Conservaba Udaipur en mi memoria como una de las ciudades que más me habían gustado en mi primer viaje a India. Por eso, cuando estando en Bikaner mi plan de ruta cambió (otro día hablaré de esto), decidí que a Udaipur tenía que volver sí o sí, aunque solo fuera para contemplar una vez más la puesta de sol sobre el lago Pichola.
Udaipur me ha recibido exactamente como la recordaba. Sus blancas terrazas siguen reflejando los rayos del sol; aunque en menor medida, Octopussy se emite en muchos restaurantes a las siete en punto de la tarde; la imagen del Palacio iluminado de noche aun supera con creces la visita de sus interiores; y, como hace tres años, mi momento preferido sigue siendo el atardecer, cuando las mujeres acuden a los ghat para lavar la ropa, al tiempo que los niños se enjabonan y aclaran entre saltos y volteretas, convirtiendo una actividad tan rutinaria como asearse en todo un juego.
En los días pasados en Udaipur he podido revivir todos estos recuerdos, y también crear alguno nuevo, como por ejemplo la visita al templo jainista de Ranakpur; una de las dos excursiones clásicas desde Udaipur junto con el fuerte de Chittorgarh, del que ya hablé en la anterior ocasión.
Pero, al mismo tiempo, Udaipur también me ha mostrado una cara diferente. La tranquila ciudad que yo recordaba estaba vestida de gala con motivo del Navratri, que ya llegaba a su fin y se despedía por todo lo alto. Durante los últimos días del festival los ghat han sido invadidos por decenas de estatuas de Durga, mientras cada dos por tres las calles eran cortadas por el paso de un tractor portando otra estatua y seguido de una muchedumbre bailando al son de una música que amenazaba con dejarnos sordos a todos.
Hace un par de días comentaba en Facebook que no hay lugar que día tras día me sorprenda tanto como India. Este país es una locura, para lo bueno y para lo malo, y si hay algo en lo que los indios sean insuperables es en las celebraciones, sean del tipo que sean.
Además, parece que siempre hay motivo para celebrar algo. El jueves pasado, por ejemplo, con el Navratri ya terminado, ingenua de mí yo creí que esa noche por fin dormiría tranquila. Pues no: el jueves es el día de Hanuman (el dios mono) y desde las ocho hasta las doce de la noche, en una capilla situada debajo mismo de mi almohada, un grupo de hombres y niños se dedicaron a repetir a saber qué mantras marcando el ritmo con unos tambores. Una de esas (recurrentes) situaciones en las que piensas: “¡¡¡Les quiero matar!!!”, para después echarte a reír histéricamente porque sabes que no hay solución posible.
Estoy empezando a divagar, así que voy a centrarme en el tema. Quería mostrar Udaipur vestida de fiesta, pero para reflejar todo lo visto y vivido estos días creo que las palabras se quedan cortas. Como dicen que una imagen vale por mil, en esta ocasión voy a hacer un post “mudo”.
Tan solo haced clic en una de las imágenes para agrandarla e idlas pasando una por una. A esa explosión de color, a esos bebés observando con sus enormes ojos toda la locura que se desarrolla a su alrededor, a esos otros bebés que a pesar de la locura duermen profundamente en brazos de sus madres, a esos hombres poseídos por el Dios, a las fiestas paralelas de los hijra (el tercer sexo) divirtiendo a los ciudadanos con sus bailes y bromas, añadid, haciendo uso de la imaginación, una música ensordecedora, gritos, risas… desde la mañana hasta la noche, y tal vez así podáis haceros una idea de lo que ha sido el final del Navratri en Udaipur. No se me ocurre un modo mejor de transmitirlo.
Esto es India. Y me encanta.
¡Qué maravilla Carmen!
Mis recuerdos de Udaipur, por los escatológicos motivos que comenté en la anterior entrada, son distintos a los tuyos, o al menos no tan coloridos… Con la de festivales que he visto preparar con meses de antelación en varias ciudades de India, ver tu blog es como completar mi viaje. ¡Y siempre es una delicia leerte!
Te mando un mail en breve, y es que, ¿recuerdas tus noches sin dormir los días de antes de partir? Pues resulta que… (Hasta aquí puedo leer). :)
¡A seguir así! ¡Mucha energía!
No me puedo creer que en todo tu viaje no coincidieses con más de un festival… ¿en qué época viajaste? ¡Yo llevo una racha intensiva!
Por cierto, sigo esperando un mail… Otro :P
Pues mira que estuve tiempo, pero nada de nada… Estuve en verano, eso sí, preparaciones de festivales me comí miles, pero ninguno me tocaba luego donde eran…
¡A seguir así!
Wow!! Desde luego lo has descrito perfectamente, vaya colorido que transmiten especialmente las últimas fotos, es impresionante!
¡Muchas gracias, Raistlin!
Que experiencia para todos los sentidos tiene que ser vivir en primera persona una fiesta como esa, y las fotos son una pasada!
