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Los trenes de India (III): la experiencia

Se podría viajar a India con la sola intención de analizar la vida que se desarrolla alrededor de sus estaciones. El viaje en tren empieza ahí: comprando los billetes un par de días antes, esperando una hora en caso de retraso y relacionándose con los cientos de personas que llenan los andenes con sus equipajes, duermen en el suelo tapados por gruesas mantas u observan concentrados a una vaca que ha decidido hacer lo mismo en medio de las vías del tren.

He pasado muchas horas en las estaciones de tren de India y podría pasar muchas más. Me encantan. Ninguna espera, por larga que fuera, me ha resultado aburrida. Siempre he tenido a alguien con quien hablar (incluso cuando menos me apetecía), una samosa que comer o un libro para leer, en caso de decidir abstraerme del corro de personas que me miraban fijamente esperando Dios sabe qué reacción por mi parte.

Indios durmiendo en la estación de tren

Un curioso artefacto que me gusta mucho de las estaciones de tren indias, que también está presente en las estaciones de autobús, son las máquinas del peso. En las estaciones grandes las hay por decenas, varias en cada andén, e incluso la más pequeña no se libra de tener dos o tres. El siguiente texto, extraído del libro Tigre Blanco de Aravind Adiga, las describe muy bien.

Si visita usted alguna estación de la India, verá, mientras espera su tren, una serie de máquinas de aspecto estrafalario con bombillas rojas, ruedas caleidoscópicas y remolinos amarillos. Son máquinas de su-fortuna-y-su-peso-por-una-rupia y están en todas las estaciones del país. 

Funcionan así: usted deja sus maletas a un lado, se sube a la máquina e inserta en la ranura una moneda de una rupia. La máquina cobra vida; las palancas empiezan a moverse en su interior entre un estrépito de chatarra y las luces parpadean enloquecidas. Entonces se oye un chasquido y surge de la máquina un cartoncito de color verde o amarillo. Se apagan las luces y se termina el estrépito. En ese cartoncito está escrita su fortuna y su peso en kilos.

Hay dos tipos de personas que utilizan esas máquinas: los niños de los ricos y los adultos de las clases más pobres (que continúan siendo niños toda su vida).”

Viajar a India, estaciones de tren

Yo debo ser muy niña, porque no existe máquina del peso que se haya cruzado en mi camino en la que no me haya subido. Si en una estación hay diez, no he parado hasta probar las diez, teniendo muchas veces para ello que recorrer todos los andenes o cambiar un billete de diez rupias por haberme quedado sin calderilla.

Lo admito: soy adicta a las máquinas del peso de India. Que no ha conocer mi peso, eso no tiene nada que ver. Solo en muy raras ocasiones, y por pura casualidad, una de esas máquinas dice el peso real; en un mismo día y en la misma estación yo he pesado 53, 57 y 63 kilos. Lo mismo sucede con la “fortuna”; para ser totalmente exactos, una breve descripción personal que pocas veces se ajusta a la realidad. “You are invincible, emotional, philosophical and courageous”, leo en una de las que conservo. En otra: “You are beautiful, simple and smart”.

Una experiencia gastronómica y social

Empieza cuando el tren finalmente hace su entrada en la estación y todos los viajeros se abalanzan hacia sus puertas para ser los primeros en entrar. Lo mejor es dejar que la avalancha pase; tenemos todas las de perder y no ganamos nada subiendo cinco minutos antes. ¡Con ganas de tren no nos vamos a quedar!

Viajar en los trenes de India, especialmente en las clases más populares, es toda una experiencia gastronómica y social. Social porque, compartiendo vagón con otras cien personas, la conversación está asegurada. Aunque no hablen nuestro idioma ni nosotros el suyo, los indios no pierden ocasión de establecer comunicación con el extranjero, mediante gestos o en un precario inglés. Si además se defienden bien en la lengua de Shakespeare, del interrogatorio no nos salva nadie.

