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Muang Sing y el trekking de la muerte (1 de 3)

Ha llegado el momento de hablar del trekking de Muang Sing, pero antes de ello me gustaría pedir disculpas por la escasez de fotografías en algunas partes del relato, y la pésima calidad de las mismas cuando las hay. Los motivos los conoceréis a medida que la narración avance. Dada la longitud de la historia, he decidido dividirla en tres partes que publicaré entre hoy y el jueves.

Preludio: el engaño

Yo nunca he sido muy deportista, esa es la verdad y no puedo negarla, pero cuando he hecho un trekking, en Birmania, en Indonesia o donde fuese, lo he disfrutado. Unas veces he tenido que esforzarme más y otras menos, pero antes de ir sabía dónde me estaba metiendo y me había preparado para ello. Esto no puede aplicarse al terrible trekking que, el pasado noviembre, hice en las selvas y montañas que rodean el pueblo de Muang Sing, en el norte Laos.

Me engañaron, a mi y a todos los que lo hicieron conmigo. O tal vez sea más acertado decir que omitieron algunas informaciones de suma importancia para tomar la decisión de hacerlo o no. Sabéis que yo siento un profundo afecto por los laosianos, pero esta vez creo que les pudo más el deseo de hacer caja que el respeto por la integridad física y psicológica (¿Estoy exagerando? Ahora me río, pero en su momento llegué a llorar) de los pobres infelices que, ilusionados, nos apuntamos el trekking con la intención de conocer un poco mejor esta zona del país y las etnias que lo habitan.

Calle principal de Muang Sing

Este hombre, subido a ese «andamio», estaba a una altura de cuatro pisos

 

Contraté el trekking en la agencia Tiger Man, situada frente a la Oficina de Turismo (pomposo nombre para lo que es, y que además no abrió en todo el día) en la calle principal de Muang Sing. La decisión me vino dada al descubrir un cartel en la puerta, supuestamente escrito por tres chicas que se disponían a hacer el trekking al día siguiente, diciendo que necesitaban más gente para abaratar costes.

De modo que no lo dudé. No había muchos más extranjeros ese día en Muang Sing, un pueblo apenas formado por cuatro calles y mucha nada a su alrededor, y el precio del alojamiento y los restaurantes estaban bastante inflados de cara al turista, invitando a salir lo antes posible. Además, tras casi una semana “holgazaneando” en Luang Namtha estaba deseando entrar en acción, y lo cierto es que el trekking me hacía mucha ilusión.

Cartel publicitario de la agencia Tiger Man

 

Siendo cuatro las personas apuntadas, el “paquete” de tres días y dos noches, con alojamiento en aldeas Akha, agua y comida, y la compañía de dos guías autorizados, nos salió a 590.000 kips por cabeza (unos 56 euros).

El plan no pintaba nada mal: el primer día caminaríamos 6/7 horas, el segundo 7/8 y el tercero cuatro, alternando montañas con campos y selvas. Y lo mejor de todo: conoceríamos a los Akha, y cada tarde, al llegar a la aldea, tendríamos la oportunidad de relacionarnos con ellos (en caso de que ellos quisiesen, claro). 

Nadie avisó de la dificultad, ni de las lluvias torrenciales, ni de lo importante que era que llevásemos chubasquero, ni de que esos senderos llevaban cerrados meses, desde el inició de la estación lluviosa, y éramos los primeros turistas en pasar por ahí. En cambio, el señor Tigre (por ponerle un nombre) sí hizo mucho hincapié en que íbamos a conocer una zona protegida (Nam Ha National Protected Area) y que parte del dinero revertía en su conservación y en beneficio de las aldeas que visitáramos. Envuelta en la ignorancia, todo me pareció estupendo.

Muang Sing, Laos

A las ocho y media de la mañana siguiente, puntuales como clavos, los seis participantes del trekking esperábamos frente a la puerta de la agencia Tiger Man. Sí, he dicho seis, porque una pareja de franceses se unió en el último momento, lo que no hizo nada de gracia a las tres belgas que habían contratado la excursión el día anterior. Ellas no habían escrito el cartel solicitando más gente. Si acaso, habían dicho que no les importaba que una o dos personas a lo sumo se uniesen, pero no tres. Primer engaño que, como todavía no habíamos ni empezado a caminar, quedó en mera anécdota, y todos nos beneficiamos del descuento obtenido al ser dos personas más (ahora los tres días nos costaban 510.000 kips, unos 48 euros por cabeza).

Y llegaron nuestros dos guías, cuyo nombre desgraciadamente no apunté y con el tiempo he olvidado. El guía «titular”, un chaval joven con perfecto inglés, y en calidad de “refuerzo”, otro hombrecillo de la etnia Hmong que, sin hablar ni entender más que algunas palabras básicas del lenguaje de Shakespeare, era más majo que las pesetas y enseguida se ganó el cariño de todos. Pobre infeliz, creo que preveía la desgracia que se avecinaba.

El guía «titular»: una cara que nunca olvidaré

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10 comentarios en Muang Sing y el trekking de la muerte (1 de 3)

  1. Blai 30 enero, 2012 at 11:30 #

    Hombre mujer…. Pero no nos dejes así…. Qué intriga!!! Quiero saber más!!!

    No dudes que estaré pendiente a las dos siguientes entradas eh! Y pese a que no quiero hacer ningún trekking en Laos ni nada por el estilo, me interesa mucho!

    Un abrazo Ku!

  2. Nerea 30 enero, 2012 at 13:02 #

    Por dios continua que nos has dejado muy intrigados!!

    milittletreasure.blogspot.com

  3. Criss 30 enero, 2012 at 14:34 #

    carmennn!!! jajajaja yo tambien quiero saber mas!!! madre mia, pero suena a preludio, de autentica supervivencia en la selva!
    PD- la entrada anterior he sido incapaz d leerla al ver el titulo…soy hipersensible con el tema de los animales…ayyy….
    deseando leer la segunda parte!!

  4. Claudia 30 enero, 2012 at 17:49 #

    Que pasó!? No tardes mucho en poner la segunda parte!

    Saludos.

  5. Pau 30 enero, 2012 at 18:32 #

    Me dejas con ganas de más :D

  6. Taide 30 enero, 2012 at 18:38 #

    Vaya, que ganas de leer la siguiente entrega!!

  7. Sandra 30 enero, 2012 at 21:14 #

    Jolín Carmen, eso sí que es dejarnos con la intriga!!!!!

  8. Ku 31 enero, 2012 at 4:46 #

    Ay, ¡no era mi intención crear esta tensión y este suspense! A ver si luego os voy a decepcionar, jajaja :P Es que realmente el relato quedaba muy largo si lo publicaba todo en una única entrada… Dentro de un rato colgaré la segunda parte!

  9. José Carlos DS 3 febrero, 2012 at 0:02 #

    Sin quererlo me he plantado en tu blog con 3 relatos sobre el trekking de la muerte, así que vamos a leerlos del tirón :D

    • Ku 4 febrero, 2012 at 11:39 #

      ¡Vaya paliza! Con lo largo que es el relato ;)

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