Sabía a dónde iba, y lo había visto muchas veces en fotografías. Aún así, cuando el autobús comenzó a serpentear por el accidentado interior de la provincia de Fujian y los primeros tulou hicieron aparición, no pude evitar estremecerme.
Quizá sea porque siempre he tenido miedo de las tortugas (más que miedo, algo así como «repelús»), y los tulou parecen gigantescas tortugas escondidas en su caparazón: grandes construcciones de tierra, con forma circular o cuadrada, en muchos casos sin ventanas al exterior, y con sólo una gran puerta de acceso para garantizar su protección.
El origen de los tulou se remonta al siglo XII, cuando la zona fue habitada por diferentes pueblos, entre ellos los Hakka, que llegaron del centro y norte del país huyendo de guerras, hambrunas y la discriminación.
Para vivir construyeron los tulou: enormes edificios con función defensiva que hacían las veces de “pueblo”, alojando a clanes enteros y llegando en algunos casos a estar ocupados por más de 700 personas. En caso de ataque, la puerta se cerraba y las provisiones y pozos de agua que la edificación albergaba en su interior aseguraba a sus habitantes una resistencia de semanas e incluso meses.
A día de hoy los tulou de Fujian se cuentan por miles, aunque sólo 46 han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.
El autobús me dejó en el pueblito de Hukeng. Nada más bajar, un hombre me abordó preguntando “¿tulou, tulou?” y sin esperar mi respuesta echó a andar hacia el edificio que teníamos enfrente.
No miento si digo que éste ha sido el lugar más alucinante en el que he dormido en toda mi vida. Y eso que, para no “mojarme”, lo he pensado mucho, pero no: jamás he dormido en un lugar que se le pueda comparar.
El tulou Huanxing, cuyo nombre significa “Abrazando la prosperidad”, data de 1550 y es el único tulou de Hukeng que no está oficialmente abierto a las visitas; es decir: de entrada libre y gratuita.
Habitado por los los 200 miembros del clan/familia Li, una de sus secciones se muestra completamente semiderrumbada; según me contaron, por los daños causados por varios terremotos y la rebelión de Taiping de mediados del siglo XIX que, encabezada por una escisión neocristiana de los Hakka, estuvo a punto de derrotar a los Qing.
Subimos hasta el tercer piso y negociamos el precio de mi habitación. El hombre comenzó pidiéndome 50 yuanes, al tiempo que me explicaba que no había baño en el edificio. Para lavarme los dientes o hacer mis necesidades tendría que bajar los tres pisos, salir del tulou e ir al hotel que se encontraba al otro lado de la calle.
Eso, o probar suerte en el nauseabundo cubo situado frente a la puerta de la habitación, en el que con gestos bastante explícitos (para un hombre), mi amable anfitrión me indicó que también podía hacer pis. No tuve que insistir demasiado para conseguir una rebaja de 20 yuanes.
Mi primer error fue seguir los consejos que me dieron en el pueblo y visitar el complejo de Hukeng: un precioso conjunto de varios tulou rodeados por jardines y flores, perfectamente restaurados, y cuya entrada tiene un coste de 70 yuanes. A pesar de que algunos están habitados, me sentí dentro de un parque temático, rodeada de turistas chinos con paraguas y viseras naranjas, y acosada por las decenas de vendedores que acechaban tras cada árbol. Una perfecta pérdida de dinero si lo que uno busca es vivir una experiencia auténtica.
Al día siguiente decidí montármelo por mi cuenta. Por 80 yuanes apalabré un recorrido de cuatro horas en moto con un hombre del pueblo, y me aseguré de me llevase únicamente a los tulou menos “bonitos”; en otras palabras: aquellos en los que no cobrasen por entrar.
Fue la mejor decisión. En el camino no me crucé con ningún otro turista, y en ningún momento nadie se me acercó para venderme nada. En cierto sentido me sentía como una intrusa, entrando en los hogares de esas personas que me miraban curiosas, a pesar de que (desengañémonos) no habré sido la única visita que han recibido esos días.
Sean redondos o cuadrados, la estructura básica de un tolou es de tres o cuatro pisos abiertos a un gran patio interior, generalmente ocupado por otras construcciones que, en el caso de los tulou redondos, suelen tener también forma circular, dando lugar así a varios anillos concéntricos que vistos desde arriba forman una imagen realmente espectacular.
En la planta baja se encuentran las cocinas, los comedores y salas comunes, establos para los animales y el templo del clan; en la primera planta, los almacenes; y en las últimas los dormitorios.