Viajar en Second Sitting, India

En lo referente a la experiencia gastronómica, habrá a quien le sorprenda descubrir que en unos trenes que realizan tan largos trayectos no hay vagón-restaurante. Lo cierto es que no hace falta; en cada parada suben decenas de vendedores que recorren los vagones con sus cestos y cajas llenos de comida, frutos secos, y el siempre presente chai, anunciado a voz en grito (“Chai, chai, chai! Garam chai!”). Si la parada dura unos cuantos minutos, también podemos bajar y comprar en las tiendas y puestos del andén, con cuidado de recibir bien el cambio, ya que tienen una ligera tendencia a equivocarse.

Aloo Tikki, comida tipica de India

Compartiendo un Aloo Tikki con un buen amigo rickshaw antes de subir en el tren.

En algunos viajes, según la categoría del vagón, pasará alguien del servicio de catering ofreciendo un sencillo menú. Yo solo lo he probado una vez y no he vuelto a repetir: el precio no es caro pero sí desproporcionado respecto a la calidad de la comida, y resulta mucho más divertido e interesante probar los platitos típicos de los vendedores, cambiantes en función de la zona que se esté atravesando, o aún mejor: dejarse invitar por las familias indias que nos acompañen, siempre bien provistas de deliciosa comida casera. En India, el viaje en tren es también un viaje por la gastronomía del país.

Las situaciones más extremas

Pero por mucho que me gusten los trenes de India, no puedo omitir que viajar en las clases más populares (Sleeper Class y Second Sitting) es una experiencia bastante intensa en la que se dan situaciones extremas que, si no se conocen de antemano, pueden llegar a asustar a más de uno. Estos son solo tres ejemplos:

Situación 1: Viajar en Second Sitting. Punto. Es una experiencia de por sí. Bancos para cuatro personas ocupados por ocho, hombres tumbados bajo los asientos o sentados en las redecillas portaequipajes, con la cabeza emergiendo en posiciones imposibles entre ventiladores cubiertos por una gruesa capa de polvo sobre los que, para colmo, se dejan los zapatos. Sobrevivir a un viaje de más de siete horas en esta clase te convierte directamente en un viajero de nivel 2.

Tipos de billetes de tren, India

No es mi mejor foto, pero sí la única que ilustra la bizarra experiencia de viajar en el portaequipajes.

Situación 2: Tienes tu plaza asignada en Sleeper Class, litera inferior, y tras una larguísima charla con tus vecinos te dispones a dormir plácidamente hasta llegar a tu destino. Entonces, un ruidito en el suelo llama tu atención. Te fijas mejor y… sí: en Sleeper Class hay ratitas. Ojo, he dicho ratitas, no ratas mutantes gigantes, pero roedores al fin y al cabo. No se dejan ver con faclidad, pero los aprensivos pueden pasarlo mal (afortunadamente, no es mi caso).

Situación 3: Estás en el tercer sueño cuando de repente un grupo de hombres irrumpe en el vagón emitiendo unos gritos de escándalo. Abres los ojos para descubrir que van vestidos de mujer y no se cortan en despertar a los pasajeros, zarandeándolos como a muñecos. Son los hijra, “el tercer sexo” o los eunucos de India: una comunidad muy respetada por, entre otras cosas, creerse que tienen capacidad de bendecir y maldecir a su antojo, así que mejor tratarlos bien. En este caso los hijra recorren los vagones pidiendo dinero, pero, por suerte para mí, las mujeres extranjeras no parecen encontrarse entre sus objetivos principales.

Viajar en tren India

Con un vídeo de los hijra os dejo, porque pese a sus peculiaridades hay que reconocer que como animadores de fiestas son los mejores. Unas verdaderas reinonas. El tema de los trenes de India no descarto retomarlo más adelante; hay tiempo, anécdotas sobran… y aún me quedan muchos trenes en los que subir.


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Entradas anteriores:

Los trenes de India: clases, vagones y billetes

Cómo comprar billetes de tren en India


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28 comentarios en Los trenes de India (III): la experiencia

  1. Pau 18 marzo, 2013 at 10:25 #

    Me imagino que mil millones de anécdotas te habrán dejado los trenes de la India. Yo tengo menos experiencia en estaciones y trenes de India, pero lo recordaré siempre, en cada rincón sucede algo.

