Las rusas son guapas. Ahí nos habíamos quedado. Y aunque no querría dedicar más de una línea a corroborar el mito (la hospitalidad de mis anfitriones apenas me ha dejado tiempo para escribir, y no es cuestión de malgastarlo en estos temas), no puedo dejar de decir que, en este caso, el estereotipo es (casi) […]
