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Un día de trabajo en Prem Dan

He necesitado una semana para adaptarme a Kolkata antes de poder sentarme de nuevo ante el ordenador. El primer impacto con este calor (sofocante), el tráfico (que casi había olvidado en mi periplo himalayo), las montañas de basura en descomposición (que aparecen casi tras cada esquina) y el ritmo de trabajo de los voluntarios (que, si bien no son muchas horas, bajo el sol siempre parecen más) ha contribuido en parte a ello. Especialmente la temperatura: el bochorno ha llegado de golpe a Bengala Occidental (si es que alguna vez se había ido), y para mi, que venía de las relativamente frescas montañas de Nepal, ha supuesto un cambio de clima bastante brusco que, de hecho, me ha costado un par de días en la cama con malestar general y algo de descomposición.

Sin embargo, todo esto es una menudencia en comparación al shock que recibí en mi primer día como voluntaria con las Misioneras de la Caridad. Creía venir preparada para lo peor, y había tenido meses para, gradualmente, habituarme a la miseria y las desgracias que cada día se ven en las calles de India. Tal vez yo sea demasiado sensible, pero creo que por mucho que te mentalices, por mucho que “te hayan contado”, por mucho que creas que ya nada puede sorprenderte, esa cara del mundo protegida tras los muros de los centros de la Madre Teresa es algo que cualquier ser humano necesita un par de días para procesar.

Que ver en Calcuta, India

Lo primero que hay que hacer para empezar a trabajar con las Misioneras de la Caridad es acudir un lunes, miércoles o viernes a las tres de la tarde al orfanato de Shishu Bhavan, situado a pocos metros de la Mother’s House, donde la Madre Teresa vivió, y donde ahora se encuentra su tumba.

Debido a un error yo me presenté directamente en la Mother’s House, y como aún faltaban unos minutos para las tres, decidí aprovechar para visitar la casa. Casi escondida en una pequeña calleja perpendicular a la calle principal está la discretísima puerta de entrada, y sobre ella, una réplica del letrero de madera que daba la bienvenida a los visitantes en tiempos de la Madre. Según explican en el museo del interior, cuando la Madre Teresa vivía el cartel siempre indicaba “In”, estuviese o no estuviese ella en casa.

Que ver en Calcuta, India

En cualquiera de las casas y centros de las Misioneras de la Caridad, las fotografías están totalmente prohibidas, por lo que esta entrada será más descriptiva que gráfica. Únicamente se permite hacer fotos a la tumba de la Madre, que fue lo primero que vi, y casi podría decir que de forma privilegiada, ya que al haber llegado antes de tiempo (también el museo abre a las tres) en esos momentos las hermanas se encontraban en plena oración ante la lápida de la fundadora de la orden, repitiendo una misma frase sin cesar, casi a modo de mantra. Una escena que, sin ser creyente, me puso la piel de gallina.

Cuando las oraciones hubieron finalizado, abrieron el acceso al primer piso, donde se encuentra la habitación de la Madre Teresa: un modesto cuarto con poco más que una cama, una mesa y un escritorio, donde, a modo de curiosidad, diré que no hay ventilador. Al parecer la Madre Teresa no quiso nunca tener uno, a pesar de que la habitación se encuentra encima de la cocina, por lo que al ya de por sí sofocante calor de Kolkata hay que sumarle el producido por los fogones. A eso le llamo yo espíritu de sacrificio.

Casa Madre Teresa de Calcuta, que ver en India

Que ver en Calcuta, India.

Por último visité brevemente el curioso museo, donde además de muchas fotografías y paneles informativos sobre la vida de la Madre, se exponen los más variados objetos: desde el auténtico letrero de la entrada hasta su silla de ruedas, e incluso alguno tan extravagante como una jeringuilla con la que se le había realizado una extracción de sangre; una “reliquia” a mi modo de ver algo morbosa, pero bueno…

Una vez vista la casa me presenté en Shishu Bhavan, donde un buen número de japoneses, coreanos, ingleses y algún español hacían cola para registrase como voluntarios. Allí una hermana me explicó los diferentes tipos de centros que hay, y el trabajo que se realiza en cada uno de ellos: empezando por Kalighat, la primera casa fundada por la Madre, donde están los moribundos; hasta centros para mujeres maltratadas, y otros para huérfanos, niños con sida y tuberculosis, enfermos mentales, etcétera.