    • Carmen 21 marzo, 2013 at 11:36 #

      Así es, resulta imposible aburrirse en India :D

  2. Pablo Strubell 18 marzo, 2013 at 13:18 #

    ¿Siguen teniendo rejas las ventanas? ¿Siguen siendo igual de mugrientos los cristales de los vagones, tanto que no se ve el paisaje? Ese es mi recuerdo de los trenes de la India, aparte del calor, la multitud… y las ricas comidas que como describes van subiendo en cada parada… ¿qué mejor manera de probar la diversa gastronomía local?

    • Carmen 21 marzo, 2013 at 11:37 #

      Sí, las ventanas siguen teniendo rejas, pero los cristales probablemente estén algo más mugrientos que cuando tú los conociste… ¡no los han limpiado desde entonces! :P

  3. Devjani 18 marzo, 2013 at 19:10 #

    Being & Indian & an extensive traveler my experience with Indian railways is very limited..that too the sleeper class. But yes cnt agree more with you, when you are with Indian railways rest assured your stomach never sleeps & neither does your ears !
    Traveling with Indian railways is like traveling with a Circus Company..never ending amazing experiences !

    All the best for your up coming India Visit.

    Cheers,
    Devjani

    • Carmen 21 marzo, 2013 at 11:49 #

      «Traveling with Indian railways is like traveling with a Circus Company»…. Brilliant words!! Can I use them? ;)

      It’s little over a month for my return to India, I can’t wait :D

      Cheers!

      • Devjani 21 marzo, 2013 at 11:57 #

        Great ! Come back to India & yes I give you the permission to use my line..provided when we meet you tell me your travel stories ;)

        Come soon..

        Cheers,
        D

  4. Pigafe 18 marzo, 2013 at 20:42 #

    Desde luego que parece más divertido e interesante que el metro de Madrid. Tiene que ser toda una experiencia sin duda.

    • Carmen 21 marzo, 2013 at 11:38 #

      Mucho más divertido e interesante, sin duda, aunque la clase Second Sitting tampoco está tan alejada de lo que sería el metro en hora punta, jaja! ;)

  5. Narcís 20 marzo, 2013 at 12:58 #

    Muy buenas las tres entradas sobre los trenes de India. Explicación al detalle y perfecta. Realmente la experiencia se lo merece.

    Personalmente sólo viajé en Sleeper Class porque, para trayectos más cortos, siempre trataba de coger buses. Como comenta Carmen, tenía un saco sábana preparado para los trayectos nocturnos en tren. La verdad, sin embargo, es que apenas lo usé durante los primeros días; al final —sí, soy muy vago—, encontré una alternativa: vestir ropa sucia que esperaba a ser lavada. No es muy higiénico, lo sé.

    Por mi experiencia tampoco tuve problemas de seguridad. En un par de ocasiones algún policía se nos acercó a los extranjeros con algo de información sobre posibles problemas, pero nunca pasó nada.

    Mi situación 1 sería hacer Haridwar-Bikaner, en SC y con un número infinito de WL. No recuerdo cuántos horas fueron; muchas. Salimos por la tarde, pasamos toda la noche en el tren y llegamos a primera hora de la mañana. Durante las primeras horas pude compartir cama con una familia —éramos 12 en la cabina—; más tarde, sin embargo, muy amablemente su ‘propietario’ pidió de poder tumbarse para dormir. Allí empezó la odisea. A dormir sentado, tumbado o como fuese en el pasillo, con los constantes idas y venidas de vendedores ambulantes, etc. Al final, en cada estación dónde parábamos y me despertaban, decidía bajar para poder tumbarse al suelo y poder estirar bien las piernas. Cuando el tren se ponía en marcha, saltaba de nuevo en el vagón que fuese. Así terminé: yo en una punta del tren, el amigo con el que viajaba en otra, y nuestras mochilas (sin atar ni nada… aunque no lo aconsejo), a saber dónde. [Por la mañana las encontramos tal y como las habíamos dejado].

