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Tromsø: puerta de entrada a Laponia Noruega

Nieve, aguanieve y viento. A ras de suelo resultaba difícil ver un palmo más allá de nuestras narices congeladas, pero a medida que el funicular fue ganando altura en su trayecto hacia lo alto del monte Storsteinen, la pequeña Tromsø fue perfilándose ante nuestros ojos como la ciudad del cuento de Navidad que el último día os presentaba.

¿Estoy exagerando? Puede que un poquito, pero no a propósito. En mi recuerdo, nuestro primer día en Tromsø está envuelto en la nieve, el frío, y una sensación de invierno adelantado que durante las primeras horas me tuvo un poco despistada. ¿O sería lo poco que había dormido? En cualquier caso, las actividades que aquel día realizamos no voy a poder contarlas en el orden debido porque no lo recuerdo, tal era el estado de desorientación en que me encontraba.

Tromsø ha quedado grabada en mi memoria para siempre como la ciudad que me dio la bienvenida a Laponia: una región del mundo completamente diferente a todo lo que había visto antes y un lugar que vino a recordarme que por mucho que hayas viajado, por muchos sellos que hayas acumulado en tu pasaporte, siempre queda espacio para la sorpresa.

¡Peligro, trenecito! Viviendo al límite en Noruega.

Con sus no más de 67.000 habitantes Tromsø es una ciudad pequeña, pero al mismo tiempo, la segunda más grande de Laponia. Aparentemente es una ciudad sin pretensiones, modesta, pero ejemplar si de lo que se trata es de hacerse una idea de la vida en estas latitudes del globo.

Acompañados por el “guía ecuatoriano más al norte del mundo” (ahí es nada), a eso dedicamos nuestro primer día de viaje: a habituarnos. Primero subiendo hasta lo alto del monte Storsteinen del que ya he hablado, donde a causa del frío no aguantamos ni cinco minutos en un mirador cuyo suelo había sido cubierto por la nieve hasta tal punto que era imposible avanzar si antes no se abría camino con una pala.

Decidme que no parece el interior de una bola de nieve…

Tras ello llegó el turno de las visitas culturales. En el acuario Polaria vimos a las focas barbudas, una especie única del Océano Ártico que ablandó nuestros corazoncitos (¿cursi? ¡real como la vida misma!) con sus juegos y su inteligencia. En el Museo Polar tuvimos la oportunidad de conocer la historia de las expediciones de tramperos y exploradores árticos y sus duras condiciones de vida. Y por último, en la iglesia de Tromsdalen, más conocida como la Catedral Ártica por su especial diseño, descubrimos la cara más vanguardista de Tromsø.

Tradición…

… frente a modernidad.

Una cerveza en el histórico pub Ølhallen, abierto en 1928 y situado a pocos metros de la fábrica de cerveza Mack (la “fábrica de cerveza más al norte del mundo”, si se me permite repetir un chiste que, al fin y al cabo, es cierto) sirvió como cierre a una jornada dirigida a sumergirnos completamente en la vida más allá del paralelo 66, en el corazón del Círculo Polar Ártico.

Subidos en un pequeño avión de turbohélice de la compañía Widerøe cambiamos Tromsø por Hammerfest, ciudad más septentrional de Europa, donde aterrizamos a las once… p.m. de aquel día eterno. Podría decirse que habíamos llegado al lugar y  en el momento perfecto para ver el famoso sol de medianoche, pero para eso todavía tendríamos que esperar.

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10 comentarios en Tromsø: puerta de entrada a Laponia Noruega

  1. Helena 18 julio, 2012 at 9:52 #

    Parece que pasasteis un poco de fresco ¿eh? jejejeje ¡Vaya tela!, no quiero ni imaginarme en invierno cómo debe ponerse aquello…
    Pero llevas mucha razón, parece una ciudad sacada de una bola de nieve.
    Un saludo :)

    • Ku 23 julio, 2012 at 12:10 #

      ¡Pasamos bastante frío! Pero curiosamente a medida que «subimos» hacia latitudes mayores (por ejemplo, en Hammerfest) nos hizo mejor tiempo… o al menos nevó menos, jeje. Todo un mundo a parte Laponia…

      Un abrazo!

  2. quicoto 18 julio, 2012 at 12:18 #

    Me entra frío tan solo viendo las fotos :P

  3. Pau 19 julio, 2012 at 13:38 #

    Fue una pasada y una sensación muy especial. Para los que no estamos acostumbrados a la nieve fue muy divertido.

    • Ku 23 julio, 2012 at 12:13 #

      El Pachinko de las nieves :P

  4. Varsovializate 19 julio, 2012 at 15:38 #

    Si que tiene pinta de hacer frio si… pero se ve una ciudad con encanto. Que decia el guia?? Porque si a mi se me haria dificil vivir alli, no quiero ni pensar viniendo de Ecuador. Que frioooooo!!

    Saludoos!

    • Ku 23 julio, 2012 at 12:15 #

      Creo recordar que el guía sólo hacía la temporada de verano (abril-octubre) en Noruega, y el resto del año regresaba a Ecuador… pero no estoy segura. Eso sí, ¡se le veía encantado!

  5. José Carlos DS 30 julio, 2012 at 17:55 #

    Lo del guía ecuatoriano por esas latitudes es casi de coña jeje

    Me entra un calor cada vez que veo relatos con tanto abrigo que no veas…

    La catedral tiene una dudosa belleza, pero hay que decir que es un contraste muy destable en el lugar XD

    • Ku 2 agosto, 2012 at 2:06 #

      Te puedo asegurar que nosotros allí, calor poquito… ;)

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