Fue tal el bombardeo de información que, cuando al terminar de enumerarlos todos la hermana me preguntó dónde me gustaría trabajar, ya no recordaba el primero, de modo que le dije que no tenía ninguna preferencia y que me enviase donde más falta hiciese. El destino escogido fue Prem Dan: el hogar de los enfermos físicos y mentales graves.

Voluntariado en Calcuta, India

La jornada de un voluntario en Kolkata comienza a las siete de la mañana, con un desayuno a base de pan, plátanos y té que las hermanas preparan en la Mother’s House y al que todos los voluntarios estamos invitados. Si se desea también se puede acudir a la misa en inglés que se celebra a las seis, y que por lo que me han dicho es bastante bonita, pero a la que de momento no creo que asista; levantarme a las seis ya es suficientemente duro para mí.

Tras el desayuno se despide a aquellos para los que es su último día con una canción muy graciosa que dice: “I thank you, thank you, thank you from my heart; I love you, love you, love you from my heart; I’ll miss you, miss you, miss you from my heart”, y con la que el primer día se me escapó la risa, al recordar todos aquellos años de colegio de monjas, convivencias y retiros que tanto “yuyu” me daban. Sin embargo, pasada la sorpresa inicial, ahora que he sido testigo (y formado parte) del durísimo trabajo (tanto físico como mental) que estas personas, desde todas las partes del mundo, vienen a realizar de forma totalmente altruista (algunos por meses e incluso años), no puedo sino verlo como un momento muy emotivo, hasta el punto que casi estoy deseando que llegue mi último día para ser yo la que esté en el centro del círculo, dando palmas y acaparando todas las miradas ;).

[*Quiero aclarar, aunque supongo que no será necesario, que con este tipo de comentarios no pretendo -ni mucho menos- hacer burla o faltar el respeto a todo lo que se mueve aquí. Simplemente considero importante señalar también el buen humor que reina entre los voluntarios, sin el cual, probablemente, no sería posible soportar el duro esfuerzo al que se ven sometidos]

Pobreza en Calcuta, India

Panorama en los alrededores del centro.

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Entrada a Prem Dan.

Una vez en Prem Dan los voluntarios nos dividimos en hombres y mujeres, y nuestra primera tarea es lavar la ropa de los internos (a falta de un término mejor he decidido llamarles así; será un eufemismo, pero “enfermos” me sigue pareciendo una palabra muy fea). Son cientos y cientos de prendas que, entre treinta voluntarias, tardamos más de dos horas en lavar. La ropa sigue un proceso en cadena en la que, en primer lugar, se hierve y desinfecta, para a continuación ser lavada a golpes (a la antigua usanza, ¡no sabéis lo agotador que resulta!), tras lo cual va pasando por tres fases de aclarado y “estrujado”, que terminan de dejarlo todo impecable (y nuestras pobres manos y espaldas, hechas pedazos).

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Voluntarias y massis lavando y desinfectando las prendas.

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Una interna se divierte ayudando a las voluntarias.

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Cadena de frotado-aclarado.

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Sobre las diez y media, voluntarios y voluntarias nos reunimos en el patio para tomar un té y unas galletas mientras comentamos la mañana. Ahí me he dado cuenta, por ejemplo, de que o los hombres son tremendamente rápidos a la hora de lavar, o a ellos les dan menos ropa, porque cuando llega la hora del “recreo” llevan ya un buen rato con los internos; algo que para nosotras es impensable.

La mayoría de las veces las conversaciones son bastante distendidas; otras, si algún interno a fallecido o se ha dado un caso grave (por ejemplo, que le hayan tenido que abrir la cabeza a alguno  –verídico-), el ambiente se nota algo más tenso, sobre todo en los recién llegados. Los que llevan varias semanas en el centro parecen estar ya curados de espantos.

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Tras el descanso, las voluntarias acudimos al pabellón de las internas, donde éstas nos reciben con alegría, sonrisas, Namastes e incluso alguna aplaudiendo histéricamente. Fue allí, en mi primer día, cuando realmente me di cuenta de dónde estaba: Prem Dan es un lugar terrible, donde se encuentran reunidos los que posiblemente sean algunos de los casos humanos más tristes y desesperanzados, casi me atrevería a decir, del mundo entero.

