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Mi alimentación en Rusia: comida de supervivencia

Ah, que esperabais una guía gastronómica completita sobre la cocina rusa y mongola… Pues ya lo siento, porque no es eso lo que vais a encontrar (¡y no por falta de ganas!).

Como viene siendo habitual en esta sección del blog, aquí sólo hablo de la comida de supervivencia; esto es: lo que se lleva a la boca un mochilero arrastrado para no morir de hambre en su intento, en este caso, de llegar de San Petersburgo a Beijing gastando lo menos posible.

Huelga decir que tampoco encontraréis las mejores fotografías. Tened en cuenta que éstas fueron sacadas con mucho hambre, y lo último que me preocupaba en esos momentos era dar con el ángulo mágico que hiciese parecer más apetecible esos manjares… en la mayor parte de los casos, de difícil solución.

Hecha la introducción, desvelemos el misterio: ¿qué ha sido mi combustible durante esos 49 días que he tardado en llegar de San Petersburgo a Beijing?

Un único plato se lleva todos los méritos: noodles instantáneos. Esa es, señores, la base de la dieta de cualquier mochilero que haga este viaje. Cuando estás en el tren, porque son fáciles de transportar y se “cocinan” en un momento; y cuando no lo estás… porque son muy baratos, y eso también cuenta.

Noodles 01

Disculpad las pintas: sólo pretendo demostrar que se puede comer noodles todos los días y sonreir al mismo tiempo (qué mentirosa soy: esta foto es de mi primer día en San Petersburgo!)

Por suerte no están malos. Es más, yo he llegado a cogerles el gustillo, hasta el punto de seguir comprándolos en Mongolia, en incluso ahora en China, algún día que se me ha hecho tarde para ir a cenar o simplemente no me ha apetecido moverme. Y en los viajes en tren, claro.

La variedad que hay es infinita, si bien se notan pocas diferencias entre unos y otros… Noodles con pollo, con ternera, con vegetales… en realidad, entre los cubitos de “carne” que acompañan a los noodles con pollo, y los cubitos de los noodles de ternera… en fin, para mi son exactamente lo mismo. Pero no tienen mal sabor, que es lo que importa.

Noodles 02

Un buen surtido de alimentos para sobrevivir a varias horas de tren

Un envase de estos deliciosos fideos puede costar entre los 9 rublos (20 céntimos de euro, la versión barata sin caja) a los 15 o 20 rublos (34-45 céntimos), si hablamos ya de una buena marca, con un envase en forma de caja que te permite hacerlos ahí mismo, y en ocasiones incluso incluye tenedor. Indispensable comprar estos últimos para los viajes en tren (a menos que queráis cargar con vuestro propio platito, cuchara…).

Modo de empleo: Abrir el envase y el contenido de las tres bolsitas que se encuentra en su interior. Una contiene la pseudoverdura y la pseudocarne; otra, unos polvitos mágicos para darle color al caldo; y la última puede variar: a veces una masa viscosa de aspecto terrible y grasiento, pero que es lo que le da todo el sabor y la consistencia, y otras simplemente aceite. Echarlo todo sin miedo. Y después, el agua hirviendo. Los noodles deberían estar listos en menos de 5 minutos.

Noodles 03

El continente…

Noodles 04

… el contenido …

Noodles 05

… et voilà!

Noodles 06

Más variedades

Noodles 07

La otra versión de la comida instantánea para los viajes (y los no viajes) es el puré de patata. De precio parecido a los noodles (unos 15 rublos), el sistema para hacerlos es exactamente el mismo: con agua hirviendo, más o menos cantidad en función de cómo os guste de espeso. Está bueno, doy fe.

Puré de patata 1

Paso 1…

Puré de patata 2

… y listo!

Pero no sólo de comida instantánea vive el viajero en Rusia… Claro que no, también tenemos el tan socorrido… ¡bocadillo! Comprar un poco de embutido no es caro, si bien no esperéis encontrar la calidad y variedad española… Lo cierto es que el embutido ruso deja bastante que desear, pero hace el servicio. Y de vez en cuando es bueno “morder” algo, por eso de la salud dental.

Los rusos lo comen mucho: siempre les veréis en los trenes con su ¿mortadela?, quesito y pepinos, todo junto, o combinando dos sabores cada vez, como me enseñó a hacerlo aquella señora tan simpática que conocí en mi primer viaje en tren.

Embutido 02

Si yo puedo permitirme esto, tú también puedes

Embutido 01

Y si bien la base de mi alimentación en Rusia podría reducirse a las exquisiteces anteriormente expuestas, ha habido otros manjares que ocasionalmente han pasado por mi plato y no puedo dejar de nombrar:

Pirozhki

Los pirozhki. Los descubrí en Kazan y me salvaron la vida (al menos durante un corto periodo de tiempo). Los pirozhki son unos bollos gordos, esponjosos (por la levadura que lleva su masa) y ligeramente aceitosos, lo que a mi me recordaba mucho al pan chino (…o a lo que en España conocemos como “pan chino”). Su interior puede tener rellenos variados, siendo el de carne picada, patata cocida y cebolla el que más veces encontré. Realmente buenos. Precio: 30 rublos (70 céntimos de euro) la pieza.

