque supongo que el hecho de que se tratase del día después de Navidad tuviese parte de culpa. En cualquier caso, esta insólita circunstancia nos ofreció una oportunidad de oro para apreciar su decoración impregnada de sabor añejo: fotografías en el caso del Cabrero y pinturas de motivos tradicionales, en el del Chema. Si algún día os dejáis caer por la capital del Besaya, haced caso al consejo de esta guía local: el Chema y el Cabrero son dos paradas imprescindibles.

Bar Cabrero Torrelavega, vino de Solana

Bar Cabrero Torrelavega

A continuación cogimos el coche y en menos de 50 minutos nos plantamos en Bárcena Mayor, el único pueblo habitado que podemos encontrar dentro de los límites del Parque Natural del Saja-Besaya. Aunque, bueno, en este caso de lo “habitado” es un decir, porque si bien según el último estudio del INE cuenta con 85 habitantes, parece estar completamente vacío; especialmente en estos días de diciembre.

La llegada al pueblo es ya de por sí muy especial. Habiéndose prohibido el tránsito de coches dentro del casco urbano para los turistas (para lo cual cuenta con un parking situado a pocos metros de su entrada), el acceso se hace a través de un bonito camino que, antes de darnos cuenta, nos deja en lo que podría ser considerado su calle principal. A partir de ahí, Internet y cualquier atisbo de modernidad desaparece, y solo queda deleitarse y disfrutar de un viaje en el tiempo que nos traslada hasta la época de nuestros abuelos; los míos, en este caso.

Camino de acceso a Barcena Mayor

Barcena Mayor casas

Barcena Mayor tractor

Bárcena Mayor es el pueblo más antiguo de Cantabria y, según algunos, también de España. Yo aún diría más: se trata, a mi parecer, de uno de los pueblos más bonitos de nuestro país. Declarado conjunto histórico-artístico en el año 1979, da la impresión de haber sido construido a propósito como museo etnográfico al aire libre, en el que las casonas montañesas, hornos de pan, establos y fuentes nos dan una lección magistral del modo de vida en esta zona de la Cantabria más profunda dedicada desde tiempos inmemoriales a la ganadería y el pastoreo.

Ayer, además, tuvimos la gran suerte de gozar de un clima nada usual teniendo en cuenta la época en que estamos. Bárcena Mayor brillaba con luz propia bajo el sol de diciembre, y como además el número de turistas se podía contar con los dedos de una mano, fue todo para nosotros.

Casona montañesa Barcena Mayor

Fuente Barcena Mayor

Exterior Posada La Franca

Tras pasear un rato tomamos un segundo blanquito en la posada La Franca, donde volví a reconciliarme con mi pasado al comprar unos pistachos de una de esas máquinas tan características en este tipo de locales. Os parecerá una tontería, pero esas máquinas eran mi máxima alegría cuando hace años mis padres me “obligaban” a acompañarlos a sus excursiones rurales por la zona. Me di cuenta también de que había crecido al sorprenderme a mi misma preocupándome por el valor calórico de estos frutos secos que seguidamente iba a rematar con un buen plato de alubias; cuando tenía seis años este tipo de pensamientos ni se me pasaban por la cabeza: comía dos latas yo sola y tan feliz.

Posada La Franca

Detalles decorativos de la posada La Franca

Maquina de frutos secos

Sidra de Cantabria

Unas sidrucas después (y atentos al matiz de no llamarlas “sidrinas” porque en este caso no son asturianas), llegó el momento del esperado cocido, para el cual nos decidimos por el restaurante La Solana debido a la simpatía y amabilidad de sus camareros. La sorpresa llegó cuando nos encontramos una terraza llena de turistas de todo España y también de fuera, todos saboreando el mismo plato. Por cierto, hagamos esta entrada algo más interactiva: ¿alguno sabría decirme en qué se diferencia el cocido montañés de la fabada asturiana? ;)

Dado que desde mi nueva condición de vegetariana el cocido queda fuera de mis límites alimenticios, yo opté por unas alubias rojas igualmente buenas y abundantes. Abundantes porque una característica que los montañeses cántabros compartimos con nuestros vecinos vascos y asturianos es el no servir platos de ración sino una cacerola por comensal, haciendo de terminarlas un reto casi imposible. Se come bien en el norte de España.

Cocido montanes Cantabria

Chochitos y Orgasmos de Cantabria

Con los estómagos llenos (lo que tratándose de un plato tan hipercalórico en teoría debería habernos dado fuerzas) nos vimos incapaces de caminar un paso enfrentándonos al frío, que ya empezaba a hacerse notar, para disfrutar de los paisajes que ofrecen las numerosas rutas que rodean la zona.

El paseo quedó, pues, para la próxima ocasión. Lo importante es que nos fuimos felices y satisfechos; especialmente yo que, sin haberlo previsto, he sentido que rendía un merecido homenaje a mis abuelos, quienes tanto amor sentían por esta tierra de la que yo espero ser, al menos, la mitad de buena embajadora que ellos.

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18 comentarios en Escapada rural y gastronómica de Torrelavega a Bárcena Mayor

  1. TxemaCG 27 diciembre, 2012 at 16:37 #

    Lo de los pueblos del norte es una pasada, bueno, los pueblos de montaña en general. Y respondiendo a la pregunta: lleva berza. Así que fabada no, pero pote asturiano sí. :-P

    • Ku 29 diciembre, 2012 at 1:26 #

      Hum! Muy bueno lo del pote; admito que en el momento de escribir no he pensado en él. Pero aún así, también entre estos dos creo que hay sutiles diferencias. Por ejemplo (como dice Riky) en el tipo de alubia, de morcilla, etc.