Es difícil imaginarse un panorama más desolador: decenas de mujeres, algunas apenas cubiertas por un escaso trozo de tela dejando sus «partes íntimas» prácticamente al aire; muchas desnutridas, la mayoría muy mayores, otras ciegas, con malformaciones, e incluso una a la que su marido, antes de dejarla, le arrojó ácido y tiene por rostro una masa sin forma. Muchas están totalmente ausentes, con la mirada perdida, y no responden a ningún estímulo. Otras, simple y llanamente “perturbadas”, con mil tics, agitándose y hablando sin parar.

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La mujer más triste del mundo; ciega, pero al tanto de todo. Todas las mañanas se sentaba en la misma esquina y lloraba silenciosamente durante más de dos horas.

Mientras esperamos a que las hermanas saquen la comida, hacemos tiempo con ellas. A algunas hay que curarles diferentes heridas, mientras que otras sólo necesitan algo de compañía y cariño. En esos momentos la impotencia que siento es total, de modo que generalmente lo que hago es sentarme con ellas, les hablo (y me hablan, aunque ninguna de las dos nos entendamos… dando como resultado una conversación de besugos, pero posiblemente la más enriquecedora de mi vida), dejo que me peinen, me abracen, les pinto las uñas (les encanta) y, cuando alguna lo necesita, las llevo hasta la cama o el baño, donde por lo general también requieren de ayuda para limpiarse.

Cuando el almuerzo está listo, las voluntarias ayudamos a las hermanas y a las massis (indias que trabajan allí) a servir la comida en los platos e irlos repartiendo entre las internas. Muchas no pueden comer por sí solas y necesitan que les demos de comer con una cuchara, mientras que otras, al contrario, se niegan a probar bocado, y lo que hay que hacer es pelear duramente con ellas para conseguir que se lleven un trozo de patata a la boca. A la mujer sin rostro hay que darle el alimento líquido porque no puede masticar, y cuando la voluntaria de turno le acerca la taza a la boca, se agita y hace unos ruidos indescifrables, por lo que no sé si se entera de lo que sucede a su alrededor o no. Es realmente duro.

A medida que las internas van terminando de comer, unas voluntarias las llevamos al dormitorio y las acostamos, o las acompañamos al baño, mientras otras lavan los cientos de platos, vasos y cazuelas que van quedando tras la comida.

Sobre las doce y media, con todo recogido, podemos irnos. Un duro camino de vuelta  (50 minutos caminando bajo un sol abrasador) para poder pensar en todo lo visto y vivido o, simplemente, en el fresquito gazpacho que nos está esperando en la «Taberna Vasca» de Sudder Street; lugar de encuentro de todos los españoles (y no sólo) que desde hace años vienen a Kolkata con la única intención de dar lo mejor de si mismos.

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Nota: Debido a la prohibición de sacar fotografías dentro de los centros, esta entrada queda un poco pobre visualmente hasta mi último día de voluntariado, fecha en que sí está permitido hacerlas. Incluso entonces, éstas se limitarán a imágenes de las voluntarias lavando, y no de las internas, algo que supongo que no necesita explicación. Avisaré el día que podáis verlas.

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27 comentarios en Un día de trabajo en Prem Dan

  1. Rubén 20 marzo, 2010 at 16:56 #

    No te preocupes por la riqueza visual de la entrada, la dureza de lo que has descrito evoca por si sola sin necesitar más complemento…

  2. Riky 20 marzo, 2010 at 17:17 #

    Hola,Carmen
    Es tremendo lo que describes, menuda experiencia. Cuanto valor y espíritu de sacrificio hay que tener, para lo que estais haciendo tu, y todas todas esas personas que de manera altruista os prestáis a colaborar en esa encomiable tarea.
    ¡¡GRANDE CARMEN!!.. MUY GRANDE!!
    Un fuerte abrazo.

  3. bibliotecadeideas 20 marzo, 2010 at 23:39 #

    Ánimo Carmen!

    un beso grande!

  4. mami 21 marzo, 2010 at 13:11 #

    Estoy francamente impresionada. Todo lo que cuentas nos hace estremecer. Parece dificil poder con ello. Espero que en el «recreo» os animeis unos a otros, para trasmitir entre vosotros la fuerza que necesitais.
    A pesar de todo, si tu trabajo sirve, animo y sigue.
    Te quiero mucho.