    En esos momentos lo pasas mal. Pero luego, con el paso del tiempo, recuerdas situaciones como ésa con una sonrisa. Brutal. Volvería a hacerlo ahora mismo. De cabeza.

    ¡Felicidades por el blog, Carmen!

    • Carmen 21 marzo, 2013 at 11:55 #

      ¡Me ha encantado el truco de la ropa sucia! Pero, un momento… ¿no estaba sucia siempre? :P

      En cuanto a la anécdota… me ha dejado sin palabras. ¿De verdad bajabas en cada parada a DORMIR en el andén? Me cuesta imaginarlo, ¡menuda odisea! Si algún día escribo un libro de anécdotas de los trenes indios, me pondré en contacto contigo para incluirla, qué buena!

      Y sí, al final todas estas situaciones se recuerdan con una sonrisa… Es lo bueno de India :D

      Un abrazo y gracias por tu comentario!!

  6. Rosa 21 marzo, 2013 at 9:01 #

    ¿Te puedes creer que no me fije jamás en las basculas? Pero de haberlo hecho jamás hubiera revelado mi peso…¡Valiente! ;).
    ¿Sobre los Hijra? ¡ojalá me hubieran despertado de mis dulces sueños! porque en este caso si voy a revelar es que dormía como un bebe en los trenes de India, me sorprendió muchísimo ya que a mi me cuesta coger el sueño, también puede ser por los trayectos nocturnos los hicimos en Ac2 tier y los diurnos en Slepper class.

    • Carmen 21 marzo, 2013 at 11:58 #

      Ey, no lo he revelado! He dicho que en el mismo día pesé 53, 57 y 63 kilos, hay un margen de diez :P

      Yo, salvo cuando he tenido que viajar en SS o en el mismo suelo, también he dormido bastante bien en los trenes indios. Únicamente alguna vez me ha despertado el frío, los gritos de alguien (ya por la mañana) o poco más; pero en general, si tienes la suerte de viajar en tu propia litera y vas arropado, se duerme bien :)

  7. Hemorroides 22 marzo, 2013 at 12:50 #

    ¡Caray! Te aseguro que no tenía ni idea de que estas estaciones fueran así. Me ha parecido muy interesante. Desde luego que es imposible aburrirse.

    • Carmen 9 abril, 2013 at 19:48 #

      Esta es solo una pequeña parte. De las estaciones de India se podrían escribir páginas y páginas!

  8. Emprendedores 22 marzo, 2013 at 12:57 #

    Yo tampoco habría podido resistir la tentación de conocer mi fortuna en la bascula, jeje

    • Carmen 9 abril, 2013 at 19:48 #

      Es una tentación demasiado grande ;)

  9. Arol 26 marzo, 2013 at 13:21 #

    Dormí, comí y viajé de norte a sur en tren y la verdad es que si vas a India no puedes evitar viajar en tren, es una experiencia única que la disfrutarás como un niño y la recordarás con cariño con el paso del tiempo ;)

    • Carmen 9 abril, 2013 at 20:00 #

      Los trenes de India son lo más. Y aunque en algún momento uno pueda pensar «Dios mío, ¿qué hago aquí?», como bien dices todo ello se recuerda con mucho cariño después :)

  10. Paco Piniella 26 marzo, 2013 at 17:53 #

    Qué post más interesante, yo no he viajado en tren por esos lugares, aunque sí lo hice en Ucrania y en la antigua Polonia y son experiencias únicas.
    Saludos viajeros
    El LoBo BoBo

    • Carmen 9 abril, 2013 at 20:00 #

      Pues te queda probar los trenes de India, es «La Experiencia» :D

      Un saludo!

  11. Laura 11 julio, 2013 at 11:29 #

    Hola Carmen!!! Que buenísima información sobre los trenes en India!!! Yo me voy la semana que viene, viajo sola, y he comprado un billete Mumbai-Goa en Sleeper class (litera superior como sugerias jeje). No se si me he emocionado mucho leyendo tus post y para ser una primera experiencia y sola además va a ser muy «heavy metal»…

    • Carmen 30 julio, 2013 at 20:36 #

      ¡Hola Laura!

