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Por fin, Uruguay: primeras y febriles impresiones en Colonia del Sacramento

Mi entrada en Uruguay no ha podido ser más estelar. De todos los países donde podría haberme ocurrido, de TODOS, tuvo que ser en éste.

Ya, pensaréis que me hubiese quejado igualmente de haberme pasado en cualquier otro sitio, pero realmente mi viaje a Uruguay es especial en muchos sentidos. ¿Por qué tuve que ponerme mala precisamente aquí?

Calle de losSuspiros, Colonia del Sacramento

Calle de los Suspiros, Colonia del Sacramento

La última vez que tuve gripe fue… no me acuerdo. Este año no y el anterior tampoco, eso seguro. Recuerdo un fuerte catarro hace unos meses en China y aquel fiebrazo inexplicable sufrido tras el viaje mortal de Sapa a Laos. Pero nada que durase más de un par de días… nada que me verdaderamente afectase a mis planes de viaje.

Tuvo que ser en Uruguay. Un viaje muy esperado, a contrarreloj (tan sólo disponía de tres semanas en el país… de las que ahora me quedan sólo dos), y en cierta manera, “menos mío” que otras veces.

Menos mío porque por una vez dejaba de marcar yo los tiempos y de ser la protagonista de mi historia, para convertirme en acompañante o compañera de otra persona que regresa a su hogar después de cuatro años. Y yo de testigo privilegiado.

Naturalmente esto no va a impedirme ver o hacer lo que me apetezca. Al contrario: me brinda la oportunidad única de conocer el país aún más profundamente que nunca, a través de sus habitantes, de sus vidas. Unas vidas que de alguna manera conocía ya antes de venir, de tanto como había oído hablar de ellas. Pero “Tshhh… sin molestar. Al menos los primeros días: calladita y al rincón”. Pues no, señores: yo tenía que liarla parda.

Colonia del Sacramento, Uruguay

Puerta de la Ciudadela, Colonia del Sacramento

Los primeros síntomas empezaron en Buenos Aires, pero los achaqué al Jet Lag del vuelo más largo del mundo, al puro agotamiento, y no quise darle más importancia. Me fue imposible. De los tres días que tenía para redescubrir la capital de Argentina (¡y ni os cuento la de planes que había hecho!), dos los pasé en la cama. Porque tenía… ¿sueño? ¡Si no dormía!

Eso sí, de los escasos ratos que conseguí mantenerme en pie debo decir que no pude ser tratada mejor: como la mismísima embajadora de España. No por ser yo, ojo: hospitalidad porteña. O argentina. O latina, qué más da. El caso es que fue posar un pie en Buenos Aires y empezar a comer (sí, porque con lo de la hospitalidad me refiero, sobre todo, al agasajamiento culinario) como una cochina. Para no “quedar mal”, que conste. Menos mal que caí enferma.

Reunión familiar en Buenos Aires

Buenos Aires en familia

Restaurante en San Telmo

Paseo nocturno por el barrio de San Telmo

Los segundos síntomas llegaron en Colonia del Sacramento. Durante las tres horas de Buquebus cruzando el Río de la Plata no los quise ver, aunque estaban ahí, para mi desgracia. Yo me hacía la tonta: “¡Ya se ve Uruguay!”, ¡Foto, foto!”, pero en el fondo sólo tenía un deseo: “Quiero llegar al hostal y dormir. Dormir y no despertar hasta dentro de una semana”.

Aún así, paseé. ¿Cómo no hacerlo, si Colonia del Sacramento es uno de los lugares con más encanto que he visto? Admito que he venido muy predispuesta a que me guste: a lo bien que me han hablado de este lugar se suma la simpatía personal que siento hacia los uruguayos. Y luego, claro: Colonia del Sacramento es precioso. Patrimonio de la Humanidad, nada menos: una muestra única de la arquitectura colonial (portuguesa y española) y poscolonial en esta parte del Río de la Plata.

Río de la Plata, vistas a Uruguay

Cruzando el Río de la Plata hacia Uruguay

Faro de Colonia del Sacramento, Uruguay

Calle de los Suspiros, Colonia del Sacramento

Hagan sus apuestas de por qué se llamaba así. Hay diferentes teorías

Colonia del Sacramento

Estatua de Artigas

Pero yo no me refiero sólo al casco antiguo. Esa parte es preciosa, como rescatada a través del tiempo, pero el resto de calles, de casitas bajas, con sus maceteros en las ventanas, viejecitos al sol (¡todos tan educados! ¡siempre saludan!)… no se queda atrás. Será que vengo de Nueva Zelanda y, que Dios me perdone pero…. allí, historia la justita (me caerán piedras por esto, pero puedo explicarme). Qué más da, me encanta Uruguay. Y me produce un profundo sentimiento de nostalgia.