  5. Marina 21 marzo, 2010 at 16:04 #

    Kuuuuuuuuu!!

    No creas que me he olvidado de ti,al contrario me acuerdo de ti muchisimo!Aunque sólo sea por la publicidad que te hago ^^!!
    Cada vez que me toca hacer un oral de ingles…no tengo problema en elegir un tema!

    Bueno tengo que disculparme por no haberte escrito pero ya sabes exámenes,tarea…y luego cuando llego a casa un poco de sueño y vagancia son suficientes para no hacer nada..por lo que iba un pelin retrasada pero como me lo leo todo (preferia leer a escribir), esa es la razón,hoy domingo,ya he terminado y no me ha faltado detalle y ante todo mi enhorabuena por la lección que le estas dando,no solo a los que te rodean, sino a todo la gente.

    Estamos todos muy orgullosos y estas haciendo un buen trabajo que seguro que en el mismo momento te esta siendo recompensado,pero eso solo lo sabe de verdad el que lo vive y lo que tu estas viviendo no es comparable con nada,además cuando no estes alli te daras cuenta del favor que te has hecho a ti misma y que con muy poco estas haciendo feliz a esa pobre gente …

    Bueno tampoco quiero decirte todo lo que me gustaria porque se que no tienes mucho tiempo y prefiero que hagas otras cosas,que no leerme a mi que seguro que no te dire nada que no sepas y sino ya tendre tiempo…^^!!
    Pero no me puedo despedir sin defender mi teoria de que ninguna canción religiosa podra superar al «granito de mostaza» de nuestra querida y recordada Maite…

    Por lo de las fotos no te preocupes,porque des pie a nuestra imaginación para mi ya es suficiente regalo!

    Pensamientos surgidos durante la lectura: XDD
    ¿Por alli no vive Aurora la guarda?una que venia siempre al cole
    ¿Era sigamos al azucarillo?(Pablo en el tren de la Madalena)
    En los alrededores del centro igual te encuentras a Marta del Castillo…
    Y tu te considerabas que eras la que más rapido fregaba,pues enseñales de que estás hecha!

    y para terminar: «I’ll miss you from my heart”

  6. Marina 21 marzo, 2010 at 16:07 #

    Ahhh se me olvidaba…después de un jornada así el gazpachito tiene que estar cojonudo!!!

  7. Criss 21 marzo, 2010 at 19:55 #

    Carmen es increible el valor q estas demostrando, q no todo el mundo tiene esa fuerza mental xa aguantar esas situaciones….la verdad q te vas a volver de hierro…y comprendo todos los ratos q necesites d reflexion q seguro q se kedan cortos con todo lo q stas viviendo…de verdad, es xa estar muy orgulloso d ti, haz todo lo q pudas x esa pobre gente….pero cuando termine ahi tu mision, no se te olvide mimarte a ti un pokitin…q no te vendra mal, x akello del choke de emociones…! un beso enorme! y dsd aki todo el animo dl mundo!

  8. Laura 21 marzo, 2010 at 20:50 #

    Guapa! Que no te importen las imágenes, es muy interesante todo lo que nos cuentas, pero si vas a colgar imágenes esperamos a verlas…

    Que se te de muy bien guapa!

    Viaje al atardecer
    All About Cities

  9. miguel nonay 21 marzo, 2010 at 23:47 #
    • miguel nonay 21 marzo, 2010 at 23:49 #

      Por alguna razón no sale el comentario, jeje
      Nada Carmen, que me encanta la labor que realizas, y me estremece el relato que nos dejas, y como transmites tus vivencias.

      Cuídate mucho, besitos.

      A Salto De Mata

  10. po 22 marzo, 2010 at 13:11 #

    Hola Ku, cualquier cosa que diga ya ha sido pensada por los que te siguen. No me cabe duda de que cuando en tu cabeza quede el poso de lo que estas viviendo te va a hacer invencible. Te hecho mucho de menos. UN BESO

  11. ana 22 marzo, 2010 at 14:57 #

    ola

  12. pequeña sister!!MPOT 22 marzo, 2010 at 20:10 #

    mmm ese ola es muy sugerente!

  13. Agus&Franky 25 marzo, 2010 at 11:10 #

    <>, Joaquim du Bellay

    Saludos desde una oficina cualquiera hasta la que, de vez en cuando, llegan tus crónicas viajeras como fresca brisa que nos saca del tedio laboral.