Borsch

La famosa sopa de remolacha o borsch. La probé una vez y sinceramente no me hizo demasiado tilín, así que no volví a comerla. Una ración como la que veis en la foto me costó 30 rublos en un restaurante popular.

Kebab

Poco puedo decir del kebab. Únicamente que sepáis que en Rusia también está presente (casi tanto como el MacDonalds) y que con su precio de 35 a 60 rublos según el tamaño, puede salvaros el pellejo en más de una ocasión. Y antes de que preguntéis: sí, MacDonalds también comí, lo confieso.

En casa de Olya, en Ekaterimbugo, tuve la suerte de probar diferentes platos caseros hechos de su propia mano. Claro que nada de alta cocina… A sus 23 años Olya se defiende como puede con las labores del hogar, pero a mi me supo todo a gloria.

Blinis

Los blinis cayeron todos los días. En Rusia se toman mucho como desayuno, aunque Olya y Stas también los cenaban. No dejan de ser unos pancakes normales y corrientes, acompañados de dulce o salado a gusto del consumidor. A mis anfitriones les encantaba tomarlos con crema agria, pero el resultado final era un poco soso.

Olya 1

Eso que no se ve muy bien en la foto (y ni se os ocurra preguntarme el nombre) es un pastel hojaldrado relleno de patata, acompañado de un pimiento relleno de carne picada y al horno para cada comensal.

Olya 2

Y lo mismo a decir de eso que veis ahí arriba: una especie de pastel al horno relleno de patata y cebolla, cubierto de crema y unas rodajas que, si no recuerdo mal, eran de pepino. Como podéis comprobar, Olya cocinaba cosas muy ligeritas. La cocina rusa es “asín”, ¡hay que pasar el invierno!

Perrito

Sólo como curiosidad: Olya me llevó a comer «el mejor hot-dog de Ekaterimburgo». No aceptéis imitaciones: es ESE. (30 rublos con una salchicha, 45 rublos con dos)

Mi anfitrión en Moscú, sin embargo, era todo lo contrario: el chico más deportivo y sano que os podáis echar a la cara. Para desayunar me daba trigo sarraceno: un cereal que la noche anterior dejaba en remojo hasta que se inflaba, y que por la mañana comía acompañado de maíz dulce, queso…. La verdad es que estaba muy bueno, las cosas como son. Algún día incluso me preparó bacalao (congelado) con arroz y verduritas, quitándome de la cabeza el mito que yo tenía de que los rusos no comen pescado «fresco». Pescaderías no vi, eso lo puedo asegurar; al menos, en los supermercados “de barrio”. Pescado ahumado mucho, envasado al vacío con una pinta nada apetecible.

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Trigo sarraceno para desayunar

Bacalao

Bacalao (congelado) con arroz y verduras

Un buen lugar para comer en Moscú, y así variar un poco la dieta (pagando un pelín más, eso sí, pero sin derrochar) es el MY MY: una cadena presente en toda la ciudad que reconoceréis por la vaca que custodia su entrada. La decoración del local sigue la misma estética, y es sistema self-service. Hay para escoger diferentes ensaladas, sopas, carnes, postres…

My My 01

My My 02

My My 03

Un plato completito como el mío, compuesto por ensalada, cordero con arroz, pan y cerveza grande que no sale en la foto (las patatas eran de Frank) cuesta unos 180 rublos (4 euros). La elección de Frank: fideos, una sopa blanca que no sé de qué era, pan negro, patatas fritas y agua, unos 130 rublos.

My My 04

My My 05

Y dejo lo mejor para el final… el omul. Llegar a la zona de Irkutsk y el Baikal fue cambiar radicalmente mi dieta de noodles por omul, omul y omul.

El omul es un pescado que sólo se encuentra en el Baikal y que los rusos gustan mucho de comer ahumado y seco. De este modo su sabor es algo fuerte, y el pestazo que se queda en los dedos también, pero he de decir que a mi no me disgustó (¡¡todo fuese por cambiar un poco!!). Eso sí, cuando descubrí la versión fresca… No comí nada más en todos los días que estuve en la isla: desayuno, almuerzo y cena… y así me fue (ligera diarrea, para que nos entendamos), pero lo volvería a hacer, ¡es delicioso! (si os gusta el pescado y los sabores intensos).

Omul

Omul seco, comprado en el mercado de Irkutsk: 80 rublos (con guarnición)

Baikal (21)

Omul seco de la isla de Olkhon: de 30 a 60 rublos según el humor de la tendera. Lo normal es que cueste 45-50.

Biakla (20)

Esto es otra cosa… y el precio, el mismo.