Nostalgia porque, aunque no haya estado nunca antes en este país, he escuchado tantas cosas de él que ya lo siento un poco “mío” (sensación contraria a la que me produce el viaje, lo que no deja de ser curioso). Yo misma me sorprendo al ir caminando por la calle y encontrarnos con un local de La Pasiva, de ser quien tome la iniciativa al decir “Vamos a comer un chivito con una Pilsen bien fría”. O las fotos con los incontables monumentos a Artigas, algo sólo comparable al Leninismo de Rusia (en lo que a cantidad de estatuas se refiere).

Paseo por las calles y, de alguna manera, todo me resulta familiar. Los niños del colegio público con sus túnicas blancas y moñas azules, los jóvenes con el termo bajo el brazo y la bombilla en la boca, los carritos de panchos y hamburguesas…. Habrá tiempo para hablar de todo eso.

Colonia del Sacramento, Uruguay

Al fondo, la Basílica del Santísimo Sacramento: la iglesia más antigua de Uruguay

Colonia del Sacramento, Uruguay

Chivito, Uruguay

Chivito: un plato muy ligero consistente en lomo de vaca con huevos con panceta, con tomate, con lechuga, con patatas fritas con…….

De Colonia del Sacramento vi todo lo que tenía que ver y algo más. Llegué incluso hasta la Plaza de Toros de estilo morisco que se encuentra algo alejada de su centro, a unos 25 minutos en autobús. Es algo curiosísimo lo de esa plaza: fue construida en 1910, inaugurada con algunos de los mejores toreros de España de la época, y prohibidas las corridas en 1912. Desde entonces no se ha usado absolutamente para nada, y ahí está, cayéndose a pedazos.

Pero todo esto, para ser sincera, lo vi arrastrándome. No pude pasear todo lo que me hubiese gustado, no pude sacar ni la mitad de las fotos que hubiese querido, y largas horas las pasé, como en Buenos Aires, dormitando en el hostal.

Los terceros y definitivos síntomas aparecieron en Montevideo, en mitad del entrañable recibimiento por parte de unos y otros, familiares y amigos, que yo viví “desde la barrera”, con mis casi 39 grados de fiebre.

Cuatro días he pasado en la cama, pero basta de lamentaciones. Me quedan todavía dos semanas de viaje en Uruguay y hay tiempo para la remontada. El único problema es que he contagiado a todo aquel que ha estado a mi alrededor.

Cerveza Pilsen, Uruguay

PD: A la desgracia de la enfermedad hay que sumarle que en Auckland mi cámara de fotos, inseparable compañera desde 2009, decidió sacar su última fotografía. De modo que si notáis algo raro en las imágenes que acompañan esta entrada, sabed que estoy haciendo lo que puedo con los recursos de que dispongo (cámara de móvil, compacta prestada, mi vieja cámara cuando decide saludar…).

25 comentarios en Por fin, Uruguay: primeras y febriles impresiones en Colonia del Sacramento

  1. JR Álvaro González 27 marzo, 2012 at 17:26 #

    No conozco Uruguay, no será por ganas, pero no he estado nunca así que voy a especular un poco. Imagino que la nostalgia a la que haces referencia cuando paseas por Colonia del Sacramento se debe a su gran parecido a los pueblos de Portugal. La arquitectura del encalado, del blanco luminoso y de la vida en la calle son cosas que nos unen a los hispanoamericanos, además del idioma, sobre todo a los que aún vivimos en los pueblos. El saludo del señor sentado en la puerta de casa, las casitas bajas que conforman extensas barriadas en las que todos se conocen o las fiestas en las que participa todo el pueblo son un ecosistema que no debemos perder.

    Cuídate que ya sabes que tenemos muchas cosas que hacer!!

    Un abrazo.

    • Ku 28 marzo, 2012 at 14:28 #

      No lo había pensado, pero puede que tengas algo de razón!

      No te preocupes que ya estoy buena! ;)

  2. Alvaro Martin, ECDC 27 marzo, 2012 at 18:48 #

    Oh no, lo peor que te puede pasar en un viaje, ponerte malo y sobre todo cuando tienes poco tiempo. Ese sentimiento de impotencia de querer irte a explorar cosas y que el cuerpo te diga que no. Me pasó en uno de los sitios mas bonitos de la India: Mcleod Ganj, tendré que volver para disfrutarlo de verdad.