Todo esto depende, naturalmente, del tamaño del tulou. Al parecer los más grandes llegaron a tener incluso su propia escuela, pero en la actualidad ya no se usan. Y es que, por otra parte, no puede obviarse el hecho de que cada vez hay menos gente joven viviendo en los tulou.
Las nuevas generaciones prefieren la privacidad a la vida en comunidad, salen al pueblo o a la ciudad en busca de empleo y llevan a sus niños al colegio; de modo que, por lo general, las personas que uno puede encontrarse dentro de los tulou son de edad avanzada, reliquias humanas casi tan antiguas como los hogares que habitan.
La mañana del tercer día me limité a permanecer en el patio de mi tolou, observando los quehaceres de las mujeres, tomando el té con los hombres, y esquivando gallinas. Por la tarde aproveché de nuevo la entrada al complejo de Hukeng (más que nada por amortizar su coste), y cené una deliciosa sopa de noodles en un restaurante popular.
Me atraganté. Durante unos eternos quince segundos uno de los noodles quedó pegado a la pared de mi garganta, negándose a pasar hacia adelante o hacia atrás. No podéis imaginar qué angustia. No tenía miedo a morir, pero me aterraba pasar a la historia como “la del fideo”.
Si de este viaje sales sana y salva con la comida… no tendrás que preocuparte más por ello en toda tu vida jejejeje… Siempre te pasa algo!!
Había leido hacia tiempo de estos edificios en una de las revistas de National Geographic y me resultó muy interesante. La verdad que por lo que escribes merece muy y mucho visitarlos y permanecer allí algún día… Al final vas a tener que revisar tu visado chino para ampliarlo…
Un saludo!!
No ha habido ampliación, Víctor. Sin duda, China tiene zonas muy interesantes, como esta de los tulou sin ir más lejos, pero la próxima vez que venga me aseguraré de planear un itinerario para centrarme en este tipo de lugares, y no lo que he hecho en esta ocasión: un «popurrí» para tener una visión general de «todo» (y «todo» en China es MUCHO «todo») que al final se ha llevado mi dinero y entre medio, me ha dejado más de una decepción… ¡Ya contaré!
Hola Carmen!
Vaya susto con el fideo no? y que cosas se te pasan por la mente en esos momentos de angustia!
Y que decir de los Tulou, me han parecido increíbles! Nunca había escuchado sobre ellos o visto alguna imagen. Pero sin duda no me los voy a perder el día que vaya a China :)
Y hacía tiempo que no te comentaba pero ya me he puesto al día con tu blog. El último mes yo también me he dedicado a viajar un poco y he estado en el norte de Italia y en la costa este de EEUU (por fin vi Nueva York!) :)
A seguir disfrutando del viaje y a olvidar esos malos ratos con las italianas y los que he leído en facebook que has pasado.
Un abrazo
¡Hola Saray!
Oye, el norte de Italia y la costa este de Nueva York es mucho viaje para un mes, ¿eh? ¡qué bien te lo montas! :D
¿En qué ciudades de Italia hasta estado? ¿No habrá caído Turín por casualidad, verdad?
Estados Unidos es una de mis asignaturas pendientes, pero lo cierto es que de momento no me llama demasiado… Nueva York y San Francisco son las excepciones, ¡me encantaría conocerlas! ¿Qué te ha parecido NY?
¡Un abrazo!
Es verdad! que estuviste en Turin de Erasmus! pero no pase por allí…no me pillaba de camino. En la próxima visita a Italia quizás :) Estuve en Milan, Sirmione (¿has estado? porque me encantó, un pequeño paraíso aunque lleno de turistas), Verona y Venecia.
Pues te recomiendo EEUU, sobretodo NY que es increíble! Vivo en una ciudad de 240000 habitantes y siempre he pensado que una ciudad de millones de habitantes se me quedaría demasiado grande (y agobiante) para vivir pero en NY sentí que si podría vivir. Sus habitantes te ayudan sin pedirlo, multicultural, todo a lo grande…tienes que vivirlo ;) Yo estoy segura de que volveré!
Me quedo esperando tus últimos días en China y tus primeros en Laos :)
¡Un beso!
¡Pues te perdiste lo mejor! (Es broma… ;) )
De todas esas ciudades la única que no conozco es Sirmione, ¡ni lo había oído nombrar! ¿Está cerca de Milano? Me lo tendré que apuntar para la próxima :D
No eres la primera a la que escucho decir algo parecido: «No me gustan las ciudades grandes, pero Nueva York…» jajajaja. Algo tendrá. ¡A ver cuándo tengo ocasión de conocerlo!
¡Un abrazo!