Tú lo has dicho: las fotos no reflejan la mitad ni la mitad de lo que es vivirlo en persona :D
¡Un abrazo!
Sin duda una cultura muy diferente a la europea, pero cuando se trata de fiestas nos hacemos más semejantes. Muy buena fotografía, la de cierre genial. Saludos.
Bonito pensamiento, Antonio, el de que las celebraciones igualan a las personas :) ¡Un abrazo!
cada dia te superas mas con las fotos carmen! q espectáculo! estando alli te tienes q olvidar de todos los «problemas» q nos hacemos seguro para dar paso a lo sencilla q puede ser la felicidad, todos juntos, colores, musica, y sin estar paseando modelitos, ipads, iphones o mechas californianas…q envidia me das!
El pueblo indio es experto en sacar todo el partido a las alegrías de una vida sencilla :D Que, por otra parte, para lo malo siempre hay tiempo…
¡Un abrazo, Cris!
Hermosas fotos….!! Muy muuuuuuy lindas, de semejante lugar! :)
¡Gracias, Daniel!
Siempre metida en todos los saraos..jajaja Bonitas fotos. Menuda marcha tienen estas gentes……Pues nada, a seguir disfrutando….
En India es muy fácil estar metida en todos los saraos… ¡porque siempre hay uno!
¡Preciosas fotos! Me han emocionado.
Mantengo también un recuerdo especial de Udaipur y el ver estas bonitas fotos me ha traído muchos recuerdos. En sólo unos días estaré allí también y espero poder visitar Ranakpur también.
Un besote!
¡Gracias, Belén, y mucha suerte en tu próximo viaje a India!
Muy buenas fotos, me gustaron mucho! Sobre todo por el color que es increíble.
Los colores de India no son comparables a los de ningún otro lugar… :D
Cada vez que digas que no eres buena fotógrafa-> invitas a sushi (o a comida peruana o…) :-) Que fotos tan magníficas.
Jajaja! Vale… no digo nada. Pero el mérito no es tanto mío como del país, que conste :D
Qué gozada, esos colores no se encuentran en ningún lugar del mundo :D
¡Nada más que añadir! :D
Tengo que ir!!!
Por supuesto que tienes que ir, Gonzalo… ¡ya estás tardando! Por cierto, ¿no era tu hermana quien también quería viajar a India? ¿Al final fue?
IMPRESIONANTE!
Muy poco más puedo añadir. Curiosamente tengo una imagen muy diferente a India, supongo que por todo lo que me ocurrió allí, pero al mismo tiempo una ganas locas de volver YA!
Enhorabuena por el viaje de reencuentros que estás haciendo Carmen, es maravilloso ver y sentir los lugares que años atrás te hicieron vibrar. Ver como pocas cosas han cambiado y que sin embargo, los ojos de la experiencia te lo hacen vivir todo de un modo tan diferente…
Un fuerte abrazo ;)
Lo que te ocurrió a ti es algo que le pasa al 50% de la gente… ¡Seguro que cuando vuelvas (que lo harás ;) ) lo ves todo de forma diferente!
Este viaje está siendo muy especial, Blai; jamás podré explicar hasta qué punto :D
Un abrazo enorme!
Tal vez porque tienen tan pocas cosas para celebrar, cuando llega la hora de una fiesta su cuerpo lo ceden a la música y al baile, y su mente puede dejar de lado otras preocupaciones para concentrarse sólo en ritmo y sonidos.
Estallido de color, si, eso es India en fiestas. Y estallido de decibelios :)
¿Tan pocas cosas para celebrar? En esto no estoy de acuerdo (sin acritud, no es por llevarte la contraria ;) )… En cualquier caso, queda claro que los indios son ÚNICOS celebrando cosas.
Que preciosidad,que colores! Me muero de ganas de conocerlo! Y será un gran honor que algún día seas tu la que me lo muestre! Pero no solo a mi…(tenemos que ir los 4) Te echamos mucho de menos, nos alivia saber que estas tan bien! Un beso muy fuerte!
Y para mi será un gran honor que vengáis conmigo, ¡os lo digo siempre! Pero ya sabéis que antes tenemos otro viaje pendiente ;)
Muy bien KU, alegría colectiva. TITI también está en la India.
Jajajaja, sin comentarios :P
Poco queda por decir , pues nos ha encantado a todos y me sumo a lo dicho por cada uno. …….. ( aunque si no digo algo , reviento ) ¡¡¡ Que fotos !!!
Es que éste país es muy fotogénico… ¡Si yo fuese una verdadera fotógrafa las imágenes saldrían de la pantalla!
La verdad que es un lugar espectacular, yo estuve con el Happy holi y flipé en colores nunca mejor dicho :) . Sigue disfrutando. Por cierto, muy buenas las fotos :)
Jajaja, el Happy Holi hace flipar en colores en cualquier lugar :P