    Respecto a Uruguay solo oigo y leo cosas muy buenas. Sin duda es un país que tengo que ver pronto.

    Un saludo, te sigo :)

    • Ku 28 marzo, 2012 at 14:30 #

      Lo cierto es que, aunque sea inevitable ponerse malo alguna vez en la vida, caiga cuando caiga siempre es una faena. He «perdido» muchos días en la cama y me voy a quedar sin ver el interior del país, con las ganas que tenía, pero bueno… como tú dices ¡tendré que volver! ;)

  3. M.C. 27 marzo, 2012 at 19:53 #

    Vaya lata estar pachucho cuando se está de viaje!!! Pero ánimo y que te mejores!!!
    Para no tener tu cámara de siempre, las fotos son preciosas!! Uruguay no lo tenía en mi lista de destinos porque no imaginaba que podía ser tan bonito. Habrá que tenerlo en cuenta.
    Saludos

    • Ku 28 marzo, 2012 at 14:39 #

      Ya estoy mucho mejor, ¡gracias!

      A veces parece que Uruguay (junto con Paraguay) fuese uno de los grandes desconocidos del Sudamérica, pero por suerte en los últimos años cada vez está recibiendo más atención. Es una maravilla de país, me está encantando! Sobre todo por su gente :D

  4. AnnaA 27 marzo, 2012 at 20:08 #

    Buenasss!!

    Me alegro que estés recuperada. Uruguay tiene que ser impresionante, bueno creo que toda LatinoAmérica. Siempre sueño con ir, me da igual que sea Perú, Chile, Argentina… y ahora por tu culpa también Uruguay… y es que la gente son lo mejor, en Europa no es lo mismo… es lo que hay… jajajaja :-D

    Saludos! Esperamos próximas entradas!

    • Ku 28 marzo, 2012 at 14:40 #

      Hola Anna!

      Cuando vengas no lo dejes de lado, Uruguay es una país fabuloso, ya os iré contando!

      Un abrazo!

  5. Mari 28 marzo, 2012 at 0:10 #

    lo del -ITO en chivito tiene su gracia!
    el UNICO! problema es…que has contagiado a todo el mundo!!! xD
    bueno no te preocupes que seguro que a Uruguay vuelves ;)

    Para no tener camara…vaya fotos…
    la foto del perro es espectacular!!!!!!!
    y la de en familia me encantaaaaaa!!!!!
    que guapa estas!! me rechifla la foto en la que sales con nico nada mas llegar a nueva zelanda(esa si que es mi favorita) y tambien esta ultima de la cerveza!!!como te echo de menos!!!!

    Tambien estuve leyendo el otro dia la entrada en la que cuelgas un video haciendo autostop!!! lo que me he reido!! es buenisimooo! tienes que hacer mas videos son genialess!!!

    Pd. nos vemos pronto!

    quiero saber de ti al menos en un email, ya que por skype…nunca hablamos!

    MEJORATE

    • Ku 28 marzo, 2012 at 14:42 #

      Gracias por los piropos, hija, ¡si no fuese por ti! :D

      El chivito es un plato que te encantaría, te quedarías con hambre! jajaja :P

      Nos vemos dentro de nada :D

  6. Ana María 28 marzo, 2012 at 8:52 #

    ahhh… que recuerdos me ha traído tu post. Yo tuve la misma situación en mi viaje a Japón. A Japón nada menos!!! el viaje que había estado esperando toda mi vida y me puse enferma. Los primeros sintomas empezaron un par de días antes de salir de Bcn. Yo también me hacía la tonta. El remate fue en el avión. La señora azafata tuvo la amabilidad de ponerme en primera fila, en esos asientos que puedes estirar las piernas todo lo que quieras. Yo jamás me había sentado ahí pero descubrí (no sé si sólo era en ese vuelo) que podías llegar a morir congelada en esa zona. Pasé las peores horas de mi vida desde Roma a Osaka y obviamente aquello remató la faena.