A mi Sirmione porque me lo dijo un conocido que si no ni oírla tampoco. Pues esta a una hora y media en tren de Milan más o menos. Luego hay que coger un bus o un barco (20 minutos). Apunta, apunta :)
NY algo tiene seguro! Descubrelo en cuanto puedas ;)
¡Un beso!
Qué bien te lo estás pasando en el culo del mundo compañera, y que envidia nos estás dando ;)
¡Y no sabes lo que me está costando dárosla! :P La censura china me ha traído de cabeza… ¡pero ya estoy de vuelta!
Impresionante sitio!!!!
Y que le den a los censores chinos!!!!
Jajajaja, ¡gracias por el apoyo! :D
¡¡Congratulations por la crónica y qué viva la libertad de expresión!!!
¡Muchas gracias! Costó lo suyo hacérosla llegar, pero ha merecido la pena :D
ya decia yo q no se podia comentar!!! jo wowww menuda aventurilla, me pones al dia d mil cosas q yo no sabia ni q existian, vi lo d las ratas de comida…madre d dios, no se yo cuanto aguantaria en un sitio asi…
cuanto te admiro! tienes un par d narices, y siempre te sabes buscar la vida x tu cuenta sin seguir a los grupos!
Ayyy… lo de las ratas fue terrible, ¡no te quiero contar cómo olían! Lo peor fue seguir comiendo carne en ese pueblo, con la sospecha siempre detrás!
¡Un abrazo!
Vaya aventura!
Ni idea de su existencia, no sabes como disfruto tus relatos, parece que viajo por ahi, eres muy valiente, no sé si yo me podría parar por ahí sola, felicidades por ello.
Me ha dado mucha gracia lo de «la del fideo» yo estaría aterrada!
Gracias por compartir!
¡Hola Alesi!
Me alegro mucho de que disfrutes leyendo este blog, ¡gracias!
Anda, que si llego a saber que la anécdota del fideo iba a causar tanta conmoción… Al final voy a ser conocida por eso, precisamente por contarlo! jeje
¡Un abrazo!
Una entrada muy interesante, ¿Como se te ocurrió ir allí? Verdaderamente parece que estuvieras en un parque temático. Siempre aprendemos contigo ( desde un sofá confortable y sin penas de intendencia ) insisto «muy interesante». TQ.
Jaja, pues informándome antes de viajar ;) De todas formas, los tulou son bastante conocidos. Cualquier guía que abras los tiene en primera página… Compresible por otra parte: ¡ son muy vistosos! :D
ku, muy interesante la plaza de Cinchón. El reportaje es precioso, pero !! cuantas veces te habré dicho que no montes en moto con desconocidos !!. UN BESO
Ayyyy… ¡sabia que antes o después me pillarías! :P
A ver, la del fideo!!!!…
Pero Ku! por Dios, con la experiencia que tienes tu comiendo noodles de esos..como puedes atragantarte de esa manera..je,je..
Lo de esos pueblos fortificados con esas construcciones, me parece curiosísimo, algunas se asemejan a nuestras viejas plazas de toros. Es fascínate ver como se las ingenia el hombre a lo largo de la historia, para defenderse de sus enemigos…ya se a aquí, o en la China…
Ku! seguimos aprendiendo contigo.
Un abrazote!
¡Hola Riky!
Has pensado lo mismo que yo cuando los vi por primera vez (después de la primera impresión «tortuga»): son como plazas de toros :D
Los tulou tienen una historia realmente interesante detrás. Lo único que me dio un poquito de pena es que los Hakka parecen una minoría un poco «cerrada», por lo que interactuar con ellos me resultó algo difícil… Si te fijas, apenas tengo retratos entre mis fotos de esos días. Pero bueno, hay que comprender que minoría o no, y vivan del turismo o de lo que sea, son personas que tienen sus vidas y no siempre están de humor para atender al «forastero»… ¡Quizá si me hubiese quedado más días…!
¡Un abrazo!
Miedo a las tortugas?? Yo tengo una, pero es muy maja y no muerde XD
Ya me puedo imaginar los gestos del que te alquiló la habitación jaja
Que bonitas son las construcciones de los tulou, me ha gustado mucho todo el entorno del lugar, muy chulas las fotos!!!
Saludos y bienvenida de nuevo a la libertad informativa lejos de China xDDD
Más que miedo es repelús… Quise editarlo, pero la censura china me lo impidió. ¡A ver si tengo tiempo a echar un ojo a estas entradas ahora que he salido!
jajaja, yo creo que sí tienes algo de razón, «la niña del fideo» pero no cualquier niña, una bien valiente :D
Saludos.
Jajaja, ¡gracias! :D