      … aunque en esencia sean la misma cosa :P

  2. Lonifasiko 27 diciembre, 2012 at 21:55 #

    Eso es, ¡qué bien se come en el Norte! Aunque lo de que dejen la cacerola, puchero o ‘perolo’ en la mesa, para que te sirvas, cada vez se ve menos, sólo en sitios muy rurales; esos sitios, que al igual que Bárcena Mayor y todo el Valle de Cabuérniga y Reserva de Saja, me gustan tanto. Carmen, tus abuelos eran muy inteligentes al hacer aquellas excursiones, pero que muy-muy, y es bueno que ahora lo valoremos desde otra óptica, nos vamos haciendo mayores. SaludoX!

    • Ku 29 diciembre, 2012 at 1:32 #

      ¡Nos vamos haciendo mayores y más sabios, Miguel!

      Por tu tierra tampoco se come nada mal, ¿verdad? En relación al tema iniciado sobre la fabada y el cocido, siempre me río mucho con un caso similar que compartimos en este caso los vascos y los cántabros, como es el del sorropotún-marmitako, jaja!

      Mmmm… ¡me están entrando ganas de darme una vuelta por ahí! Quizá como próxima excursión :D

      Un abrazo!

  3. Pau 28 diciembre, 2012 at 10:50 #

    Y pensar que nunca he estado por tu tierra :(

    • Ku 29 diciembre, 2012 at 1:33 #

      Pues eso hay que solucionarlo ya, ¿eh, Pau? Es una zona estupenda para hacer una escapada en familia :D

  4. Isabel (Diario de a bordo) 28 diciembre, 2012 at 11:15 #

    ¡Qué bonito Bárcena Mayor! No lo conocia y es precioso… aunque si soy sincera no he visitado nada más allá de Navarra! :/ ¡Qué mal!

    En fin, ya tengo un buen proposito para el 2013… :P

    ¡Qué tengas un gran año viajero!

    • Ku 29 diciembre, 2012 at 1:37 #

      Te digo lo mismo que a Pau, Isabel! Aunque he de admitir que no me sorprende, ya que para mí Cantabria sigue siendo la gran desconocida del norte de España :( ¡Con la de lugares preciosos que tenemos por mostrar!

      ¡¡Un abrazo muy fuerte y que tengas una genial entrada en el nuevo año!!

  5. Riky 28 diciembre, 2012 at 22:44 #

    KU!.. pero que es eso de volverte vegetariana, madre mía.. vas a renunciar a los placeres de la carne? ja,ja,ja. Los blancucos los Domingos, que recuerdos buenos. Ya quedan pocos sitios donde cuiden los buenos blancos, (de la Nava) aquellas viejas soleras se van perdiendo, pero bueno, algo queda por ahí..Creo que la gran diferencia entre el cocido Montañes y la fabada Asturiana ( a parte de la berza ) es la legumbre. En Asturias utilizan la Faba,un tipo de alubia mas grande que la nuestra..Los dos potajes están Buenísimos!!
    Un Besazo! y Feliz Año!

    • Ku 29 diciembre, 2012 at 1:41 #

      Ya ves, Riky: tarde o temprano, tanto India tenía que afectarme en algún sentido. Por suerte yo creo que para bien :D Pero si bien ya he renunciado oficial y radicalmente a la carne, los huevos y los lácteos, admito que todavía algo de pescado como de vez en cuando. Estoy en periodo de transición ;)

      Y sí, como ya he dicho algo más arriba, la diferencia además de la berza, en mi opinión es el tipo de legumbre y compango ;)

      ¡Mañana vuelvo al Chema a tomarme unos vinos a tu salud!

      ¡Un abrazo!

      • Riky 29 diciembre, 2012 at 10:04 #

        Antes de llegarte a Torre, haz una parada en Cortiguera,en el Bar-tienda de Pixuto,veras que Blanco, y si lo acompañas con unas anchoitas de la casa, ni te cuento..jejeje

  6. Fran Soler 28 diciembre, 2012 at 23:01 #

    Aluciné con Bárcena Mayor. Para mi uno de los pueblos más bonitos de España que he visto!! Felices fiestas y te deseo un gran año 2013!!! Un abrazo

    • Ku 29 diciembre, 2012 at 1:43 #

      Ya había leído yo por ahí algo de que te había gustado :D Lo cierto es que en Cantabria tenemos muchos lugares y otros tesoros muy bonitos, pero muy mal «promocionados», por así decirlo. Voy a ver si me pongo yo firme con este tema y le doy más caña: algo así como la «Malagamanía» de tu blog! ;)

      ¡Un fuerte abrazo, Fran, y Felices Fiestas!

  7. Mami 29 diciembre, 2012 at 17:58 #

    En este caso, los recuerdos son inversamente proporcionales. ¡¡ Si yo pudiera volver a tomar blancos con las niñas ( con la bufanda bien enroscada )!! …… Ahora los tomo, si , aunque de vez en cuando, con las ya no niñas y los novios enroscados.

    • Carmen 3 enero, 2013 at 15:00 #

      Podemos seguir tomando blancos con las niñas-no-tan-niñas! Ahora incluso mejor que antes, que yo lo disfruto mucho más :D

  8. palmiguel 1 enero, 2013 at 23:43 #

    ¡Esa montañesuca!

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  1. Casa rural a cambio de trueque, cocido montañés y enoturismo en los Favoritos de EscapadaRural - 23 agosto, 2013

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