      ¡A estas alturas ya estarás en India! ¿Qué tal la experiencia en los trenes?

      ¡Un abrazo y buen viaje!

  12. jesus 12 agosto, 2013 at 11:19 #

    Muy buena la información, yo es la 1 ves q estaré n india, algunos trenes cojere 3 y sleeper. Algún 2 , sobre lo de las comidas q subem al tren pasan x todos los sitios del tren? Y es facil saber cual es tu andén del tren, no hablo nada ingles, sobre el vagón y categoría hay un papel fuera con tu nombre? Gracias

    • Carmen 19 agosto, 2013 at 14:41 #

      ¡Hola Jesús!

      No todos los trenes ofrecen servicio de catering, así que no puedo darte una respuesta sin saber qué recorrido vas a hacer y en qué tren vas a viajar. A veces la comida está incluida, mientras que otras veces pasa el servicio y si lo deseas puedes pagar tu menú aparte… En cualquier caso, lo que sí es seguro es que en todas las estaciones se subirán muchas personas ofreciéndote aperitivos y otras comidas ligeras, como samosas. ¡Hambre no vas a pasar!

      En cuanto a cómo saber tu vagón, la categoría está indicada tanto en unos carteles en el andén como en la carrocería del coche. Solo tienes que buscar el que indique Sleeper o 3AC, según tu caso, y fijarte en la numeración: te indicará, por ejemplo, que ese vagón es de las plazas «1 a la 34» o «de la 34 al 58». Es fácil, y si no, siempre puedes mostrar tu billete a alguien, te ayudarán encantados!

      ¡Buen viaje!

  13. Oscar 9 febrero, 2014 at 17:28 #

    Hola Carmen, muy buena tu experiencia!, yo tenía ese problema ahora de no saber que hacer, voy a Dharamsala,Naddi (a trabajar en una ONG por 3 meses) al Norte de la India, y claro tenía la duda de… o ir en avión, cosa que quiero evitar, ir en autobús, que ya lo tengo localizado, e ir en tren: cosa que es la que de verdad me gustaría, que la experiencia debe ser de estas de recordar de por vida :)
    Pero.. dónde debo comprar el billete si salgo desde New Delhi? o consejo para un viaje largo como este (porque en bus son 12 horas)
    Un abrazo y gracias por compartir tu experiencia!!

    Óscar

  14. Amelie 21 julio, 2017 at 3:02 #

    Hola, leí con atención todos los comentarios y yo acabo de llegar de India y aún no sabría si recodar mi experiencia con agrado a con miedo, lo cierto es que en algún momento si pensé Dios que hago aquí, viajar en tren por India en verdad que es toda una experincia, yo viaje en Literas de 4 personas separadas por cortinas, acompañada por mi amiga y hicimos relevo para cuidarnos pues estábamos aterradas, espero algún día recordarlo con cariño o definitivamente no tengo alma de muchilera

  15. alfredo ortiz 19 septiembre, 2017 at 8:25 #

    En mi primer viaje a la india ademas de la division de clases de acuerdo al confort ofrecido habia billetes muy caros en los que los vagones eran exclusivos para miembros de una casta que no querian tener contacto con miembros de otra casta inferior. Esto aun subsiste?. En otro viaje por Iran con final frustrado a Pakistan un amigo mio, que era iman de una mezuita, me extendio de presentacion en la que ponia algo como que yo éra una buena persona considerando convertirme al islam. Cuando mostraba dicha carta en la taquilla del ferrocarril… era milagrosa, me abrian todas las puertas, me concedian upgrades…. en el tren la gente me colmaba de atenciones. Mientras a mis compañeros les mandaban a la heavy metal. Para no despertar mas celos le sugeri a una de ellas otro truco: comprar un vestido de embarazada y ponerselo para viajar. No se si es etico pero me lo agradecio mucho y le trataron mucho mejor.

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