Y esto es todo lo que puedo decir sobre la cocina rusa… ¿Decepcionados? Regadlo con un par de tragos de Baltika 3 (20-30 rublos la lata o botella de medio litro) y seguro que lo veis todo de otro color ;)

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17 comentarios en Mi alimentación en Rusia: comida de supervivencia

  1. Blai 23 septiembre, 2011 at 18:22 #

    Está claro que lo que se dice comer bien, bien, en Rusia no lo has hecho… xD

    Aunque no me esperaba nada diferente, yo también me encontré con poca variedad y sobretodo, con poca consistencia en las comidas.

    Espero que en Mongolia (?) cambiara la cosa. Ya no te pregunto por China, porque ya sé que se come de maravilla!

    Un fuertísimo abrazo, Carmen! Adelante!

    • Ku 24 septiembre, 2011 at 14:52 #

      Eh, pero tampoco he salido del país en los huesos, eh Blai? ;)

      La comida mongola… ejem. En la próxima entrada «culinaria» hablaré sobre ella!

      La comida china que quieres que te diga… ¡me gusta MUCHÍSIMO más la de Laos, Vietnam, Tailandia, Indonesia o cualquier otro país de la zona! No termino de fiarme con los chinos, no sé. en cuanto pueden te meten un intestino grueso, o una pata de pollo, o un cacho de perro… ufff! He llegado a adoptar una actitud vegana total, por si las moscas!

      Un abrazo Blai!!

  2. Ainara 23 septiembre, 2011 at 18:34 #

    Pues chica, esos nuddles tienen una pinta buenisima. Eso sí, si un dia llego a Rusia será pa verme en el super intentando comprar, con esa letra que tienen, jajaja! Me apunto tus propuestas de la comida de supervivencia, ¡nunca se sabe! :)

    • Ku 24 septiembre, 2011 at 14:53 #

      Están buenos, de verdad! Lo que pasa es que pueden llegar a ser un poco repetitivos ;) En cuanto al alfabeto, no hay que entender mucho… son inconfundibles, y ya dido que entre una variedad y otra… poca diferencia!

  3. Riky 24 septiembre, 2011 at 13:35 #

    KU!..Es un milagro que sigas viva…jajajaja!!!

    • Ku 24 septiembre, 2011 at 14:54 #

      Pues aquí sigo, al pie del cañón! :D

  4. ahoratocaviajar 26 septiembre, 2011 at 22:59 #

    Vaya! Qué lujo gastronómico! jejeje…
    Hay viajes en los que se come bien y otros, pues… Bien será que comas algo!
    Nosotros siempre intentamos, al menos, un día de los de camino, darnos un lujo… Aunque la excepción fue cuando hicimos el Camino de Santiago en Paradores Nacionales, qué barbaridad de comer :)
    Por el blog hay una entrada al respecto, un poco a modo de tributo a los manteles gallegos!
    Saludos!

    • Ku 27 septiembre, 2011 at 15:43 #

      Yo los lujos me los di en Mongolia :D Aunque no con comida típica del país precisamente :P

  5. Pau 27 septiembre, 2011 at 11:55 #

    Trajinando sin parar, aunque algunos de los platos expuestos tienen buena pinta, sobre todo porque aquí no es tan común.

    • Ku 27 septiembre, 2011 at 15:44 #

      Menos la sopa de remolacha, que ni fu ni fa (más «fu» que «fa» en realidad) todo lo demás entra en las categorías de comestible a aceptable :D Y lo que digo: el omul una delicia!!

  6. Irene 2 febrero, 2012 at 19:24 #

    ¿Y los pelmeni? Son míticos e imprescindibles (aunque no de mi agrado precisamente) :)

    • Ku 4 febrero, 2012 at 11:35 #

      Hum… pelemeni en Rusia no sé si probé! Creo que no, pero se parecen a los momos de Nepal, ¿no? Vamos, un dumpling de toda la vida, según el palabro inglés… creo que me gustarían, eso sí: dependiendo de la calidad de la carne!

  7. jesus 18 febrero, 2012 at 10:01 #

    Por eso nunca dejare mexico, nuestra comida es deliciosa y barata, en los mercados puedes encontrar un sin fin de alimentos, frutas, verduras, cortes de carne etc, al mas bajo precio, sin contar que tambien la cerveza es barata!!!

    • Ku 21 febrero, 2012 at 11:18 #

      ¡Y que lo digas , Jesús! La cocina mexicana es excelente, no por nada se come en todo el mundo :D Yo estoy deseando regresar para poder escribir sobre tu país en el blog, ¡un abrazo!

  8. DANIELA 23 febrero, 2012 at 18:41 #

    hola, desde hace algún tiempo traigo la inquietud de viajar a Rusia, he buscado información en paginas especializadas, pero solo logro confundirme y con el cambio de moneda mas, si tu pudieras asesorarme te lo agradecería..

    daniela.

    • Ku 28 febrero, 2012 at 7:58 #

      Claro que puedo asesorarte, Daniela, ¡escríbeme un email!

  9. Marta Negro 13 marzo, 2019 at 15:41 #

    No sé si asustarme o alegrarme de la cantidad de noodles que comeré jajajaja

    Muchas gracias por darme una ligera idea de la comida de supervivencia cuando haga el Transiberiano :)

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