    Por suerte había llevado medicamentos y esutve dopandome la mitad del viaje. En la garganta parecía que tenía cuchillas y sin ninguna duda habría días que tuve fiebre pero salía cada día. ¡No pensaba quedarme en la cama! (por mucho que yo quisiera). Me acuerdo que en Koyasan (Koyasan!!) me encontraba tan mal que me metí en una farmacia perdida de la mano de Dios y conseguí que la chica (que no entendía ni papa de inglés) me diera un medicamento que en teoría era para la garganta. No sé ni qué sería pero me daba igual, necesitaba drogas! jaja en fin, me lo tomé (era un jarabe de una dosis) y milagrosamente mis males desaparecieron durante todo 1 día! Era como si nunca hubiera estado enferma. Fue un milagro en toda regla… Luego la cosa volvió pero siempre me acordaré de esa farmacéutica!!

    Y para rematar de todo el viaje mi cámara medio murió. Se me cayó y no enfocaba bien… todas las fotos del viaje son un asco pero en fin, es lo que hay! En el próximo viaje ya aprovecharé.

    Siempre queda eso, el próximo viaje :)

    ¡Recupérate!

    AnaM

    • Ku 28 marzo, 2012 at 14:45 #

      ¡Vaya historia! Con tu medicamento misterioso me has recordado a unas pastillas muy misteriosas también que me dieron a mi en China cuando tuve catarro… Misteriosas y MÁGICAS. Quizá no tanto como tu jarabe, pero d elas que de verdad cortan la tos (radicalmente) durante al menos 6 horas, ¡un alivio! Quizá sea veneno, pero ojalá tuviésemos cosas como esas en nuestra parte del mundo… a mi los «Inistones» y demás no me hacen nada!

      Lo de la cámara es una faena… tengo que pensar en comprarme otra :(

      Ya estoy mucho mejor, ¡muchas gracias!

  7. Carfot 28 marzo, 2012 at 11:01 #

    Vaya lata ponerse enfermo cuando se está de viaje con poco tiempo, a mí me ha pasado alguna vez pero no tanto como para tener que quedarme en cama. Visité Colonia hace unos años y es un sitio especial, pequeño pero con mucho encanto que te hace pensar en tiempos pasados.

    Mejórate y disfruta del viaje.
    Un saludo !!!

    • Ku 28 marzo, 2012 at 14:48 #

      Me alegra que a ti también te gustase Colonia, es un lugar encantador y con mucha vida… muy entrañable :D

      Por fin he conseguido salir de la cama, ¡ahora a por Montevideo!

      ¡Un saludo!

  8. Pau 28 marzo, 2012 at 11:17 #

    Parece que te encuentras mejor ¿no? Pues a disfrutar de Uruguay :D

  9. Egoitz 28 marzo, 2012 at 13:31 #

    mmmmm….. sí que parece consistente ese Chivito :)

    • Ku 28 marzo, 2012 at 14:51 #

      Jajaja! Algo me dice que tú no te lo terminarías, Egoitz!! ;)

  10. Mami 31 marzo, 2012 at 13:32 #

    Hola ku, lo de estar un poco malucha de vez en cuando no es una rareza ( nos pasa a todos) solo que, como tu dices, te toco en un país » de poca permanencia para ti» pero alguna vez tenia que ser ya que llevas dos años trajinando por el mundo, sin parar. Espero que ya estés mejor. TQ.

    • Ku 11 abril, 2012 at 22:13 #

      Nos vemos enseguida :)

  11. José Carlos DS 24 abril, 2012 at 15:30 #

    En ocasiones es inevitable después de tanto viajar pillar algún resfriado, especialmente en esos cambios de temperatura en aeropuertos, aviones y demás.

    Pero seguro que esa soñada llegada a Uruguay no se vio perjudicada en exceso y ahora un servidor se va a leer la siguiente entrada para ver como te cundió :P

    • Ku 2 mayo, 2012 at 11:26 #

      Ya es mala suerte que me tocase en Uruguay :( pero como dices es inevitable…
      Por cierto, eres un máquina leyendo entradas, aunque creo que ya te lo he dicho antes…. ;)

  12. Matías 10 mayo, 2012 at 0:39 #

    Hace nada estuve en Uruguay y Colonia y me acordé de éstos post, y entiendo perfectamente todo lo que contás: la gente de Uruguay es increíble y amable como en pocos lados :)….doy fe

    • Ku 12 mayo, 2012 at 8:38 #

      Es un pais fantástico :D

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  1. Bitacoras.com - 5 abril, 2012

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Mi entrada en Uruguay no ha podido ser más estelar. De todos los países donde podría haberme ocurrido, de TODOS, tuvo que ser en éste. Ya, pensaréis que me hubiese quejado igualmente de haberme pasado en cualquier otro s……

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