    Nuestro regalo, un verso de du Bellay, quien amó los viajes por encima de casi todo.
    Suerte

  14. Agus&Franky 25 marzo, 2010 at 11:11 #

    Heureux qui, comme Ulysse, a fait un beau voyage
    Joaquim du Bellay

  15. Ana Paula 18 febrero, 2012 at 1:29 #

    Muchas gracias por tu blog. Gracias a él, me he podido hacer una idea al menos de lo que veré este verano en mi voluntariado. Me dieron muchas ganas de llorar, y más de una vez se me erizó la piel. Gracias por compartir tu experiencia.

    • Ku 18 febrero, 2012 at 2:28 #

      ¡Hola Ana Paula!

      Gracias a ti, porque tu comentario me ha hecho volver a leer esta entrada y recordar todo lo vivido aquel mes en Kolkata. Mucho ánimo, porque los primeros días pueden ser muy duros, pero te aseguro que lo recuerdo como la mejor experiencia de mi vida. Estoy deseando regresar.

      Para lo que necesites, aquí me tienes!

  16. JD (@aitor_vca) 14 febrero, 2014 at 15:10 #

    Carmen, aunque hace ya tiempo de esta experiencia, yo la he encontrado hoy. Me he quedado enganchado a ella hasta que la he terminado (y le estoy leyendo en el trabajo….) Un texto sensacional de una experiencia tremendamente dura que no creo pueda hacer cualquiera.
    Enhorabuena!

    JD

  17. adriana 11 octubre, 2014 at 0:53 #

    Hola como puedo ingresar a este voluntariado?

  18. Iñigo 20 junio, 2015 at 21:37 #

    Buenas, la verdad es que va con retraso esto, pero como me voy alli en dos semanas no hago más que buscar en la red algo que me prepare para lo que encuentre alli, aunque leyendote, y como muchos otros me han relatado, nadie te prepara para ello.

    Gracias

    • Carmen 26 junio, 2015 at 7:49 #

      Gracias a ti por leerme, Íñigo. Espero que tengas una buenísima experiencia en Prem Dan. Seguro que sí, para mí fue un mes inolvidable :)

      • Daniela 6 agosto, 2018 at 2:53 #

        Yo también quiero saber si va te pr sientas y enseguida empiezas hacer el voluntariado, es decir voy a las 3 de la tarde y ya terminé dan destino ese mismo día o al otro día y te piden una cantidad de día o solo lo que tú puedas ..es todos los días que N vomuntariado

  19. María 26 agosto, 2015 at 0:16 #

    Supongo que la riqueza de Internet, y en particular de un blog, es que lo que escribes un día se queda para siempre, y cinco años después puedes seguir removiendo algo dentro de las personas que se encuentran con tus palabras. Esta noche me has hecho pensar en muchas cosas porque por un momento, leyéndote, he sido voluntaria en Kolkata…

  20. Edu 30 agosto, 2016 at 17:50 #

    Hola! Estoy pensando en irme en octubre a vivir esa experiencia llena de emociones y sentimientos profundos, aunque debe ser muy duro y más de lo que nos podemos imaginar me parece mega gratificante hacerlo, con tu texto me ha dado aún más ganas y motivación! Gracias y un saludo!

  21. Encarni 30 noviembre, 2017 at 2:58 #

    Hola voy en enero 2018 sola no se como buscar habitación con antelación , sime puedes orientar , o conoces a alguien que este allí que pueda contactar. Soy de Bilbao si alguien se anima…Nose si pondré la contraseña bien soy novata, si no es así me contestad por tu pajina por favor. Estoy muy perdida, gracias.

  22. Maria 17 marzo, 2019 at 16:16 #

    Hola Carmen, qué pasada! Eres muy valiente, gracias por compartir tu experiencia. Yo estoy buscando compañía para ir, me gustaría pasar allí el mes de septiembre…pero no sé bien cómo llegar, me gustaría encontrar a alguien para compartir el viaje y la experiencia.
    Conozco india y sé que, como mujer resulta más complicado viajar sola…

    Cualquier información o recomendación me será de gran ayuda.
    Gracias!!!

    • Sonia 2 julio, 2019 at 15:36 #

      Hola María! Tal vez llego un poco tarde… pero me encuentro en la misma situación que tú. Estoy buscando a alguien que vaya en agosto como yo

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